La crisis económica ha mostrado adónde nos llevan las recetas neoliberales del enriquecimiento rápido y la cultura del “pelotazo”. Pero en vez de ayudar a la gente que no puede pagar sus hipotecas, se ayuda a los bancos que utilizan ese dinero público para especular y continuar endeudando a los estados. El gobierno se empeña en seguir implantando las recetas empresariales (abaratamiento del despido, reducción de la ayuda para los desempleados de larga duración, aumento de la edad de jubilación...). Y mientras las grandes empresas españolas aumentan sus beneficios, ya tenemos un desempleo juvenil superior al 40%. Esta orientación neoliberal se aplica también a los servicios públicos: la sanidad, la educación, los transportes... En el caso de la universidad, a través de la reducción de la financiación y la implantación progresiva del Plan Bolonia, ahora mediante la Estrategia 2015.
Esta visión empresarial de lo que debe ser una universidad reduce todos nuestros ámbitos de libertad. Perdemos autonomía para decidir lo que estudiamos cuando quitan carreras (como al reducir el número de filologías) y suprimen optativas por falta de financiación y de profesores. Nos quitan nuestra libertad para decidir cómo organizamos nuestro tiempo con la asistencia a clase obligatoria y el cálculo milimétrico de las horas de estudio. Así tratan de incrementar al máximo la carga de trabajo y de aumentar nuestra productividad de trabajadores flexibles. En los grados ni siquiera podemos decidir en qué orden queremos estudiar las asignaturas, ya que nos obligan a completar un año entero antes de pasar al siguiente. Intentan que no tengamos tiempo para absolutamente nada fuera de las recensiones de dos páginas, que impiden profundizar en lo estudiado y sólo sirven para fomentar nuestra eficacia como procesadores de textos. No quieren que tengamos un tiempo libre para pararnos a pensar y organizarnos. A este punto tendremos que fichar al entrar a la facultad...
Mientras tanto, con la Estrategia 2015 se ha comenzado a implementar una subida de tasas, diferente en cada comunidad autónoma, y que nos afectará a partir de 2012. Esta subida es especialmente fuerte en las segunda y tercera matrículas porque se considera que quien repite curso lo hace por falta de voluntad individual. Al mismo tiempo, no hay una política de becas que garantice nuestro derecho a formarnos. Aunque el gobierno dice que ha aumentado las becas, lo que ha hecho sobre todo es crear becas-préstamo que implican el endeudamiento del estudiante. Las famosas becas-salario (una compensación por estudiar a jornada completa como se nos exige con Bolonia) solamente se otorgan a los estudiantes que se encuentran en el primer tramo fiscal. Las becas de excelencia, que ya existían, responden a la intención de financiar al que tiene mérito, para fomentar nuestra productividad y la competición entre nosotros. Ignorando los aspectos que permiten la reproducción social, se juzga a las personas por su rentabilidad y los resultados que pueden aportar. Se culpabiliza a los estudiantes que no son suficientemente productivos en la universidad-empresa, para que creamos que si no encontramos trabajo en una economía con un 40% de desempleo juvenil es por nuestra culpa, por falta de ganas y de esfuerzo.
Tod@s tenemos derecho a formarnos libremente. No es algo que tengamos que agradecer a las empresas, que suplicar, que conseguir en competición brutal con los demás. Tenemos derecho a estudiar, a hacerlo a nuestro ritmo y con autonomía, para constituirnos como personas libres y autónomas. Que no somos piezas de plastilina!!!!
Publicado primero en la página de mi asociación de estudiantes, "La Gatera": http://elzarpazo.mforos.com/1931991/9856010-universidad-a-la-bolonesa-23-02-11/
No hay comentarios:
Publicar un comentario