Dicen los líderes europeos que hace falta recapitalizar la banca para liberarla de activos tóxicos. Es “urgente”, según Merkel. Como ya sabrán, recapitalizar es el tecnicismo de despiste que usan para no decir “meter dinero”, pues de eso se trata: destinar cientos de miles de millones de dinero público. Pero además, está mal empleado, pues no sería una recapitalización, sino de una requetecapitalización, puesto que será la segunda recapitalización masiva de la banca europea.
La primera, si recuerdan, se hizo en 2008, hace justo tres años. Desde entonces son 25 los bancos rescatados, y otros 11 han sido liquidados. Según el comisario Almunia, ahora se baraja rescatar a 21 bancos, aunque el número es provisional, y seguramente será mayor. Sepan que entre recapitalizaciones y garantías nos hemos fundido ya 4,6 billones (con b de banco). Repitan la cifra en voz alta, y en pesetas, que cuesta creerlo: casi 800 billones (con b de bandido) de las viejas pesetas.
De los bancos que ahora necesitan dinero, muchos no serán recapitalizados, sino requetecapitalizados, pues será su segundo rescate. Es el caso del primero en caer, Dexia. En 2008 Francia, Bélgica y Luxemburgo arrimaron 6.500 millones que ya no recuperarán, y ahora además tendrán que comerse los 95.000 millones de activos tóxicos que necesitan saneamiento.
Según el FMI, Europa deberá inyectar otra vez a la banca no menos de 200.000 millones. ¿Y de dónde sacarán los países ese dineral, ajustados como andamos? Pues ya tienen solución: en buena parte lo cogerán del fondo europeo de rescate, ese que acaba de ampliarse, y que creíamos que era para salvar a Grecia, y resulta que no: en la cumbre de julio metieron en la letra pequeña la posibilidad de que el fondo sirva también para recapitalizar bancos en apuros.
En fin, lo que ya sabíamos: que lo llaman rescate de Grecia cuando en verdad quieren decir rescate de la banca. Ése es el verdadero problema de la zona euro. Porque si una economía pequeña como la griega es capaz de desestabilizar todo el sistema financiero, el problema no es Grecia, sino que ese sistema está podrido de raíz. Y si después de limpiar a los bancos de activos tóxicos en 2008, han vuelto a acumular basura, lo tóxico no son los activos sino el propio sistema financiero. Y esa toxicidad no se va a quitar por mucho dinero que sigamos quemando.
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