... pon las tuyas a remojar. Así dice el refrán. Y por aquí hay muchos lampiños ya, y casi calvos. Gente que ve que sus negocios se van a pique, gente a la que no le renuevan el contrato, gente que se ha convertido en "echadora profesional de currículum". Gente que vive en la calle, con una maleta ajada y una radio. Gente así.
Y tú no sabes si poner las barbas a remojar o cortarte las venas. Te preguntas, ¿cuánto me falta a mí para verme así? Ocho meses sin entrar ingresos en casa, viviendo de los ahorros de un trabajo que duró 3 meses. Se estira el chicle todo lo que se puede, pero todo tiene su límite.
Es angustioso, y va a sonar a tópico, pero esto no es vida. No sales, no te diviertes, no haces nada sin que planee sobre ti la sombra de tu situación económica. Cada día te levantas con energías renovadas, con ilusión, esperando que por fin, haya una cita para una entrevista de trabajo. Y cada noche te acuestas decepcionado.
Hace unas noches, Adán lloraba en sueños, y gritaba que no tenía dinero. Yo le abracé -¿qué otra cosa podía hacer?- y lloré en silencio mientras nos calmábamos.
Es ocasiones es terrible ver que hay sueños que pueden hacerse realidad...
Fuente: http://amorentiempodecrisis.blogspot.com/2011/09/cuando-las-barbas-del-vecino-veas.html
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