http://www.diagonalperiodico.net/Los-ricos-tambien-pasamos-crisis.html
La crisis está afectando a todo el
mundo, qué duda cabe. Esta mañana
estaba leyendo el diario Abc
en mi sillón orejero cuando un titular
me ha atravesado el pecho
como si fuera una lanza fría y acerada:
“Cuando termine la crisis
habrá el doble de millonarios en
España”.
Al parecer y según el FMI, la crisis
acabará en 2017 y para entonces
el número de millonarios habrá crecido
en un 110%, mientras que las
clases medias y bajas irán perdiendo
poder adquisitivo.
Esto es una noticia terrible para
los que ya somos millonarios. Si somos
más, se devalúa nuestra posición;
es la ley de la oferta y la demanda:
a mayor oferta de millonarios,
menos valor tenemos. Y si encima
el número llega a duplicarse,
ya nos convertimos en un fenómeno
mainstream. No puede ser que
se ponga de moda ser millonario. A
ver si va a dejar de ser algo exclusivo
y va a venir cualquiera a meterse
en nuestros asuntos y a hacer cosas
de ricos. ¡Como si fuera tan fácil comer
canapés sin que se nos caiga el
monóculo y pujar en subastas de arte
contemporáneo! ¿Acaso yo me
meto en cosas de pobres? ¿Es que
yo voy por ahí, muriéndome en guerras,
llevando el coche al mecánico,
tendiendo la colada o madrugando?
Por otro lado, y aunque admito
que ser rico tiene algunas ventajas,
no entiendo cómo puede haber tanta
gente interesada en ser millonaria.
Creo que falta información. Por
ejemplo, ¿ya se sabe que para ser
millonario hace falta mucho dinero?
No es algo barato. Es necesario
heredar o montar una empresa.
Yo monté mi propio negocio y
conseguí inversores. El objetivo
principal de mi compañía, y así
constaba en el objeto social de la entidad,
era hacerme rico a mí, cosa
que conseguí en apenas unas horas,
gracias a los socios capitalistas.
Esta operación empresarial fue todo un
éxito y sólo pasé unos meses fugado
y apenas tres años en la cárcel.
Porque el dinero no crece en los árboles.
Uno no puede plantar un billete
y esperar que de ahí salga una
especie de roble que al llegar a la
primavera florezca con euros. No,
las cosas no van así. Lo sé porque lo
he intentado.
De hecho, hay muy pocas cosas
que se puedan plantar: lo he intentado
con croquetas, caballos, gatos,
camisas, teléfonos móviles... Básicamente
sólo se pueden plantar
plantas, lo cual supone una gravísima
limitación al crecimiento económico
del país. Así jamás entraremos
en el G-8. Estoy seguro de que en
Estados Unidos, un país mucho menos
restrictivo con la iniciativa privada,
el Gobierno no se inmiscuye
en lo que planta cada cual.
En definitiva, espero que las autoridades
competentes tomen cartas
en el asunto y limiten el número
de millonarios. No puede ser que lo
recorten todo menos la cantidad de
personas que tiene más de un millón
de dólares, porque es que si no
esto se nos va a llenar de chusma. Y
ahora ya estoy mayor para cambiar
de modo de vida. De hecho, cuando
ya hace unos años oí que cada vez
había menos clase media pensé que
quizás había llegado el momento de
seguir esa nueva tendencia, de marcar
moda en lugar de seguirla, así
que le pedí a mi mayordomo que
por favor hiciera la compra en el
Mercadona, para ir cogiéndole el
truco al tema. Pero al parecer ahí
no tienen Cristal ni esclavas nubias,
por lo que pasé tres cuartos de hora
muy difíciles.
Nunca más.
Jaime Rubio Hancock
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