miércoles, 10 de agosto de 2011

Los uniformes

http://trabajosinfuturo.blogspot.com/2009/04/los-uniformes-siempre-sientan-bien.html


Mi madre siempre me decía (bueno y me lo sigue diciendo que mi madre es muy suya...): Vé siempre arreglada; que a la gente según la ven, así la tratan.
¡Que sabias palabras! Con lo que mi madre no contaba es que la mitad del tiempo yo iba a llevar puesto un horrible uniforme. Y no digo "horrible" porque no me guste llevar uniformes, no. (Estuve yendo al instituto con uniforme hasta el final a pesar de que no era obligatorio desde 2º de BUP. Sí, ya lo sé, soy rara). Es que el que diseña los uniformes o es ciego como un topo o un cabronazo de tomo y lomo. ¡Que diseños... que colores ... que combinaciones ...!
Están hechos para decir: -¡Miradme, miradme, soy un empleado, no tengo dignidad ya que me pongo este horror día tras día. Pueden humillarme y tratarme de cualquier forma ... más humillante que vestir así...!

Parece una tontería pero el uniforme dice mucho de tí, del trabajo que desempeñas y de la categoría que tienes.
Por ejemplo: si llevas un uniforme horroroso de colores chillones, que no importa el tipo o la talla que uses, a nadie le queda bien; entonces eres un empleado de lo más bajo: Te pueden gritar hasta desgañitarse, los insultos van en el lote.
Si llevas un uniforme horrible también pero es distinto a todos los demás, te distinguirá como alguien superior: Te toman más en serio que a los anteriores, el tono se modera y muy dificilmente te insultarán. Pero aún eres un empleado.
Pero si llevas traje ya eres una personalidad. Los clientes hablan contigo como un igual o incluso como si fueras una especie de madre: - Es que la cajera me ha dicho... y claro yo he tenido que contestar ... ríñala, ríñala.

Al margen de los uniformes hay trabajos que ya de por sí te otorgan una dignidad. En pocos meses pasé de trabajar de cajera de supermercado a auxiliar de biblioteca.
El trabajo era el mismo: pedía la tarjeta-cliente/tarjeta de socio y la pasaba por el escaner, cogía un objeto/libro y lo escaneaba y por último entregaba el ticket/hoja con fecha de devolución.
Pero oye, pasé de ser "la chica" a "la señora bibliotecaria".

¿Por qué hay trabajos que nos inspiran tanta confianza y otros tan poca?
Os contaré un secreto: la mayoría de las cajeras que conozco son licenciadas y también he conocido bibliotecarias que no pasaban del bachiller. Pero el lugar donde trabajan marcará la forma en que son tratadas por la gente, independientemente de su profesionalidad, su amabilidad, su cultura o su trato con los demás.

Entiendo que mi madre tiene razón en sus recomendaciones, pero yo sigo soñado con un mundo en que la gente te trate según trabajes y no por lo que te obligen a llevar puesto.


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