El buen vino envejece bien, pero tiende siempre a desnaturalizar el
calimocho. Prueba a echarle a la cocacola un Ribera del Duero o un Rioja
como dios manda y verás qué raro sabe. Un trago e inmediatamente te das
cuenta de que algo no marcha bien.
Como cuando en un periódico de renombre aparece un columnista que habla con sensatez y señala que tarde o temprano se desatará la violencia. Como cuando te vas de la lengua con los compañeros de trabajo y afirmas que lo mejor que puede sucederle a este país es que se hunda de una puta vez. La turbamulta echándose a la calle blandiendo sogas y antorchas corralito style. Pasar a sangre y fuego las instituciones, poner a secar los chorizos. La fórmula ideal para cosechar miradas de inquietud entre el personal. Efecto calimocho al canto.
No, a esa purga marrón hay que echarle siempre tinto de cartón, a poder ser de marca blanca. El sabor de toda la vida, una combinación ganadora. El periodista chusquero y el tertuliano de moda están de acuerdo a este respecto: lo único que podemos hacer llegado este punto es examinar con detenimiento la situación y alcanzar compromisos. Todo se decide en las urnas, lo saben hasta tus vecinos. ¿Qué coño pasa contigo?
Estás tú y está la piscina de cocacola, y en ella flota una promesa de integración retorcida como una ñorda. Te cascas cien metros braza y te picas, y a medida que transcurren los años te endulzas y te agrias como un moscatel repulsivo. La única alternativa, lo sabes, comporta emerger y no mezclarse. Encaramarse al trampolín, sacarse la picha y vaciar la vejiga. Apagar la tele, echar un canuto de esquinilla con los amigos. Tener siempre la edad mental de una canción de Eskorbuto tal vez no equivalga a envejecer bien, pero a algunos nos gusta el buen vino.
Sergi Puertas
Como cuando en un periódico de renombre aparece un columnista que habla con sensatez y señala que tarde o temprano se desatará la violencia. Como cuando te vas de la lengua con los compañeros de trabajo y afirmas que lo mejor que puede sucederle a este país es que se hunda de una puta vez. La turbamulta echándose a la calle blandiendo sogas y antorchas corralito style. Pasar a sangre y fuego las instituciones, poner a secar los chorizos. La fórmula ideal para cosechar miradas de inquietud entre el personal. Efecto calimocho al canto.
No, a esa purga marrón hay que echarle siempre tinto de cartón, a poder ser de marca blanca. El sabor de toda la vida, una combinación ganadora. El periodista chusquero y el tertuliano de moda están de acuerdo a este respecto: lo único que podemos hacer llegado este punto es examinar con detenimiento la situación y alcanzar compromisos. Todo se decide en las urnas, lo saben hasta tus vecinos. ¿Qué coño pasa contigo?
Estás tú y está la piscina de cocacola, y en ella flota una promesa de integración retorcida como una ñorda. Te cascas cien metros braza y te picas, y a medida que transcurren los años te endulzas y te agrias como un moscatel repulsivo. La única alternativa, lo sabes, comporta emerger y no mezclarse. Encaramarse al trampolín, sacarse la picha y vaciar la vejiga. Apagar la tele, echar un canuto de esquinilla con los amigos. Tener siempre la edad mental de una canción de Eskorbuto tal vez no equivalga a envejecer bien, pero a algunos nos gusta el buen vino.
Sergi Puertas
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