La universidad de Deusto, en un alarde progre molón probablemente
producido por 100 kilos de nata montada caducada del Roquefort (que es
el Carrefour pero mi madre, disléxica maravillosa, lo llama así por es
comida y es francés), ha lanzado el DiarioTomorrow
que es un sitio donde solamente admiten buenas noticias y así nos dan
una visión positiva del mundo y se supone que te levantarás feliz y
contento (a dar por el culo a tu vecino, porque ese es tu trabajo) cada
mañana.
No pongo en duda que abrazar al extraño, querer a los demás y utilizar
un lenguaje no sexista ni racista ni homofobo ni agresivo es algo que
puede, probablemente, hacer nuestra convivencia más bonita pero, por mi
parte, creo que cuando uno se da un martillazo en el dedo y grita
"!córcholis!" es un falso porque duele que jode.
Lo que sí que es cierto es que soltar un taco o dar una mala noticia no tiene necesariamente que generar en los demás la idea absurda de que el apocalipsis vaya a llegar mañana en forma de prima de riesgo o bono basura.
Empezar a creer que el posicionamiento en la invención de una realidad
paralela en la que nos sintamos cómodos es vivir anestesiados y drogados
en un universo que tampoco es cierto, porque el gran caos y los años de
oscuridad tampoco son verdad.
Estoy absolutamente convencido que los docentes en psicología de la
prestigiosa universidad de Deusto (y Punset) me darán cien estudios en
los que se demuestre que el positivismo hace que las erecciones duren
más, que haya menos accidentes de tráfico y que el rendimiento laboral
es mayor. Claro que si inyecto esteroides a una vaca da más carne y eso
no quiere decir que sea más feliz, cual habitante de gimnasio ciclado.
En definitiva ser positivo como una serie de dibujos animados infantil
me parece tan tonto como ser más negativo que un sindicalista cuando
gana la derecha y le quitan un 20% de subvenciones.
Pero si escribes una soplapollez feliz puedes ganar 4 billetes de interrail, que es como viajan los idealistas.
Quería decir que la verdad nunca está en los extremos que nos venden o
los que queremos que sean ciertos. Y las erecciones nunca son eternas
pero a veces, como las buenas noticias, suceden.
¿Qué te ha parecido este artículo? ¡Deja tus comentarios!
No hay comentarios:
Publicar un comentario