http://elblogdedaniruiz.blogspot.com.es/2012/10/generacion-perdida.html
La crisis económica que atravesamos -junto a la social y política- se está cebando con aquellos que tienen menos
recursos en su haber. Aquellos cuya economía pendía de un hilo fueron las primeras víctimas de las malas gestiones del sistema financiero. Pero uno de los sectores que realmente está causando el cebe de las listas de desempleo es el sector joven: miles de jóvenes con formación se ven obligados a guardar en el armario su título universitario y de FP para trabajar -los pocos que lo consiguen- en tiendas de comida rápida por apenas 300€.
Ante esto los políticos hacen cierta demagogia con el adversario invocando a lo que denominan como generación perdida, una generación constituida por gente preparada, joven, estimulada y con ánimo para iniciarse en el mundo laboral y que solo encuentran puertas cerradas que fomentan la pérdida de esperanza.
Por el contrario, los no desesperanzados aluden a buscar otras vías para combatir el desahucio laboral que actualmente vive España abogando por la búsqueda de ofertas laborales en el extranjero. Curiosamente la sociedad española está encaminada a revivir aquellos hechos que nuestros mayores vivieron teniendo que salir a trabajar a Alemania, Francia o incluso Australia. La historia una vez más, se convierte en realidad.
Como peculiaridad a destacar, dicha generación sufre una metamorfosis a la hora de precisar a jóvenes para contratos basura y salarios inhumanos, pasando pues de generación perdida a generación explotada.
Pero, ¿cuanto de cierto tiene que dicha generación -en la cual me incluyo- esté realmente perdida tal y como enuncian los políticos de a pie?
Bien es cierto que la crisis económica es la culpable de cara a los medios de comunicación de que esta generación se eche a perder, pero no debemos olvidar que levantando la piedra de la crisis podemos encontrar un entresijo de suciedad conformado por un sistema financiero totalmente corrupto y enfangado, y una clase política nada transparente y al servicio de los mercados que lucha por sostener al sistema capitalista anteponiéndolo a las necesidades sociales.
Estamos a tiempo de no ser una generación perdida y solo la juventud tiene los instrumentos para evitar semejante desastre. Luchemos democrática y pacíficamente contra la dictadura de los mercados al igual que lo hicieron nuestros abuelos y nuestros padres, contra el totalitarismo político y la opresión a los más desfavorecidos. Tal vez esto suene a discurso revolucionario por los términos utilizados pero señores, la opresión, el consumo, la dictadura mercantil y el engorde capitalista son una realidad, y la evidencia es innegable.
En una sociedad de consumo como la nuestra la desesperación se ve multiplicada ante las vacas flacas: móviles, Internet ordenadores, ropa de marca, coches, viajes, conciertos, ... etc. La dependencia al consumo es tal que el propio individuo se verá colapsado moralmente cuando tenga que renunciar a lo prescindible para poder comer. Nos han enseñado a gastar en tiempos de bonanza, pero no a ahorrar para tiempos difíciles.
La sociedad debe reaccionar ante unas medidas adoptadas desde el ejecutivo, no favorables para la inmensa mayoría y de las que se aprovechan de modo indefinido las grandes fortunas.
Movilicémonos para que nuestros hijos jamás puedan echarnos en cara el día de mañana que su situación se debe a que nosotros no luchamos por ellos y que fuimos una generación perdida.
Dani Ruiz
¿Qué te ha parecido este artículo? ¡Deja tus comentarios!
No hay comentarios:
Publicar un comentario