http://unaopiniondelaactualidad.wordpress.com/2012/10/06/simios-en-la-inspeccion-de-trabajo-capitulo-xxvi-la-remuneracion-de-las-becas-para-trabajar/
En distintos foros de internet y distintas conversaciones, podemos leer o escuchar como muchos ciudadanos interpretan la retribución de las “becas para trabajar en el entorno de empresas” como algo “generoso” o tal vez ”una oportunidad para colaborar con una empresa altruista”. Sin embargo, esto peca de la inocencia propia de un “ciudadano conforme”, manipulable y a la vez atrevido o uno valiente pero callado a porrazos. Volvamos a la realidad, abandonemos los eufemismos y trampas consentidas que pretenden desfigurarla interesadamente. Quitemosle el disfraz a las “becas para trabajar” y veamos a la clásica relación laboral al desnudo.
La retribución a mes vencido/servicio prestado ( disfrazada con conceptos tales como “ayuda al estudio”), es lo que precisamente desenmascara a este “fraude masivo” y nos deja ver la realidad. Si no hubiera retribución, los trabajadores no acudirían pero, en caso de hacerlo, lo harían en voluntad de colaborar, no de obtener recursos a cambio de exigencias. Por otro lado, no tiene ningún sentido que a uno le paguen dinero por “aprender” o ” formarse” . Los cientos de miles de jóvenes que en España trabajan o han trabajado en virtud de una beca, viven en su día a día la condicionalidad. Si un mes prestan los servicios indicados por las empresas, a mes vencido recibirán una cantidad (300, 400 o 1000 euros) pero si no lo hacen no la recibirán. Si se ponen enfermos, les echaran y/o incluso suspenderán esa retribución . Para abundamiento de males, es muy probable que alguno no haya cotizado nunca y se le niegue la asistencia sanitaria aún estar trabajando de hecho aunque nominalmente contratado con esta forma tan estilada: “becario para trabajar”.
Esta es la realidad de muchos jóvenes españoles o no tan jóvenes. Los ciudadanos acuden a estas “relaciones fraudulentas” porque les dan dinero y también porque se lo dan en contraprestación a la ejecución de unos trabajos que les permiten, al igual que en una relación laboral reconocida en origen, “desarrollarse profesionalmente” pues las actividades que desarrollan son trabajos, no ” colaboraciones” o cualquier otro eufemismo. Trabajan pero sin “derechos humanos laborales” en un “estado de derecho” cada día mas injusto y arbitrario. Digamos la verdad : cuando un ciudadano presta servicios en el entorno de una empresa y, a la prestación de estos servicios se condiciona una retribución a mes vencido/ servicio prestado, esto es una relación laboral con todo lo que ello implica. La negación de esta realidad por parte de las Inspección de trabajo y la propia Justicia, está contribuyendo de manera muy notoria a la “precarización” de los jóvenes parados (los becarios son parados) que trabajan disfrazados de becarios en el carnaval del mercado laboral español junto a otras figuras como el “falso autónomo”.
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