Hoy estoy de buen humor. Y no solo porque es domingo y está despejado, no, que uno es superficial pero dentro de unos límites razonables. No, estoy de muy buen humor porque en mi ronda habitual me he topado con ESTO:
Que nada oye, que se acabaron los recortes, que han tenido más que suficiente. Así, punto y final. Es más, se dice que desde ayer noche el Palacio de la Moncloa es un no parar de festejos y celebraciones a los que ningún miembro del ejecutivo ha querido faltar. ¡Ah qué felicidad, tenemos que alegrarnos por ellos! Si es que ya los veo a todos ahí, radiantes, satisfechos de su labor, y esperando ya, ansiosos ellos, de recoger el fruto del trabajo bien hecho, de que "la confianza de los mercados genere inversión". ¡Es cuestión de tiempo! Mientras tanto a brindar con champán, pero no con cava, que resulta que el bueno de Wert se ha negado a ello por razones que aun se nos escapan aun a pesar de las insistencias del mismo Mariano. Cuestión de gustos, suponemos desde aquí.
¿Qué son esas risas que se oyen al fondo?¿Cómo decís?¿Qué no os lo creéis? Está claro que los rojos no os fiáis de la gente decente...
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