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Los economistas de la Reserva Federal de New York, Thomas Klitgaard y Ayşegül Şahin, acaban de publicar un estudio muy sugerente sobre el brutal incremento del desempleo en los dos países campeones de paro en la Unión Europea, Grecia y España. Obedecen a razones distintas. La disminución del empleo en Grecia, como en la zona del euro, ha sido proporcional a la fuerte caída del PIB en el país heleno, mientras que el empleo en España ha caído mucho más que la producción, debido, según los autores, a la notable flexibilidad del mercado laboral español.
El resultado de su análisis es exactamente el mismo que venimos haciendo en este blog: su reforma laboral, señor Rajoy, iba a generar más paro y miseria. Pero ahora ya no es un economista heterodoxo, un sindicalista trasnochado, o un perroflauta él que grita al viento contra su inútil y dañina reforma laboral. Son economistas del Imperio, que simplemente analizan datos y extraen conclusiones. Si por lo menos estos estudios sirvieran para que ustedes recapacitasen, bienvenidos. Pero me temo que no.
Diagnóstico erróneo de lo que mueve la economía
El gobierno Rajoy y sus asesores, bajo la creencia de que los costes relativos mueven la economía, defendían y defienden, a capa y espada, una rebaja salarial como salida de la crisis. Con la reforma laboral del PP, en nombre del internacionalismo moderno y de las mentiras de la competitividad, además de abaratarse el despido, los trabajadores perdían la mayoría de sus derechos. La élite política y económica en vez de promover el talento, la innovación y el emprendimiento, decidieron para el futuro de nuestros hijos, otra cosa bien distinta, la miseria.
Las dos consecuencias lógicas de la reforma laboral del gobierno Rajoy eran muy claras, sueldos aún más bajos y una mayor precariedad. Si a eso unimos los aumentos impositivos, el recorte en infraestructuras, la contracción del gasto social, y la ausencia total de crédito al sector privado, ¿qué cabría esperar? Obviamente una fuerte caída del crecimiento real y nominal de la economía española, vía descenso demanda efectiva, en un contexto de deflación por endeudamiento. Se equivocaron en el diagnóstico. La economía es dirigida por la demanda, no por las restricciones que dependen de la oferta y de las dotaciones existentes.
En la actual crisis económica, la flexibilidad de precios y salarios es desestabilizadora ya que en vez de ayudar a enderezar la economía hacia el pleno empleo, en realidad reduce la demanda efectiva. Sin embargo Rajoy, guiado por sus asesores económicos, aún no se han enterado, y para cuando se enteren ya será demasiado tarde. Entonces sus economistas le explicarán y le alertarán de una crisis que se aceleró con sus reformas, la del factor trabajo.
Obama quiere subir los salarios
La actual crisis económica nada tiene que ver con los elevados salarios de los trabajadores, ni con la rigidez del mercado laboral. La participación del factor trabajo en la renta nacional se encuentra en niveles mínimos históricos, y los salarios en muchos casos no garantizan una exclusión de la pobreza, algo intolerable. Además, despedir es muy fácil, a los datos de empleo me remito.
Es muy interesante ver como en otros países se ofrecen medidas alternativas. Destaca en este sentido la propuesta que está barajando el gobierno Obama. Se trata de un estímulo económico, cifrado en más de 25.000 millones de dólares, mediante recortes de impuestos para aquellas pequeñas empresas que contraten a trabajadores o les paguen salarios más altos. Uno de los grandes problemas de la economía estadounidense es la desigualdad de la distribución de la renta y de la riqueza, y los bajos salarios de los trabajadores.
En España el nivel de explotación de los asalariados ha llegado a extremos absolutamente intolerables. Ya no basta con tener más de 5,8 millones de parados, y unos míseros salarios, donde el 58% de los trabajadores, después de impuestos y cotizaciones a la seguridad social, ingresan menos de 1.000 euros mensuales. Ya ni siquiera vale que los trabajadores por cuenta ajena paguen cinco veces más de impuestos que las empresas que los contratan, tal como sucedió el año pasado, y está ocurriendo en el año en curso. ¡No! Era necesario apretar un poquito más. Para ello, imbuidos por una rancia ideología, aplicaron una reforma laboral donde los trabajadores perdían todos sus derechos.
La solución no es reducir salarios ni empeorar las condiciones laborales de los trabajadores. Todo lo contrario. Debemos proteger más y mejor a nuestros trabajadores. Hay que promover que los asalariados temporales dispongan de las mismas condiciones mínimas y términos de protección que los empleados de la empresa a la que han sido incorporados. Se debe incluir además medidas de mayor protección sanitaria y de seguridad con el objetivo de ayudar a los empleados a quedarse el mayor tiempo posible como población activa. Las prestaciones por desempleo deben compensar la pérdida del poder adquisitivo. Pero además deberíamos reducir los costes de reproducción de la fuerza trabajo, mediante ayudas, por ejemplo, a la vivienda o guardería.
El objetivo último de todas estas medidas es aumentar el excedente y la tasa de beneficio de las empresas, y con ello incrementar la acumulación de capital. Los pocos gobiernos occidentales que han actuado así son aquellos que realmente han optado por la innovación, el talento, el emprendimiento. Y no vale afirmar que no hay dinero para ello. En los últimos tres años hemos tirado a la basura más de 70.000 millones de Euros para sostener a una banca patria insolvente, y que seguirá siendo insolvente. Eso sí que es un derroche.
Entre rescates bancarios, política presupuestaria, y reforma laboral, las propuestas de Rajoy para nuestra querida España son muy desalentadoras. Todas las medidas económicas adoptadas por el ejecutivo español no han hecho sino ahondar más la profunda crisis económica en la que estamos inmersos. El año 2012 objetivamente hablando fue peor que el 2011, pero mucho me temo que será mejor que el 2013.
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