http://rosamtristan.com/2013/01/20/parados-y-maltratados-dos-casos-para-pensar/
Mientras leía la noticia de la semana, leáse, las corruptelas en el principal partido político de este país, el que dirige nuestros destinos, me han llegado dos noticias que no por ser casos personales dejan de reflejar el bochornoso escenario en el que nos movemos los españoles. Por un lado, una colega periodista, ex jefa de prensa de una empresa, muy de izquierdas por cierto, lleva ¡cuatro meses! sin percibir ni un euro de paro después de ser despedida ‘temporalmente’ por su empresa. Y por otro, un amigo senegalés, abogado, que lleva también en paro bastante tiempo después de trabajar años en este país, al que el ‘fallo humano’ de olvidarse la fecha de renovación del paro, ha sido “castigado” con su suspensión ‘sine die’ por la ‘estricta’ legalidad que rige los destinos de unos, pero no de otros.
Empecemos por el primer caso. La primera profesional se encontró, de la noche a la mañana, que en su empresa hicieron un ERTE (un Expediente de Regulación Temporal de Empleo), que no es más que despedirte sin la necesidad de pagarte la indemnización por los años trabajados en ese momento. Hay ERTES que suponen reducción de jornada (y sueldo), pero el suyo fue de suspensión ¡por un año enterito!, en teoría a la espera de que la situación económica sea boyante para entonces, lo que parece difícil dadas las circunstancias…En definitiva, un despido aplazado en el que la empresa aplaza la indemnización.
Así las cosas, mi colega acudió al INEM para poder cobrar el paro y así poder sobrevivir estos 12 meses. Pues bien, lleva cuatro largos meses esperando, y esperando, reclamando y protestando…. y aún no ha recibido un solo ingreso. “Pero ¿de qué se supone que tengo que vivir?”, se pregunta. Porque, para más inri, si buscara algún trabajillo podría quedarse sin paro y si la contratan para más de un año ¡sin la indemnización pendiente!
Pero no encuentra respuesta. Al parecer, la ley permite estar hasta seis meses sin percibir el paro en esas circunstancias. Eso si, no le aplazan para ese bienvenido día el pago de la contribución, las tasas de basura, etcétera.
El segundo caso no es menos llamativo. Es cierto que cumplir la fecha de firma del paro es un requisito fundamental para percibir los 400 euros de ayuda social, pero lo que es difícil de entender es que porque uno se equivoque ‘una sola vez’ y pueda demostrar que estaba en España con documentos, se le borre así del mapa, condenándole a la miseria total, porque la parcial son esos 400 euros.
Aunque ha puesto un recurso, a través de una abogada (a fin de cuentas se maneja en asuntos de leyes) ya le han dicho que tiene pocas posibilidades de prosperar, y cualquiera recurre con el precio que tienen las tasas.
No debería llamarme la atención que nuestras administraciones sean tan laxas con algunos (leáse las corruPPtelas que hemos conocido estos días, el caso Urdangarín, los Rato, los Gurtel, etcétera) sean tan estrictos con otros. Pero lo hace y nunca está de más insistir sobre el asunto. O que el Estado se quede con dinero de los parados (como mi colega, excelente profesional por otra parte) mientras permite que delincuentes de chófer oficial blanqueen su botín a costa de nuestra crisis.
Vergüenza de país
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