martes, 15 de enero de 2013

Esto es kafkiano y hay gente que le gusta




http://www.ramonlobo.com/2013/01/14/esto-es-una-pesadilla-y-hay-gente-que-le-gusta/

Me siento zarandeado, estafado, por este país que es mío. No es nada general -promesas incumplidas, zapajoys en la sopa, corrupciones varias -, es algo particular, poca cosa.
Como algunos saben la empresa para la que trabajé 20 años me despidió el 12 de noviembre de 2012 ante un notario-Up in the Air, todo muy moderno y aséptico. El 20 del mismo mes, un 20-N (manda huevos), me di de alta en el INEM y a primeros de diciembre entregué los papeles para capitalizar.
Mi plan era sencillo: destinar el paro a las cuotas de la Seguridad Social, darme de alta ante Hacienda y hacerme autónomo. Una buena solución: uno menos en la estadística que le quita el sueño al Rey, algunos ingresos y pago de impuestos al Estado.
Primer problema. Si pones una demanda contra tu despido no puedes capitalizar. Ejercer un derecho legal impide en España ejercer otro derecho. La tesis oficial es que si el periódico me readmitiera como consecuencia de la demanda sería un lío. El mismo argumento me debería impedir cobrar el paro, algo que no sucede: está contemplado que si se produjera la readmisión tendré que devolver lo cobrado al INEM. ¿No podría devolver también la capitalización? La funcionaria del INEM se puso creativa: “Imposible; es algo que afecta a dos administraciones diferentes y no se puede solucionar de la misma manera”. ¿Dos administraciones del mismo país?, pregunto intrigado. Nueva respuesta poética: “No siempre se pueden disfrutar dos derechos”. Es decir, que según esta distinguida funcionaria del INEM tendríamos que elegir entre escuela pública y sanidad pública. ¿Es esta una política del PP? ¿Un derecho por cabeza y de uno en uno?
Segundo problema. Si me doy de alta como autónomo, pospongo el paro (se puede hasta 24 meses) y me pongo a trabajar (eufemismo de colaborar) hasta que se resuelva la demanda también la cago, con perdón; no podré capitalizar y menos para la misma actividad. Si me doy hoy de alta como periodista no podré capitalizar después como periodista. La burocracia española entiende que si sigues trabajando en lo mismo eres un defraudador potencial. (En este momento pienso en Camps, Fabra, Gürtel…).
Tercer problema. Mi antiguo empleador, que dispone de una ley laboral muy favorable para despedirme, como ha hecho, sin demasiados argumentos objetivos, tiene otra arma para rematarme: una ley de 2002 y varias normas internas del INEM que me impiden trabajar hasta que se resuelva la demanda. Esta presión favorece a la empresa, que me fuerza a pactar. Y la CEOE quiere más (ahora pienso en Marsans y en los estafadores (presuntos) de altos vueltos).
Cuarto problema. Si consigues algún ingreso en este periodo de paro forzoso, de limbo, una charla por ejemplo, tienes un nuevo quebradero. Di una charla doble en CaixaForum de Tarragona en octubre, semanas antes de quedarme sin trabajo, con tan mala suerte de cobrarla el 20 de noviembre, el día en que me di de alta. La declaré ante el INEM antes de que dos abogados amigos y altas fuentes del propio INEM me dijeran que no era necesario, que las charlas estaban exentas siempre y cuando fueran esporádicas.
Quinto problema. Los abogados y las altas fuentes no estaban en lo cierto o la maquinaria va por libre. El INEM me acaba de descontar nueve días por esas charlas, pero aún no me lo ha comunicado porque el correo de los asuntos públicos lo lleva una empresa privada (Ahora pienso en la Sanidad, en Espe, en su sucesor a dedo, en EuroVegas).
Este mes he dejado de cobrar 400 euros. En esos nueve días de paro aplazado nadie paga la Seguridad Social por mi lo que puede afectar a mi futura pensión. En el INEM me dicen que lo pague CaixaForum o que lo pague yo. He ido a la Tesorería de la SS para informarme de cómo debo abonar esos nueve días. Respuesta: no es posible, hay que pagar el mes completo y como soy mayor de 55 años debo tener cuidado: la cantidad con lo que pague ese mes no la podré incrementar cuando pueda darme por fin de alta como autónomo.
Es decir, si quiero pagar el máximo, más de 800 euros, debo pagar esa cantidad para cubrir los nueve días aplazados o perder un mes de vida laboral. Desde luego sale a cuenta ser honesto: una doble charla de unos 1.000 euros me va a costar 400 + 800 y pico = a más de 1.200. ¡Un negocio! ¡Un emprendedor! ¿Es así como el PP pretende reducir el paro?
Le he dicho a la funcionaria del INEM con la que he hablado hoy por teléfono que este país es un desastre, que todo está organizado para que lo fácil sea defraudar y lo complicado cumplir la ley. La mujer me ha contestado que a ella le gusta mucho España, que es un gran país que está pasando algunas dificultades. Le he dicho que lo disfrute porque yo me largo a Finlandia o más lejos.
Me dan ganas de cerrar la ventanilla y dedicarme a vegetar, como Mariano. No todos tenemos la suerte de ser Carromero.
¡Taxiiiii! ¡A Barajas, por favor!


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