Fuente: http://blogs.publico.es/trabajarcansa/2011/06/04/la-innegociable-negociacion-de-la-negociacion/
“Los empresarios no hablamos de política, nosotros vamos a lo nuestro, a mejorar la legislación, que en España tenemos demasiada.” -Juan Rosell, presidente de la CEOE-
Lo del acuerdo frustrado entre patronal y sindicatos tiene algo de trabalenguas incomprensible: los negociadores han hecho innegociable la negociación sobre la negociación colectiva. Y tiene también algo de espejo que devuelve su propio reflejo deformado, pues les ha ocurrido precisamente aquello que tratan de evitar con la reforma: que una vez caducado el convenio, las negociaciones para renovarlo se eternicen. Así, la negociación sobre la negociación se ha alargado durante meses para nada.
Al final la patronal se ha descolgado de la mesa, a la manera en que pretenden que las empresas puedan descolgarse de los convenios e incumplirlos cuando les venga en gana. Y antes de dejar la mesa, se aplicó a sí misma la flexibilidad que lleva por bandera: un día estaba a un cuarto de hora de firmar, y al día siguiente alejaba el acuerdo. Todo muy flexible. Tras la ruptura, queda todo en manos del gobierno como árbitro externo, lo que parece de nuevo un espejo de la negociación, ya que una de las propuestas era la mediación arbitral en los casos de desacuerdo.
Pero en esta negociación el árbitro es sospechoso de parcialidad, pues en sus decisiones más recientes ha estado más cerca de una de las partes, la empresarial. De ahí que, como pasó con la reforma laboral, la patronal se levante de la mesa con la tranquilidad de que, aunque no haya acuerdo, al final puede conseguir parte de sus reivindicaciones: flexibilidad, límite a la ultraactividad de los convenios, facilidad para el descuelgue…
La innegociable negociación de la negociación es un reflejo de los atascos que a menudo se producen para renovar un convenio, pero con una diferencia importante. Cuando en una empresa o sector la parte empresarial aprieta, los trabajadores intentan romper el atasco usando sus armas de lucha, movilizando a los trabajadores y llegando incluso a la huelga. Pero esta vez se han sentado en la mesa desarmados, mientras que es la patronal la que va respaldada por los mercados, Bruselas, el Banco de España, el PP y parte de la prensa. Eso sí que es movilización.
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