miércoles, 3 de julio de 2013

Cómo evitar que nos embarguen el salario mínimo de la cuenta bancaria

La diligencia de la administración y los juzgados por cobrarse las deudas pendientes ha dejado a muchas personas sin ingresos nada más percibir en su cuenta el abono del salario, subsidio o prestación, según el caso. Es sabido que estas percepciones son inembargables en las cantidades que no excedan el salario mínimo, pero puede suceder que el organismo que emite la orden desconozca el origen de esos ingresos y los embargue igualmente, como un simple saldo de una cuenta bancaria.
Estas situaciones son habituales y a menudo el que las sufre piensa que no se puede hacer nada, por lo que queda a merced de la ayuda que puedan prestarle familiares o amigos; sin recursos propios para salir adelante.
Sin embargo, sí es posible realizar actuaciones para salvaguardar lo mínimo indispensable que necesitamos para vivir. Cuando se recibe la notificación del embargo, lo más urgente es presentar un escrito dirigido al organismo que lo emite, alegando que los ingresos existentes en esa cuenta se corresponden con el abono de salarios. Podemos adjuntar extractos bancarios donde se vean los saldos y los ingresos regulares en las mismas fechas todos los meses. Lo más conveniente es destinar una cuenta al cobro de la nómina exclusivamente, de manera que el origen de los ingresos sea más fácil de probar.
Si ya nos han embargado, podemos solicitar la devolución de esas cantidades del mismo modo. Aunque el procedimiento suele demorarse, si probamos adecuadamente la naturaleza del saldo, tendremos el dinero de vuelta.
Los embargos permanentes sobre cuentas bancarias no son muy frecuentes. La Seguridad Social, por ejemplo, emite órdenes puntuales. Si el importe adeudado no se cubre, vuelve a repetir el trámite hasta que la deuda queda satisfecha. El saldo que queda retenido es el que existe en cuenta en el momento de recibir la orden de embargo. Los ingresos posteriores no se acumulan a la retención.


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La lucha social es salud

Frente a los manuales del "pensamiento positivo" que pintan a una persona aislada de al sociedad y centrada en conseguir éxitos, aunque pueda eventualmente hacer actos caritativos. Frente a la propaganda, la publicidad, la mercadotecnia que nos ofrece soluciones de disfrute fáciles y rápidas, que luego dejan con más frustración que antes. Frente a toda esa manipulación capitalista, nuestra solución es pelear juntxs. ¡Porque tenemos los mismos problemas, y a problemas colectivos hay que darle soluciones colectivas! ;-)

Fuente: http://www.eldiario.es/catalunya/lucha-social-salud_0_149435560.html
Autor: Benoît Cros

¿Pueden los movimientos sociales jugar un papel en la mejora de la salud mental? Afectados por la hipoteca y iaioflautas relatan cómo el activismo les ayudó a superar sus angustias
Profesionales del sector ya se han empezado a interesar por este fenómeno y en el último Congreso Catalán de Salud Mental se dio voz a activistas

Juan Navarro es activista de los Iaioflautas desde que nació este movimiento  / CARMEN SECANELLA
Juan Navarro es activista de los Iaioflautas desde que nació este movimiento / CARMEN SECANELLA
Con su bastón en la mano, Juan Navarro, iaioflauta de 84 años, no se pierde ni una manifestación. En realidad, es lo que hizo durante toda su vida. “El murciano revolucionario”, como lo llamaban sus compañeros por la tierra donde nació, era un líder sindical en Barcelona durante la dictadura franquista. Fue arrestado varias veces, estuvo en la cárcel, fue pionero en la creación de las Comisiones Obreras. En los últimos años, sin embargo, perdió un poco su motivación y la enfermedad de su esposa, ahora fallecida, le afectó mucho. Pero el nacimiento de los Iaioflautas le entusiasmó y le volvió a dar ganas de luchar. “Integrarme en este movimiento me ha fortalecido. Es el sitio donde mejor me encuentro: he podido ver mucha camaradería, una solidaridad, una unión que no había visto en años”. Desde entonces, Juan ha reducido a la mitad su medicación gracias a la mejora de su estado de ánimo.
¿Pueden los movimientos sociales jugar un papel en la mejora de la salud mental? Es lo que creen los profesionales del sector, que se han interesado por la experiencia de estas luchas durante un encuentro con activistas en el marco del Congreso Catalán de Salud Mental, celebrado el mes pasado en Barcelona. Y es que los trastornos mentales son cada vez más frecuentes en una sociedad marcada por la crisis, las políticas de austeridad y la mala praxis bancaria. 
Uno de los colectivos invitados era la PAH, que ha visto de cerca las consecuencias psicológicas que ejercen los procesos de desahucio sobre las personas. “Cuando empezamos, esperábamos ver a mucha gente enfadada pero nos encontramos con personas deprimidas, en estado de schock, y que apenas podían hablar”, dice Ada Colau al contar los primeros pasos de la plataforma. Susana Ordóñez recuerda así cómo entró en la PAH en octubre del 2012, cuando llevaba varios años con dificultades para pagar la hipoteca: “Me veía sin salida, me decían que no iba a conseguir la dación en pago, que iba a entrar en la lista de morosos, tenía miedo a que me quitaran a mis hijos”.
Frente a estas situaciones, la PAH apostó por el asesoramiento colectivo e invitó a los afectados a explicar su caso en las asambleas. “Me daba vergüenza no pagar las cuotas y decirlo delante de todo el mundo pero al final, cuando lo piensas, no pagas porque no puedes, no porque no quieres”, recuerda Susana. “Después de los primeros días, te ves como un igual a los demás y eso es muy importante a nivel emocional”, apunta Tatiana Guerrero, una psicóloga que trabaja con la PAH de forma voluntaria. Òskar León, activo en este movimiento desde noviembre del 2012, explica así su cambio de conciencia: “Sólo veía mi problema, pero cuando entré en la plataforma vi que había situaciones mucho más complicadas que la mía, había auténticos dramas. El hecho de hablar, compartir, ver que el otro tiene el mismo problema: todo esto me ayudó mucho”.
Para Colau, la clave, además del apoyo mútuo y la recreación de un entorno de redes sociales, es el “empoderamiento”. “La PAH no se concibió como un lugar asistencial sino como un espacio que quiere empoderar a las personas para conquistar sus derechos”, recuerda. “Cuando entra una persona por la puerta llorando como una magdalena y a los dos meses va reivindicando y gritando ‘Sí se puede’, es una cosa increíble”, se entusiasma Susana. “En pocos meses aprendes mucho, ahora yo soy la persona que negocia con los bancos y pelea con quién sea”, dice esta mujer de 38 años, que no tenía experiencia en activismo antes de integrar la PAH. “Engancha un poco la plataforma, ves que el trabajo que haces es útil y ayuda a los demás”. En cuanto a su estado de ánimo, el cambio es claramente visible: “Ahora estoy tranquila, ya no estoy angustiada”.
Para los movimientos sociales, la conclusión de estas experiencias es clara: “no se tienen que patologizar problemas de injusticia social, la gente no está loca sino que los enloquecen”, opina Ada Colau, apuntando a las políticas de austeridad y al mal proceder de las entidades financieras durante muchos años. “Hay una emergencia social caracterizada por la resignación, el miedo y la autoinculpación y el único tratamiento pasa por el empoderamiento, la lucha social es salud”, añade Toni Barbarà, del colectivo Dempeus per la Sanitat Pública.

"Iré con mi bastón a todos los sitios"

Otro caso paradigmático es el de los Iaioflautas, el colectivo de gente mayor que se integró en el 15M. “La gente mayor es afectada por la soledad, a veces son viudos. Pueden llegar a sentir que no sirven para nada”, explica Felipe Aranguren, iaioflauta y sociólogo. “La sociedad actual  fragmenta a los individuos, ahora eres niño, o adulto, o viejo. Si eres viejo te dicen ‘vete a la petanca o al Imserso’. Pero hay cosas que la gente mayor puede hacer que los jóvenes no pueden”, apunta. Es así que los Mossos d’Esquadra evitaron usar la fuerza contra los Iaioflautas cuando estos se negaron a identificarse durante una acción en la Bolsa de Barcelona. Que la gente mayor puede aportar una contribución esencial, Juan lo tiene claro: “Mientras pueda, iré con mi bastón a todos sitios y ante la injusticia, me enfrentaré con quién sea”.

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lunes, 1 de julio de 2013

La demagogia en seis puntos

Fuente: http://www.publico.es/458161/la-demagogia-en-seis-puntos
Autores: Pablo Iglesias y Jorge Moruno


Fuente de la imagen: Humor casi inteligente

¿Quién nos roba? ¿Por qué nos roban? ¿Cuánto le cuesta a cada ciudadano el fraude fiscal? ¿Quién paga más?


Seguramente si dijéramos que los ricos roban a los ciudadanos, nos llamarían, como poco, populistas y demagogos. Es exactamente lo que ha dicho De Cospedal esta mañana  inaugurando un curso de FAES para alertar de los peligros que amenazan al liberalismo y al "centro-derecha".
Les presentamos unos cuantos argumentos "demagógicos" y "populistas".
¿Quién nos roba? Las empresas presentes en los llamados paraísos fiscales (el 94 por ciento de las del Ibex 35); las que, como Zara, facturan sus ventas por internet desde Irlanda o las que, como Microsoft, tributan en Irlanda las ventas digitales de software fabricado en España; también los multimillonarios que controlan las Sociedades de Inversión de Capital Variable que solo tributan un máximo del 1% sobre sus beneficios. Según los técnicos de Hacienda, la mayor parte del fraude fiscal en España (que equivale a un 23% del PIB) es responsabilidad de la banca, las grandes empresas y las grandes fortunas individuales.
¿Por qué nos roban? Porque los diferentes gobiernos españoles han gobernado a favor de los ricos legislando para facilitar el fraude, dirigiendo casi toda la presión fiscal sobre los que menos tienen y promoviendo diferentes amnistías fiscales. En los últimos años, de hecho, ha disminuido la recaudación del impuesto de sociedades y ha aumentado la recaudación por IRPF. Los ricos pagan incluso menos de lo que parece; no pagan un 52% de sus ingresos al fisco del Estado como dicen. En realidad pagan mucho menos gracias a un sistema de deducciones que les favorece y porque sus ganancias derivan mayoritariamente de las rentas del capital, que se gravan mucho menos que las rentas del trabajo.
¿Cuánto le cuesta a cada ciudadano el fraude fiscal? Unos 2000 euros al año.
¿Quién paga más? Los que tienen una nómina y ganan menos de 33.000 euros al año a través del IRPF y los falsos autónomos obligados a renunciar a sus derechos laborales.
¿Cuál debería ser la primera medida de un gobierno democrático sin más aspiraciones que proteger a las mayorías sociales? Hacer una reforma fiscal progresiva que dirigiera la carga fiscal sobre los ricos y reforzar la inspección de Hacienda.
¿Cómo llamarían a ese gobierno todos los medios propiedad de los ricos? Ya se lo han oído a Cospedal: demagogo y populista. Así llamarán a todo el que haga lo que hay que hacer. Tomen nota.
Fuente: la opinión de Madafaka


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