lunes, 29 de abril de 2013

Resistir al miedo, golpear juntxs

Os dejo aquí el punto de vista de dos juristas sobre los tiempos represivos que vivimos. Sobre la barbarie neoliberal.


No había disturbios hasta que llegaron.
Fuente de esta imagen: Humor indignado 99%

Fuente: http://blogs.publico.es/no-hay-derecho/2013/04/22/resistir-al-miedo-golpear-juntos/

Gerardo Pisarello y Jaume Asens

Juristas y autores del libro ‘No hay derecho (s): la ilegalidad del poder en tiempos de crisis’ (Ed. Icaria, 2012)

Llevamos casi cinco años conviviendo con un capitalismo desbocado que no acepta límites. Que avanza sin pudor y aspira a mercantilizarlo todo. La vivienda, la sanidad, la educación, el espacio público, las relaciones afectivas. Para avanzar, este proceso necesita quebrar la autonomía individual y colectiva. Aislar a las personas y reducirlas a la servidumbre, a la impotencia. El consumismo dirigido, la alienación programada, son eso: figuras de la impotencia. La otra es el miedo. A ser desahuciado, a perder un empleo, a no poder pagar las deudas, a ser multado en el metro, a ser expulsado por no tener papeles, a ser detenido en una manifestación o en una ocupación. El individualismo, el miedo, la servidumbre voluntaria e involuntaria, son formas de impotencia que se dan la mano. Todas están en la base de la deudocracia.
Esta historia, desde luego, no es nueva. La deudocracia es hija del neoliberalismo. Y este del afán capitalista de soltar amarras. De librarse de las ataduras impuestas por las luchas y resistencias populares. Tras el hundimiento del socialismo irreal, lo sabemos, la bestia no quiere bozal. No tolera los límites jurídicos, los derechos, las leyes. A menos, claro, que sean sus propias leyes. Las que benefician a los bancos, a los grandes evasores fiscales, a la oscura trama de la cleptocracia. Esas leyes, sí. Las que aseguran la “culpabilidad de las sardinas” y la “impunidad de los tiburones”, como decía la gran Rosa Luxemburg. Lo otro, los derechos humanos, son un incordio. Una atadura inaceptable. Da igual que se trate de los derechos sociales y ambientales que de los civiles y políticos. La bestia no quiere bozal, ni críticas, ni protestas que se le vayan de las manos. Solo consumidores dóciles y atemorizados. Puede aprobar sin inmutarse normas indecentes que dejan a miles de personas sin trabajo, sin casa y sin futuro. Pero ladra indignada contra un piquete sindical o contra las pegatinas de un escrache. Así, mientras estrangula el Estado social, mientras liquida los bienes comunes, monta el Estado penal, la excepcionalidad punitiva, la vigilancia continua.
La ciudad vigilada, la ciudad del miedo, está en el núcleo de la barbarie neoliberal. Prácticas de disciplina que traspasan los muros de la prisión y se extienden por la metrópolis. Escáneres en los aeropuertos, huellas digitales, registro de datos en la red, cámaras de vigilancia, seguridad privada en parques y plazas. “La policía en todas partes, la justicia en ninguna” como escribía Víctor Hugo en el siglo XIX. Una especie de guerra de baja intensidad que no se libra en las trincheras sino en los supermercados, en los parques, en el metro, en los sofás de las casas. Una guerra que levanta muros, fronteras y que convierte la ciudad en un gran panóptico en el que todos somos reclusos y guardias. Atentos vigilantes del vecino, convertido en una amenaza. Y junto a esa represión velada, aceptada de manera casi voluntaria, la otra. La represión pura y dura contra los excluidos y contra los disidentes. Huelguistas, activistas sociales, trabajadoras sexuales, graffiteros, mendigos, migrantes sin papeles, jóvenes sin futuro. Todos en el punto de mira de las ordenanzas del civismo, convertidas en auténtica constitución de la ciudad. Todos en el punto de mira de unos códigos penales que se endurecen a medida que aumentan la desigualdad y la resistencia.

La criminalización de la protesta, de la disidencia, tampoco es nueva. Pero se acelera cuando la resistencia crece. Se vio con la irrupción del 15-M, con las huelgas generales, con el rodeo al Parlament de Catalunya, con el 25-S. Primero, el paternalismo condescendiente, la zanahoria. Luego, el palo, el rostro torvo de los gobiernos market friendly. A medida que las políticas de austeridad se han ido intensificando, las derechas y sus cómplices han rivalizado en iniciativas represivas. Hoy, mayor contundencia policial y judicial. Mañana, restricciones al derecho de reunión, prohibición de ocultar el rostro en las manifestaciones y designación de fiscales especializados en “guerrilla urbana”. Más tarde, apertura de sitios en Internet para que los “ciudadanos” puedan delatar a los “antisistema”, ampliación de conductas constitutivas de atentado contra la autoridad, asimilación de las protestas a conductas terroristas o prototerroristas, monitorización policial de las redes sociales.
Es el derecho penal del enemigo. El que no tiene empacho en ir “más allá de la ley”, como decía el consejero catalán Puig. O en recurrir a la “ingeniería jurídica” si hay que quitarse de encima alguna garantía incómoda, como declara el ministro Fernández Díaz. Es el no derecho. El que criminaliza a cualquiera que ose levantar la voz. El que expulsa de las plazas a los indignados, el que trata como “ratas” a los huelguistas y como “nazis” a los desahuciados. Y junto a él, el derecho penal de los amigos. El que se pone al servicio del poder y mira hacia otro lado cuando hay fraude fiscal, el que indulta a los grandes banqueros y promueve o absuelve la violencia policial. Tampoco aquí la originalidad es absoluta. La violencia punitiva del Estado siempre ha encontrado sus enemigos. Y cuando no, los ha inventado. La inquisición persiguió a las campesinas despojadas de sus tierras acusándolas de brujas. Las clases propietarias persiguieron a los obreros acusándolos de degenerados, de hienas, de chusma, de vagos. Vistos con dimensión histórica, calificativos como perro-flautas o  terroristas son variantes, a menudo, de un odio lejano. El que lleva implícita la demofobia, el odio clasista (e incluso racista) de los poderosos a quienes pueden poner en peligro sus privilegios.
Llevamos años, décadas, conviviendo con un capitalismo sin complejos que pretende reducirlo todo a simple mercancía, a beneficio inmediato. Su avance ha dado lugar a múltiples formas de barbarie. Aumento de la pobreza, depresiones, suicidios, centros de internamiento, brotes xenófobos. Pero también está generando, en su afán totalizador, inéditos espacios de solidaridad, de resistencia. Un día es la PAH, el gesto digno de quienes ponen el cuerpo para parar desalojos. Otro, las movilizaciones contra la privatización del agua, las huelgas, las decenas de iniciativas cooperativas, anticapitalistas, que surgen aquí y allá. Después del diluvio neoliberal, estas iniciativas pueden parecer modestas. Pero están consiguiendo el que parecía imposible. Que la clase política que ha gestionado la deudocracia, la cleptocracia, esté más deslegitimada que nunca. Que el régimen bipartidista y monárquico heredado del franquismo y hoy rendido a la troika comience a aparecer como un lastre insoportable. Esta deslegitimación puede, claro, traducirse en resignación, en abandono. Pero puede alimentar, ya lo está haciendo, reacciones de indignación que muten en luchas por la dignidad, por la constitución de algo nuevo. Que eso ocurra no depende de ninguna ley divina. Depende de nosotros. Porque lo que no ha sucedido nunca –como escribió Schiller– no envejece. Sigue allí para quien tenga la capacidad de rescatar del olvido las luchas y los sueños de quienes nos precedieron. Y para alimentar, con esa memoria, nuestras propias razones para estar y golpear juntos. Contra el miedo, y por la libertad.




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sábado, 27 de abril de 2013

6 millones de parados... ¡¡a escrachear!!

El gobierno, este gobierno que nos miente cada vez que abre la boca, no está llevando a cabo la única política económica posible. Haciendo recortes "para disminuir el déficit" pretende "calmar a los mercados", con la idea de que cuando no seamos más que esclavos los empresarios estarán más felices y entonces "crearán empleo". Es falso. La economía somos sobre todo nosotros consumiendo, y ahora más bien ahogados con el desempleo y la precariedad que nos imponen para convertirnos en un ejército de desesperados dispuestos a trabajar en lo que sea. Nosotras, que no somos mercados, que somos personas de carne y hueso que tenemos que vivir de algo, no podemos seguir esperando. Tenemos que salir a conquistar nuestros derechos, por la fuerza. Hay que pararles. Os dejo este artículo lleno de ideas para tomar la iniciativa, desde ya. Sí se puede, ¡pero no quieren!





Sí se puede, pero no quieren (acabar con el paro)

Isaac Rosa


  • Parados haciendo cola frente a la casa de un diputado. ¿Sirve el ejemplo de la PAH para luchar contra el paro?



La economía caerá el 1 por ciento y el paro seguirá sobre el 25 en 2013, según Esade

Si valoramos como se merece la lucha contra los desahucios, y tenemos en cuenta que el gobierno muestra la misma sensibilidad con los parados que con los desahuciados, parece claro cuál debería ser la estrategia ciudadana contra el paro: seguir el ejemplo de la PAH. Gritar “Sí se puede, pero no quieren… Acabar con el paro”.
Lo primero, movilización, que hasta ahora ha habido poca contra el paro. Los desahuciados y los desahuciables no se quedaron esperando a que gobierno, parlamento, jueces, banca o Europa hicieran algo por ellos. Con el paro, lo mismo: los parados pueden esperar sentados a que todos los mencionados hagan algo más que lamentar el “drama”. Sus propias previsiones hablan de varios años por encima del 25%, y los siete millones ya están al alcance.
Es verdad que el colectivo parado es muy heterogéneo, y no todo el mundo está igual de mal. Pero con que una décima parte de los más de seis millones, o incluso menos, se organizase y movilizase con la tenacidad de los colectivos antidesahucios, ya se convertirían en más que un dolor de cabeza para los gobernantes.
Podían empezar por frenar despidos, igual que antes paralizaron desahucios. Hay empresas que despiden con beneficios, o después de una gestión nefasta, o teniendo pérdidas que son perfectamente asumibles tras tantos años de acumulación, o simplemente porque quieren externalizar o contratar en peores condiciones. Por no hablar de las administraciones y empresas públicas, responsables de buena parte del paro reciente. Algunos tal vez se lo pensarían dos veces antes de despedir tan alegremente si no solo protestaran los trabajadores afectados. También los jueces serían más estrictos con los despidos si hubiese presión social suficiente, y los gobernantes se verían obligados a hacer algo más que lamentarse.
Lo siguiente sería denunciar la existencia de puestos de trabajo vacíos. Igual que es inaceptable que haya millones de pisos cerrados habiendo gente en la calle, tenemos un 27% de paro mientras hacen falta miles de trabajadores para tareas que nadie hace. En vez de buscar un “nuevo modelo productivo” fantasmagórico, o apostar por el de toda la vida, habría que repensar las prioridades sociales, atendiendo necesidades hoy desatendidas, y apostando por sectores que tienen más que ver con la calidad de vida que el ladrillo o la banca. Además, repartir mejor el trabajo remunerado que todavía queda, reduciendo la jornada, invirtiendo la actual tendencia a la intensificación brutal. Por supuesto, recuperar la iniciativa pública, una verdadera política pública de empleo, no esperar a que la "mano invisible" del mercado nos dé trabajo. Y si hace falta, se expropian empresas igual que se pueden expropiar pisos vacíos. Todo eso es política, sólo hace falta voluntad para intentarlo.
El equivalente a ocupar edificios vacíos para dar vivienda a quien la necesita, sería la ocupación del mercado laboral mediante la organización autónoma. Estar en paro es un problema, pero trabajar también es un problema en las actuales condiciones, y cada vez será peor. El futuro no está en los “emprendedores”, sino en la construcción de espacios económicos alternativos y autogestionados: cooperativas, mercado social, intercambio, comunidad.
El último paso, si la movilización ciudadana tampoco hace reaccionar al gobierno: nuevas formas de protesta y de desobediencia, que visualicen e incomoden a los responsables, a los que “no quieren”, como ha sucedido con los escraches. Igual que los desahucios no son un fenómeno natural, tampoco el paro es un virus ni un terremoto: tiene culpables políticos y económicos, que con su acción o inacción han destruido o precarizado el empleo, y que bloquean otras políticas posibles. Imaginemos que los mismos parados que hoy hacen cola en la puerta de la oficina del Inem, se pusieran a hacer cola cada mañana frente a sedes de grandes empresas y bancos, frente a la Moncloa, el Congreso y los gobiernos y parlamentos autonómicos, incluso a la puerta de algún domicilio.
Sí, todo suena muy ingenuo, ríanse de mí: ¿paralizar despidos colectivos? ¿Obligar al gobierno a considerar otras políticas? ¿Economía social? ¿Colas de parados por todas partes? Qué ingenuo todo, sí. Lo mismo habríamos pensado de la PAH si hace cuatro años nos hubiesen dicho que era posible paralizar cientos de desahucios, poner nerviosos a los gobernantes, forzar a la banca a negociar más daciones y alquileres, situar el problema en el centro de la agenda, sensibilizar a los jueces, lograr más apoyo social que ninguna lucha reciente y crear redes de apoyo. Todo eso, si nos lo cuentan hace unos años, nos habría parecido imposible. Y al final, resulta que sí se puede.



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Camino a la servidumbre

Con sus reformas laborales se están enriqueciendo a nuestra costa mientras precarizan nuestras vidas y nos obligan a aceptar lo que sea. Por eso no sólo hay que exigir trabajo sino también que nos devuelvan nuestros derechos, nuestra dignidad robada. O si no vamos a acabar como en la Edad Media.
El último párrafo de este artículo es genial.

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Fuente: http://larevueltadelasneuronas.com/2013/03/13/camino-a-la-servidumbre/


Autor: Jorge Moruno



Revueltas-campesinas
Estás en el paro y un miércoles a mediodía te llega un mensaje al móvil enviado por el Servicio de Empleo: el jueves a las 13:45 tiene que presentarse a un curso formativo y a una posible oferta de trabajo en Aranjuez. Aranjuez, para alguien que vive en Madrid capital supone gastarse casi 10 euros en el tren, además de tener que caminar un buen rato desde la estación hasta el lugar donde se ofrece la formación. Si no acudes a la cita por cualquier motivo, sea porque no ves el sms, porque has perdido el móvil, te has quedado sin batería, o no puedes acudir con tan poco tiempo de antelación, en cualquier caso te arriesgas a perder la prestación de desempleo. El móvil aquí no sirve para comunicarse entre las personas, sino que, se utiliza a modo de pulsera carcelaria que controla y monitoriza a la población en desempleo, esperando cualquier fallo o imprevisto para ahorrar dinero anulando prestaciones. Es la versión postmoderna de las leyes de pobres y Casas de corrección en la Inglaterra del siglo XVI y XVII, cuando  los  vagabundos y desempleados eran marcados, condenados a la servidumbre, o corregidos en su actitud. Algo parecido argumenta la OCDE al proponer que España debe vincular los pagos de las prestaciones a los resultados en la búsqueda activa de empleo.
Una vez llegas al complejo donde te han citado, te encuentras sentada junto a decenas de personas más, la mayoría mujeres de distintos perfiles, muchas de ellas, con alto nivel formativo y conocimiento de lenguas; las entrevistas se van realizando a granel, grupos van saliendo, grupos van entrando. La oferta en cuestión es para trabajar de crupier en un casino de próxima apertura en Madrid que gestiona el casino de Aranjuez. Para ello, explican que previamente es necesario cursar una formación que comienza en marzo y finaliza en agosto, no pagada y que si no tienes suficientes meses de paro, difícilmente lo puedas hacer. El curso se postula como una oportunidad de futuro, como un favor que ofrece el casino por formarte en un sector tan pujante como es el del juego. Si aceptas, alrededor de 200 personas pasarán a realizar el curso teniendo que acudir durante 6 meses de lunes a viernes de 9 a 15h, gastando sólo en tren unos 540 euros –con abono-, o el equivalente en gasolina si se va en coche desde Madrid. El curso no garantiza la obtención de un puesto de trabajo y en el caso de conseguirlo, tampoco asegura que vaya a ser en el nuevo casino situado en la capital, por lo que es posible que finalmente haya que desplazarse definitivamente a la localidad de Aranjuez, a unos 50 kilómetros de Madrid.
En el mejor de los casos, una vez superado el curso satisfactoriamente y seleccionado posteriormente, esa persona tiene el gran privilegio de poder trabajar de crupier durante 6 meses de contrato cobrando 930 euros brutos dentro del horario de noche-madrugada. Las miradas cómplices se repiten entre las personas allí presentes, algunas optan por la risa colectiva evitando llorar, otras además, comparten frustraciones y rabia desorbitada ante la percepción de tanta injusticia y ninguneo generalizado, algunas en cambio, sufren una situación más desesperada y se ven forzados a tener que aceptar. La coyuntura hace de este insulto a la dignidad una oportunidad de lujo si nos ponemos en la piel de quien lleva 3 años en paro y tiene que mantener una familia. Así de tétrico es el chantaje que imponen los mismos que te hunden, pero que luego, se presentan como salvadores recibiendo CV en sus sedes. Situaciones como ésta son moneda corriente entre las vidas de precarios y parados, tanto, que a veces pasan desapercibidas, como una gota cayendo sobre otra que acaba de caer. Existe todo un amplio abanico de humillaciones, de chantajes cotidianos, que cuanto más se van agravando en el tiempo, menos importancia se les acaba dando porque desgraciadamente se  normalizan. Las élites que nunca sufren estas humillaciones y nunca están expuestas al precipicio social,   continuamente nos exhortan a adoptar posturas sumisas y asumir lo que hay como si la estafa de la crisis,  tuviera el mismo origen que el impacto de un meteorito.
La CEOE, esa casta empresarial que cuenta entre sus filas con personas tan modélicas como Díaz Ferrán o Arturo Fernández, o su actual presidente Joan Rosell y miembros del PP, llevan tiempo acusando a los parados por no aceptar trabajos, porque o bien se les paga menos que con la prestación o bien no les sale a cuenta considerando el desplazamiento, el sueldo u otros factores. A Laponia deberíamos ir si hace falta, nos dicen los mismos que se benefician de las amnistías fiscales, la desesperación y el miedo a la pobreza. Es el negocio redondo: si te cuesta encontrar empleo, cuando finalmente lo encuentras, si lo consigues, debes olvidarte de la palabra derecho. Jesús Herraiz, propietario del grupo empresarial Vinotium, busca perfiles de parados de larga duración porque así pensarán “más vale que me porte bien, más bien haga las cosas bien, para no volver a la situación en la que estaba”
En estas condiciones desaparece cualquier rasgo de democracia y autonomía en la toma de decisiones que afectan a nuestra vida individual y colectiva, puesto que, al estar parado se te considera un paria y si estás empleado eres un privilegiado que no puede quejarse y reivindicar ni siquiera lo que está legalmente establecido en el estatuto de los trabajadores, las sucesivas reformas laborales ya se encargan de eso. Todos somos potenciales parias, algunos más que otros, pero siempre compartiendo un nuevo escenario en el que va desapareciendo los medios colectivos que apoyan a quien tropieza, a quien corre menos, a quien necesita ayuda o simplemente a quien no quiere o no puede correr.
Mientras lo que importe no sea aquello que se  genera al tener empleo -cierta seguridad-, sino el hecho de generar empleo por sí mismo y bajar porcentajes, la vida quedará en un segundo plano y la servidumbre pasará al primero. Mientras se persista en pleno siglo XXI, en seguir imponiendo el empleo como la única vía de integración social sin tomar en consideración el reparto de la riqueza, el efecto embudo y el chantaje, continuarán siendo la palanca con la que una sociedad totalizada por la institución empresa, nos  impone a la mayoría el régimen de neo-servidumbre. Inmigrantes, emigrantes, asalariados, precarias, falsos autónomos, pequeños negocios, emperdedores, son el variado compendio de realidades  que expresa el proletariado postmoderno surgido del moribundo régimen salarial. La lucha del último contra el penúltimo y del penúltimo contra el último se hará más encarnizada si no se construyen vínculos sociales que soporten y aporten comunidad. Nuestras muchas y diferentes identidades han de converger en este aspecto crucial en aras de defender la vida contra la servidumbre.
Los gurús del nuevo capitalismo, sus áulicos, nos empujan a preguntarnos constantemente, ¿para qué servimos?  ¿Con qué competencias contamos para que nos consideren empleables? En otras palabras, ¿para qué somos siervos?, porque servir viene del latín servus (esclavo) y del verbo servire surgen palabras como servilleta, servidumbre o sirviente. Nos quieren convertir en una sociedad de siervos que mientras se ahoga entre el paro y la precariedad, agradezca como buenos súbditos, las buenas obras de los hombres de éxito y héroes como Amancio Ortega o Joan Roig. Salir del camino que nos conduce a la servidumbre  comienza cuando los que realmente producimos la riqueza y damos sentido a la vida, tenemos fuerza y le obligamos al 1% a escuchar la misma pregunta. ¿Y vosotros para qué servís, parásitos?


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jueves, 25 de abril de 2013

Comunicado de #Tomalafacultad ante la represión en el campus de Somosaguas

Os dejo aquí el comunicado de #Tomalafacultad ante la detención de 11 estudiantes que estaban hoy encerrados en el campus de Somosaguas para protestar contra los recortes y la mercantilización de la universidad. 

Esto es como estar viendo Cuéntame. Lo llaman democracia y no lo es...

Fuente: http://tomalafacultad.net/2013/04/25/ante-la-represion-en-el-campus-de-somosaguas-de-la-ucm/ 

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Ante la represión en el campus de Somosaguas de la UCM


Las y los estudiantes del campus de Somosaguas de la Universidad Complutense estábamos convocados a una jornada de huelga este 25 de abril acordada por la asamblea de estudiantes del campus para hacer frente a la política de recortes y de mercantilización de nuestra universidad.
Ante esta convocatoria, las fuerzas policiales mandatadas por la Delegación de Gobierno en la Comunidad de Madrid se han mostrado implacables a la hora de impedir al estudiantado ejercer su legítimo derecho a huelga y para ello han entrado en el campus y han procedido a cargar indiscriminadamente contra los estudiantes incluso dentro de las propias facultades.
La actitud de la Universidad Complutense es si cabe tan despreciable como la de la Delegación de Gobierno, pues en vez de ponerse del lado de los estudiantes y defender la autonomía democrática de la Universidad, ha decido respaldar por vía de su Vicerrector de organización la criminal actuación policial que de momento se ha saldado en 11 estudiantes detenidos.
Por último, queremos dejar claro, ante la creciente manipulación mediática, que el encierro y la huelga estudiantil en Somosaguas no tiene relación alguna con la convocatoria de “Asedia el Congreso” prevista para el mismo día de hoy.
Exigimos ante esta violenta y desproporcionada actuación policial y ante la lamentable actitud de la Universidad:
  • La libertad inmediata sin cargos de todos los estudiantes detenidos
  • La dimisión de la Delegada de Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes
  • Un posicionamiento rotundo de las autoridades universitarias en favor de la lucha por la universidad pública y un público retracto por las lamentables declaraciones emitidas hasta ahora
ESTUDIANTES DE SOMOSAGUAS
CONCENTRACIÓN HOY 25A A LAS 16H EN RECTORADO UCM 

somosaguas



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Comisión legal de Sol: es falso que el movimiento 15M se haya desvinculado de la convocatoria del 25A

Os comparto esta noticia, es sobre la convocatoria "asedia el congreso" que tiene lugar hoy. Los medios de comunicación están manipulando muchísimo sobre el 25A para presentarlo como una convocatoria violenta y antidemocrática. La comisión Legal de Sol ha publicado un comunicado dejando claro que los medios han mentido diciendo que el 15M se ha desvinculado de la convocatoria del 25A, extendiendo deliberadamente la opinión de la comisión legal Sol del 15M Madrid a la voluntad de todos los activistas del 15M en todo el Estado y en todo Madrid. Como dicen desde RRY: "Vayamos o no vayamos, todos somos iguales, manifestantes con ideas y proyectos, con ganas de defender nuestros derechos. No nos dividirán. Revolución Real Ya!!"

P.D.: El periódico Diagonal informa de que está habiendo una oleada de detenciones contra estudiantes que se encerraban en sus facultades hoy para protestar contra los recortes, como en el campus de Somosaguas de la Complutense, donde los policías les han perseguido por el campus y han hecho 11 detenidos.

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Fuente del comunicado de la Comisión Legal de Sol aquí: http://madrid.tomalaplaza.net/2013/04/24/si-nos-tuvieramos-que-dar-por-aludids-comunicado-de-la-comision-legal-sol-en-respuesta-a-las-ultimas-declaraciones-del-ministro-del-interior/


Si nos tuviéramos que dar por aludid@s… Comunicado de la Comisión Legal Sol en respuesta a las últimas declaraciones del ministro del Interior



Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, agradeció en la tarde de ayer ”que algunos colectivos, ante la radicalidad y el sin sentido, se hayan desmarcado públicamente” de la manifestación convocada para el jueves 25 de abril1. Hemos valorado detenidamente la posibilidad de ignorar estas declaraciones, con las que no nos damos por aludid@s. Sin embargo, sus palabras generan, obviamente, el absurdo dilema entre contestar a una indisimulada  provocación o profundizar con el silencio en el intento estigmatizante promovido únicamente por sus propios agentes y por el propio titular del ministerio. Finalmente, en la medida en que el nuestro ha sido el único comunicado publicado al respecto, y ante la insistencia de algunos medios por vincularnos a sus declaraciones, consideramos oportuno recordarle algunas cuestiones al señor ministro.
Si nos tuviéramos que dar por aludid@s, señor ministro, quisiéramos dejarle claro que no aceptamos su intento gratuito de utilizar nuestras palabras en relación con esta manifestación para dividir a quienes llevamos cerca de tres años protestando en la calle. Hace dos semanas emitimos, por responsabilidad con quienes se juegan el tipo cotidianamente en la calle protestando contra su gobierno, una aclaración técnica, con un fundamento metodológico, destinada a evitar una confusión que comprometiera el derecho a la defensa de las personas que puedan resultar detenidas en una convocatoria que ya cuenta, por otra parte, con su propia cobertura jurídica. Le recordamos igualmente que nuestro comunicado nos representa a nosotros, y no a la totalidad de la diversa realidad del denominado movimiento 15M, como se ha querido hacer entender de manera interesada. Con su intencionada alusión a la “radicalidad” -etimológicamente, “acudir a la raíz” de un problema- como pretendido fundamento de nuestra decisión, no hace sino desvelar que eso es precisamente lo que no hace su gobierno cuando intenta ocultar su nefasta gestión de la crisis -de la que ustedes son responsables- criminalizando a la protesta social.
No aceptamos, por tanto, su agradecimiento, que no es más que una nueva vuelta de tuerca en una estrategia de largo recorrido para generar fisuras internas entre quienes les cuestionan. Tampoco lo aceptamos en la medida en la que proviene de quien es el último responsable de las brutales cargas de sus Unidades de Intervención Policial, que abrieron las portadas de la prensa internacional un día después del 25S, así como de las órdenes que han motivado centenares de denuncias por lesiones, archivadas precisamente porque usted no hace cumplir a sus agentes la instrucción que les obliga a ir debidamente identificados. Cuando hace alusión a que “la  Policía va a hacer cumplir la ley con la profesionalidad a la que nos tienen acostumbrados las Unidades de Intervención”, no podemos sino recordarle que son, desde el 15 de mayo de 2011 hasta el día de hoy, 331 las personas detenidas y 962 las sancionadas sólo en la ciudad de Madrid las que pueden dar cuenta de la “profesionalidad” de sus agentes. Con semejante saldo represivo por parte de un gobierno que gestiona la crisis enjuiciando y sancionando a sus ciudadanos cuando protestan, bien haría con mostrar algún interés por garantizar que las intervenciones de sus UIP fueran proporcionadas y ajustadas a Derecho. No nos utilice para desviar la atención de quienes han dado sobradas muestras de violencia desproporcionada en la calle, ni para justificarla.
Al hilo de sus declaraciones, nos vemos en la obligación de recordarle, por aquello de que el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento y ante su persistente intento por contener la protesta ciudadana, que una manifestación “no comunicada” no es una manifestación “ilegal”, y en consecuencia ésto jamás puede ser motivo para disolverla. Su intención de delimitar en las mismas a los manifestantes “buenos” y a los “malos” exige, como mínimo y más a un ministro de Interior, una lectura rigurosa de la LO 9/1983 reguladora del Derecho de Reunión, recogido, esperamos que lo recuerde, como derecho fundamental en la Carta Magna. Del mismo modo, nos permitirá un último matiz a sus palabras de ayer, recordándole que, nuevamente según la Constitución, la soberanía no reside “en el Congreso”, sino en el pueblo, tal y como recoge su artículo 1.2;  por otra parte, han sido ustedes quienes más insistentemente han demostrado, con el secuestro de esa institución que tan profusamente invoca, que es en la calle donde se encuentran los ejercicios de legitimidad cotidiana por los que habla la voz de aquellos a quienes dicen representar.
Nos despedimos señalándole que quienes visibilizamos en la calle el “malestar social derivado de la crisis económica”, con el que tan identificado parece, agradeceríamos al Ministerio del Interior tanta diligencia para investigar a los responsables de la misma como el que despliega para intentar silenciar la indignación que generan y, de paso, probar a dividirnos con sus afirmaciones (aunque ya le advertimos de que no lo conseguirá). El día en que 1400 antidisturbios sean destinados a esclarecer quiénes han arrastrado a la ciudadanía a semejante situación, a perseguir a un corrupto, a un banquero, a un tesorero; el día que sus agentes cumplan por fin el artículo 11 de su propia Ley Orgánica (“Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen como misión proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades”), no les agradeceremos que hagan correctamente su trabajo, pero tal vez tengamos, sólo tal vez, un motivo menos para salir a la calle.
Comisión Legal Sol




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El consejo de gobierno de la Politécnica de Barcelona rechaza los 90 despidos de trabajadores

¡Ánimo, compañerxs! :-)

Fuente: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/04/24/catalunya/1366811371_504420.html

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IVANNA VALLESPÍN Barcelona 24 ABR 2013


Los empleos se salvarán si lo ratifica el Consejo Social el lunes

Los universitarios hacen un escrache a Mas-Colell



Estudiantes de la Universidad Autónoma cortan el paso a un convoy de los Ferrocarriles de la Generalitat. / ALBERT GARCIA

El Consejo de Gobierno de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) rechazó ayer por 28 votos a favor y 23 en contra el despido de 87 interinos de personal de administración y servicios. La medida todavía no es válida, ya que debe ser ratificada por el Consejo Social, que se reunirá mañana. La UPC aprobó hace un mes el despido de unas 340 personas. De estos, 87 son interinos —que cesarían el 1 de mayo— y el resto, profesores asociados, que no serán renovados en septiembre.
El cambio drástico en la posición del consejo de gobierno se entiende por la renovación de sus miembros, lo que ha implicado un fortalecimiento del sector contrario al rector Antoni Giró y a los recortes presupuestarios y de plantilla. Pero el Consejo Social no ha cambiado, así que probablemente la paralización de los despidos no se haga efectiva. Eso no quita que el rector quede en una posición muy debilitada, especialmente ante la prueba de fuego que debe pasar el próximo 17 de mayo, cuando se ha convocado un claustro extraordinario para decidir si se convocan elecciones anticipadas en la UPC.
Un centenar de personas se concentraron en el rectorado para seguir el consejo de gobierno, que se alargó más de seis horas. Al conocerse la decisión de paralizar los despidos, los concentrados estallaron en aplausos y lanzaron gritos pidiendo la dimisión de Giró. Antes del inicio de la sesión, un grupo de interinos afectados irrumpieron para leer un manifiesto en contra de los recortes presupuestarios y de plantilla. De hecho, por este motivo la UPC inicia hoy una huelga de cuatro días, hasta final de mes.
Las protestas marcaron el día ayer en varias universidades. A las ocho de la mañana un grupo que no llegaba al medio centenar de estudiantes cortaron durante una hora, con una barricada de neumáticos quemando, la avenida Diagonal de Barcelona a la altura de la zona universitaria. La Autónoma tomó el relevo al mediodía cuando un grupo de unos 200 estudiantes marcharon por el campus de Bellaterra. El bloque se dirigía hacia la autopista AP-7, con la intención de cortarla, pero se encontraron con una columna de agentes antidisturbios que les impidieron el paso y todo acabó con un forcejeo sin mayores consecuencias entre policía y estudiantes.
El descontento por los recortes en las universidades llegó por la noche hasta el portal del domicilio del consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, máximo responsable de las universidades, el barrio de Sarrià-Sant Gervasi. Casi un centenar de estudiantes y profesores colgaron carteles en la fachada del domicilio de Mas-Colell.



Estudiants de la UAB tallen el ferrocarril. Fuente de esta imagen: Asamblea de la Verneda-Sant Martí


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miércoles, 24 de abril de 2013

Evolución de las huelgas en el Estado español desde los setenta hasta la actualidad

Hola. Os dejo aquí un estudio sobre cómo han evolucionado las huelgas en el Estado español desde los años setenta hasta ahora. Resumiendo: el número de huelgas declinó desde mediados de la década de los noventa pero se empezó a recuperar desde 2008.
Hagamos entre todxs que este pico siga aumentando y asustando a nuestro ministerio de Interior ;-)
Os dejo ya con el artículo. Un saludo
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Fuente: http://marxismocritico.com/2013/04/24/analisis-del-nivel-de-huelgas-en-el-estado-espanol/


“Análisis del nivel de huelgas en el Estado español en el periodo 2007-2012″


Miguel Sanz Alcántara


En su artículo del número 2 de esta revista, Angie Gago hacía una radiografía de la clase trabajadora del Estado español, así como de su reacción general y la de sus organizaciones básicas de lucha –los sindicatos– a los efectos de la crisis. Con este artículo queremos complementar su análisis a través de una contextualización en el tiempo del nivel de las huelgas durante los últimos cinco años y mostrar que, lejos de la visión pesimista reinante en la izquierda, la clase trabajadora no ha mantenido una actitud pasiva. Al contrario, encontramos un tendencia gradual, con subidas y bajadas, al aumento de las luchas laborales. 
El análisis de la tendencia de la clase trabajadora hacia la lucha o la pasividad en la crisis es central para comprender lo que está ocurriendo. Aunque las estadísticas de conflictos laborales sólo muestran una parte de la explicación, y ésta debe ser complementada con un análisis político, resulta un apoyo importante a la hora de conocer cómo se trasladan las luchas sociales –del 15M, por ejemplo– y la batalla política entre diferentes actores (sindicatos, gobierno, oposición, etc.) al terreno laboral. En este artículo estudiaremos principalmente el movimiento de los trabajadores y trabajadoras desde el punto de vista de las huelgas recogidas por las estadísticas, e intentaremos conectar estos datos con una visión más global de lo que ocurre fuera del ámbito de la lucha en los centros de trabajo.

Sobre los indicadores

Para el análisis del nivel de luchas laborales hemos utilizado algunos parámetros estadísticos básicos, como por ejemplo el número de huelgas, el número de participantes en estas huelgas y el número de jornadas de trabajo perdidas por causa de ellas, en términos generales y en datos desagregados por sector y rama de actividad. La combinación de estos parámetros (más otros indicadores derivados) permite hacerse una imagen aproximada del nivel de luchas laborales en un periodo concreto. Cada parámetro tiene unas implicaciones concretas desde el punto de vista de la organización, la activación de sectores de trabajadores y el daño generado a los empresarios con la actividad de huelga.
El número de huelgas muestra el nivel general de lucha, la cantidad de colectivos de trabajadores que se encuentran inmersos en conflictos. Por su parte, un alto o bajo número de participantes indica el nivel general de personas implicadas en la huelga. Un nivel alto de participantes indica que las huelgas están siendo secundadas y que se está implicando a centros de trabajo que agrupan a muchos trabajadores. Un mismo número de huelgas puede representar situaciones muy diferentes si se introduce este parámetro. Por ejemplo, en el año 1978 hubo 1.128 huelgas registradas con casi cuatro millones de participantes, mientras que para las 1.125 huelgas que se registraron en 2009, hubo tan sólo 650.000 personas. Por lo tanto, puede decirse que los niveles globales de participantes en las estadísticas muestran, entre otros hechos directos, el impacto social de las convocatorias de huelga.
Respecto al volumen de jornadas no trabajadas, es un dato que nos permite por un lado medir la tendencia hacia huelgas más o menos duraderas, pero también nos mide el daño productivo y económico que se infiere a los jefes y capitalistas. Representa el número de jornadas efectivas que cada trabajador que secunda una huelga deja de producir o prestar su servicio. Es un indicador que también refleja el nivel de combatividad y organización entre los trabajadores, tanto a nivel de empresa como general, y explica mejor que el número de huelgas cuál es el nivel de movilización.

Otras consideraciones

Estos indicadores estadísticos no son puramente objetivos, pues se fundamentan en la recopilación de datos realizada por el Estado y la Patronal, principalmente. Las cifras pueden estar sesgadas en función de que a cada actor le interese resaltar o disminuir el nivel de lucha laboral en cada momento (en especial el número de huelgas y de participantes). En cualquier caso, la utilización de estos indicadores permite destacar las tendencias generales, que es lo que nos interesa para el objetivo de este artículo.
Por otra parte, aquí analizaremos, a falta de otras fuenstes, los conflictos laborales que tienen como expresión únicamente la huelga. Por este motivo debe considerarse que la conflictividad laboral recogida por los datos estadísticos que utilizaremos no reflejan directamente otros modos de lucha como la manifestación, las marchas, encierros y protestas varias que se realizan fuera del horario laboral por parte de los trabajadores y trabajadoras. Sin embargo, la huelga suele ser la expresión más dura de los conflictos laborales y también la que refleja mayor determinación para la lucha por parte de las plantillas de las empresas y centros de trabajo. Por eso debe interpretarse que la conflictividad laboral es mayor de la que reflejan las estadísticas, pues es muy habitual que por cada huelga la plantilla haya realizado antes, después o durante, otras expresiones de protesta. Además, no todos los conflictos laborales llegan a tomar la forma de huelga y se ganan o pierden antes que los trabajadores decidan hacerla.
Por último, destacar que con este artículo no se pretende transmitir una visión economicista de la lucha de clases. Es decir, el conflicto laboral cotidiano es la expresión más directa del enfrentamiento entre la clase trabajadora y los jefes –entre el trabajo y el capital, entre el proletariado y la burguesía contemporánea, si se quiere–, pero no es la única expresión de la lucha entre clases, que también se desarrolla en los ámbitos político, social e ideológico, además del económico que nos ocupa. Por otra parte, en momentos concretos la huelga puede vehicular demandas esencialmente políticas, como pasó durante los años 70 y la transición o, a un nivel mucho más bajo, durante 2003 con los paros laborales contra la Guerra de Irak. Pero, aunque la lucha sea esencialmente económica, se interrelaciona con los otros campos de una forma compleja y rica. La lucha de clases, como acción global de la clase trabajadora y el resto de clases, está mediada por factores políticos, ideológicos, organizativos, institucionales, de experiencias sobre victorias y derrotas, conflictos internacionales, etc. El objetivo último que perseguimos es ofrecer un análisis general de los primeros años de la crisis y sobre la disposición actual para la lucha por parte de la clase trabajadora a través de la huelga, que es una herramienta central y enormemente indicativa de la conciencia de clase, pero no la única.

La tendencia general del número de huelgas y la respuesta a la crisis

Para contextualizar la época en que nos encontramos partiremos de la década de los 70. Es muy cierto que la lucha laboral y las huelgas se dieron también, aunque de una forma mucho menos intensa, en las décadas anteriores del régimen franquista, pero entendemos que el punto álgido que representan las luchas obreras de los años 70 permiten entender con mayor claridad de contraste lo ocurrido durante las dos últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI.
Entre 1976 y 1979 la clase trabajadora vive una serie de movilizaciones muy intensas y su nivel de huelgas, además de ser muy alto, involucran cada año siempre a más de tres millones de trabajadores y trabajadoras. El número de jornadas de trabajo perdidas por las huelgas alcanza cifras que nunca más se volverán a alcanzar si no es a través de las huelgas generales ya en periodo plenamente democrático: entre 11,5 y 19 millones de jornadas perdidas por año. Estos cuatro años registran 16 millones de huelguistas y las jornadas no trabajadas representan 60 millones, que equivalen a más de la mitad de las jornadas no trabajadas computadas en todas las huelgas laborales de los siguientes 25 años1. Esto permite hacerse una idea del nivel de combatividad del movimiento obrero durante la transición2, pero también del bajo nivel relativo de luchas en el que nos encontramos desde entonces.
Para la contextualización que nos interesa de la época actual, pueden establecerse dos grandes periodos en lo referente al dato general del número de huelgas. Un primer periodo que abarca desde 1976 hasta principios de la década de los 90, en la que todos los años, a excepción de 1986, se supera el millar de huelgas; y un segundo periodo a partir de 1994 hasta 2008 en el que siempre se queda por debajo de esta cifra. Con esta división general en dos periodos (reflejada en la tabla) podemos hacernos una idea del lento declinar de la combatividad laboral en el Estado español, que tiene su punto más bajo en los últimos años del siglo XX y los primeros del XXI.
Entre 1997 y 2006 el número de huelgas se sitúa por debajo de 800, con 705 de media. Si tomamos como referencia esta cifra del millar de huelgas, podremos ver que desde el inicio de la crisis económica la clase trabajadora del Estado se ha acercado al nivel de conflictos laborales anterior a la década de los 90. Este aumento del número de huelgas no se ve reflejado en el número de participantes y en el volumen de jornadas perdidas, lo que indica que aunque crece el número de conflictos, las huelgas involucran a menos gente y son menos duraderas que en la década de los 80 cuando también se rebasaba el millar de conflictos anuales. En cualquier caso, una primera observación al número de huelgas desmiente que la reacción de la clase trabajadora a la crisis haya sido la de la pasividad. Como se analizará más adelante, los años 2008, 2009 y 2010 recogen un pico de luchas que comienza a decrecer desde finales de 2010 y durante 2011, aunque con una tendencia a la recuperación en 2012 que deberá confirmarse cuando se publiquen más datos.
Este primer análisis del número de huelgas y la tendencia en la que se enmarcan no puede hacernos olvidar el estallido de las huelgas generales, que son picos de lucha que sobresalen de la trayectoria de fondo. En el Estado español existe un excepcional nivel de movilización sindical en torno a cuestiones de política económica, reformas laborales, pensiones, etc. a través de la huelga general. Tanto la huelga general de 1988 como las de 1994 y 2002, denotan una enorme disposición para la solidaridad por parte de la clase trabajadora del Estado. Son movilizaciones de los que trabajan para proteger a los trabajadores y pensionistas del futuro. Por tanto, en el análisis de la combatividad deben incluirse las huelgas generales y en qué medida son secundadas, pero debemos diferenciarlas de la tendencia general del número de huelgas, que muestran la actitud cotidiana y la disposición general para la lucha de trabajadores y trabajadoras, y representan por tanto de una forma más clara el nivel general de combatividad.


Puedes seguir leyendo el estudio aquí.


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lunes, 22 de abril de 2013

Caza al “terrorista”, multa al empresario

Hola. Os dejo aquí un artículo que compara el tratamiento mediático, político y jurídico que se está dando a los SUPUESTOS causantes del atentado en Boston y al (no supuesto) dueño de la fábrica que ha explotado en Texas después de haber sido investigada varias veces y multada en 2006 por no cumplir las medidas de seguridad. 

Los primeros, en caso de que se pruebe su culpabilidad (en un proceso con abogados y esas cosas que existían en Estados Unidos antes de Guantánamo) serían responsables de la muerte de tres personas. El dueño de la empresa es responsable de la muerte de treinta y cinco seres humanos. De los dos supuestos terroristas de Boston ya se ha matado a uno y el otro está muy grave en el hospital. Si se le declara culpable sabemos ya qué castigo le espera: el alcalde de Boston ha pedido para él la pena de muerte. En cuanto al dueño de la fábrica, sólo se expone a una multa.

Ante esta comparación mucha gente responderá: "claro pero los autores del atentado lo han hecho intencionadamente, mientras que lo de la fábrica fue un accidente". Bueno, pero una fábrica que ya ha sido investigada varias veces y multada hace pocos años por su falta de seguridad, una fábrica que después de todo eso explota, eso para mí no es un accidente. Es una bomba de relojería. Es una o varias personas que han estado lucrándose a costa de la seguridad de sus trabajadores. Es, para mí, un homicidio económico, de esos en los que no nos fijamos porque el sistema es muy bueno en disimular las responsabilidades de los de arriba y manipularnos.


Sin pretender minimizar el dolor de la tragedia de Boston (y la injusticia para las víctimas del atentado), me parece no obstante importante recordar que las familias de los treinta y cinco muertos de la fábrica en Texas también están sufriendo una tragedia. Y no serán vengadas por una "caza al patrón" a imagen de la de Boston, ni recibirán muestras de solidaridad del mundo entero.


Os dejo ya con el artículo de Shangay Lili. Que os guste.

Violeta

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Fuente: http://blogs.publico.es/shangaylily/2013/04/20/caza-al-terrorista-multa-al-empresario/



Estos días los EEUU han vuelto a dar una clase magistral de la hipócrita doble moral de la retórica capitalista. Por un lado hemos visto la cacería desproporcionada, omnimediática, invasiva, de un par de jóvenes hermanos, Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev, refugiados políticos en EEUU sin vínculos aparentes con grupos terroristas de los que se sigue sin haber demostrado su implicación en un asesinato en masa tildado de “atentado terrorista” aunque no se haya reivindicado nada político, y por el otro a un empresario sin escrúpulos, Adair Green, dueño de la fábrica de fertilizantes en West que explotó, que había sido multado en varias ocasiones por poner en peligro a sus empleados y habitantes de Waco y al medio ambiente, y que ha matado a 35 personas por ahora, 60 desaparecidos, cientos de heridos y hogares y escuelas del pueblo reducidos a astillas.
El tratamiento mediático de ambos casos es extraordinariamente llamativo.
En el primero, la retórica patriotera, grandilocuente, criminalizadora de los movimientos sociales (no han dejado de repetir lo mala que es la gente cuando tiene móviles políticos o piensa distinto al régimen pertinente), infantil incluso (los conceptos de “bien” y “mal” han chorreado por los circunloquios de los locutores como cancioncillas para aprender el abecedario en parvularios coloniales), ha sido un mantra repetido hasta la extenuación. El adoctrinamiento, las consignas, la demonización que la cacería humana que los dos hermanos apuntados como culpables del atentado (sin dar ninguna prueba fehaciente más allá de unas fotos borrosas y cierta semejanza entre las mochilas) ha propiciado, nos ha servido de repaso de esa crucial asignatura que es “Criminalización de los movimientos sociales” hasta volver a aprendernos de memoria sus tramposas dicotomías: buenos/malos, víctimas/verdugos, conocidos/desconocidos, nacionales/extranjeros, ellos/nosotros…
Por supuesto, la islamofobia rápidamente ha sido declarada prima donna de todo este espectáculo. Se han vuelto a hacer verdaderos malabares dialécticos para recordar que los peores malvados del mundo son los musulmanes (especialmente los que se niegan a entregarle su petróleo a los EEUU). Y aunque los EEUU hayan financiado, formado y casi inventado a los terroristas chechenos —como ya hicieron con los talibanes y Al-Qaeda— para intentar socavar a su rival ruso, de repente se ha presentado al pueblo checheno como una oscura etnia de animales asesinos que sólo viven para el terrorismo. “Los hermanos eran chechenos e islamistas, eso lo explica todo”, resumió inmediatamente la maquinaria propagandista cuando la gente empezó a rascarse la cabeza ante la incongruencia de todo. Normal, ¿un atentado terrorista en el que no se reivindica nada?, ¿unos malavados terroristas que se quedan en su casa, en su localizable entorno, cuando tienen familia, posibilidades y protectores en Daguestan? ¿El hermano mayor había pasado 6 meses en Daguestan y Chechenia hace poco, preparándose con grupos terroristas según han insinuado, y se autoinmola por atracar una tienda de comestibles aquí? ¿Qué terroristas son esos que parecen poner en escena una autoinmolación que engrandezca la maquinaria represiva estadounidense y permita mensajes tan bochornosos como el que la policía de Boston tuiteó anochediciendo “CAPTURADO!!! La caza ha terminado. La búsqueda se acabó. El terror ha terminado. Y la justicia ha ganado“? (el subrayado es mío).
bostonpolice
Lo siento, pero anoche cuando vi las fotos del hermano pequeño (19 años) tirado en el suelo, con el rostro cubierto de sangre, famélico (un policía le levanta la sudadera y confirmamos que llevaba sin comer desde el lunes), sin rastro de bomba lapa ni armas, como un animal acorralado rodeado de fieras, sentí pena por él y rechazo por esa maquinaria represora. Sé que está mal, que seguramente sea el asesino de personas, pero lo único que parecía era un chaval de 19 años acosado por un monstruo propagandístico que necesita nuevas víctimas cada cierto tiempo. Y cuando escucho esa retórica de película cutre de héroes fascistas y villanos extranjeros, sentí náuseas. ¿No va a plantearse nadie el debate de las armas, de la explotación del planeta, de la frustración que la corrupción capitalista crea?, me preguntaba.
La única respuesta es que va a ser tratado como ”Enemy Combatant”, o sea como en Guantánamo, no va ha tener ningún derecho y nadie va a poder cuestionar su culpabilidad. Amnistía Internacional ha denunciado repetidas veces esta monstruosa figura. Hasta el Comité Internacional de la Cruz Roja ha mostradodudas sobre la legalidad de esta categoría en la que no se aplican ni la Convención de Ginebra ni se le considera prisionero de guerra (básicamente no se le considera persona y pierde sus derechos humanos). Nuestros amigos deRebelión han denunciado este procedimiento que se salta las más elementales normas democráticas y de los derechos humanos:
“El 17 de octubre de 2006 el presidente Bush firmó la Military Comissions Act que legalizaba las comisiones militares, tribunales militares creados por un decreto presidencial tras los atentados del 11 de setiembre. Para justificar la puesta en marcha de estas jurisdicciones tan liberticidas que incluso violan el propio código militar se apeló a la situación de urgencia. Esos tribunales se crearon para juzgar a extranjeros sospechosos de terrorismo para la Administración pero sobre los que no se cuenta con pruebas aceptables para la jurisdicción civil o militar.”
“Esta ley introduce en el Derecho la noción de enemigo combatiente ilegal. Da a esta incriminación un carácter directamente político al designar a «personas comprometidas en actividades hostiles hacia EEUU o que favorecen voluntariamente y materialmente tales actividades…». Esta definición es tan vaga que puede aplicarse incluso a movimientos sociales y a acciones de desobediencia civil. Lo que es aún más grave en tanto que la noción de combatiente enemigo se aplica también a los nacionales. Los combatientes enemigos ilegales pueden ser transferidos a las comisiones militares. Los combatientes enemigos de nacionalidad americana pueden recurrir a la jurisdicción civil para solicitar un Habeas Corpus.”
Las preguntas son muchas. Pero hay siempre una respuesta que debe silenciar a cualquier voz crítica: “Mencionaron el Islam en una página, son chechenos”. Y a esto hay que sumarle que muchas televisiones les caracterizan de rusos, no chechenos, para recuperar ese miedo al comunismo ancestral en los EEUU.
Por otro lado tenemos al corrupto empresario de la fábrica de fertilizantes de West: Adair Green. Sabía que su empresa era peligrosa, se lo habían avisado:
La planta de fertilizantes de West (Texas) fue investigada en 2006 por las autoridades federales y locales sobre sus medidas de seguridad, según recordaron hoy varios medios estadounidenses.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) multó a la compañía en marzo de 2006 con 2.300 dólares porque el plan de seguridad de la empresa no cumplía con los requisitos federales, según apuntó el diario USA Today.
En concreto hacía referencia a que no tenía un plan formal de mantenimiento escrito y pocos registros sobre la capacitación dada a los empleados.
La compañía corrigió las deficiencias y actualizó su plan en 2011, según certificó la EPA, que ha enviado un equipo de expertos a controlar la calidad del aire en la zona y los alrededores de donde se produjo la explosión.
La compañía fue además investigada por la Comisión de Calidad Medioambiental de Texas en 2006 después de recibir una queja en junio de ese año sobre un fuerte olor a amoniaco procedente de la planta, situada a 32 kilómetros al norte de Waco (Texas).
Fertilizantes West, fundada en 1958 y propiedad de la compañía Adair Grain, almacenaba 24,5 toneladas de nitrato de amonio, pero según una información del diario local Dallas Morning News la empresa había asegurado que no representaba ningún riesgo de fuego o explosión.
Incluso señala, en lo que define como el peor escenario posible, que sería un escape de amoniaco durante 10 minutos, el cual, previsiblemente, no causaría heridos.
Pero este no es un terrorista. Los medios no dicen nada de él, ninguna foto proponiendo al pueblo que le cace, ningún asalto a la intimidad de su familia (y eso que él no ha muerto a tiros), ningún acoso a su intimidad, ninguna campaña para desvelar su intimidad. No es un terrorista. Aunque haya asesinado por avaricia a 35 personas (que podrían ser 60, dicen), aunque haya destruido el medio ambiente, aunque haya podido envenenar a muchas personas y nos enteremos dentro de décadas, aunque tuviese todos los medios para ganar un poquito menos y no asesinar a personas, este no es un terrorista. Porque representa los “ideales” del sistema, del imperio USA, del monstruo capitalista neoliberal que mata de hambre a 3/4 partes del planeta para que una minoría viva malgastando.
A este criminal sólo le van a poner una multa, como mucho. Como aclaró el reportero David Lindorff a la televisón rusa RT en su artículo La explosión de la planta fertilizadora de West evidencia las carencias reguladoras:
RT: Teniendo en cuenta la pérdida de vidas y la propiedad destruida, tendrá que enfrentar la compañía condenas o será algún responsable condenado criminalmente?
Bueno, en primer lugar nunca verás ninguna demanda criminal contra esta compañía, eso no ocurre aquí. Eso está descartado. Lo que puede ocurrir es algún tipo de multa contra la compañía por algún tipo de violación, pero será simbólica, y cobrarán el seguro y reconstruirán la planta, y estoy seguro de que la reconstruirán en el mismo sitio en el que está ahora. Así es como funciona.
En este capitalismo neoliberal que los EEUU han impuesto al planeta que llamamos “civilizado”, un empresario es un ídolo, por muy corrupto, criminal y desalmado que sea. Lo estamos viendo cada día en España, en donde los casos de empresarios ladrones, que dejan a jubilados, desvalidos y niños sin hogar, que roban a discapacitados (Undargarín), que causan muertes y suicidios, son saludados como ejemplos y reciben premios y genuflexiones desde el Gobierno (el del PSOE incluido).
Y cualquier persona que, desesperado ante la miseria, injusticia y atropellos en los que se ve obligado a vivir, es una terrorista si a su protesta une cualquier crítica política. Y no me digáis que estos han asesinado a personas, de ser así se merecen la cárcel, en España estamos viendo a personas pacíficas, generosas, que luchan contra esta corrupción empresariada, bancaria, y son tildados igualmente de terroristas. Los presidente democráticamente elegidos (un saludo al gran Maduro) son tildados de terroristas y dictadores también, porque se oponen a los intereses empresariales de las corruptas corporaciones españolas, europeas, estadounidenses (y sus emporios mediáticos que mienten para estigmatizar al anemigo), es la criminalización de los movimientos sociales que hemos importado alegremente. La maquina capitalista debe avanzar. Los buenos siempre ganan. Aunque sean familias reales corruptas, presidentes de una comunidad de ladrones, policías violadores, curas pederastas, banqueros asesinos, presidentes que venden su país y a su pueblo… los buenos siempre ganan. A los terroristas se les caza.
Y una mierda. No vamos a parar. Se puede. Pero no quieren.
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