sábado, 30 de abril de 2011

Sin novedad en el frente

http://blogs.que.es/14667/2011/4/15/los-espanoles-cobramos-paston-

Los españoles cobramos un pastón...



El salario de los españoles sigue siendo uno de los más bajos de la Unión Europa (UE) con 22.000 euros al año frente a los 35.000 euros de media en los países miembros, una asignación que sólo es inferior en Grecia, Portugal y Polonia. ¡Eso no se lo cree nadie!

Y seguimos con las medias,somos un pais de sub-mileuristas y mileuristas (12 meses x 1000 € = 12000 € ( + 2 pagas si tienes suerte de cobrarlas ) = 14000 €.

¿Donde está el resto del dinero para llegar a los "22.000 euros al año de media" de los estudios?

En cuanto a las tendencias salariales, las retibuciones de los directivos sube, sin embargo la retribución fija de los empleados se mantiene a la baja.

La inflación perjudica especialmente a los trabajadores y personas con rentas más bajas y a los pensionistas.

Los españoles trabajan más horas que los alemanes, según un informe de La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

El euríbor ha alcanzado su máximo en 26 meses. El índice de precios de consumo (IPC) subió en marzo el 0,7% en relación al mes anterior y el 3,6% en tasa anual, según confirmó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Esta Semana Santa llenar el depósito cuesta ahora una media de 74,47 euros, diez más que hace un año.

El elevado nivel de precios alcanzado en febrero y marzo castiga de forma especial a los trabajadores mileuristas y a las rentas más bajas para quienes los bienes de primera necesidad (alimentación, vestido y calzado, vivienda y menaje) representan el 70% de la cesta de la compra.

La patronal CEOE aboga por seguir "en la línea de moderación salarial" para propiciar la recuperación económica y la creación de empleo "lo antes posible" y evitar que la elevada inflación se traslade a los salarios. Telefónica con unos beneficios récord de 10.167 millones de euros en 2010, los mayores conseguidos por una empresa española, va a distribuir 7.300 millones de euros entre sus accionistas en forma de dividendo, remuneración también récord en la historia empresarial española, planea recortar el 20% de su plantilla en España.

Tanto si ganan como si dejan de ganar los empresarios no están por la labor de echar una mano para reducir la cola del paro, ellos siguen a lo suyo; moderación de salario y despido de trabajadores para recortar costes y reparto de beneficios para la cúpula directiva.
Cuando las cosas les va bien; los beneficios se privatizan, en cambio, las perdidas se socializan.





domingo, 24 de abril de 2011

La juventud precaria

Y yo me pregunto... ¿¿hasta cuándo??

Fuente: http://blogs.publico.es/lunamiguel/2011/04/15/la-juventud-precaria/
Autora: Luna Miguel
(Artículo del 12 de abril de 2011):

El otro día no fui a la manifestación de los estudiantes. No fui porque tenía siete euros en la cuenta. No fui porque mi precariedad me invitó a quedarme en casa todo el fin de semana hasta que, al fin, el lunes, pudiera ingresar un bendito cheque de cien euros por un trabajito que hice y que me salvará (mejor dicho: “salvará”… quisiera poner el entrecomillado más fuerte y más grande) el resto del mes. Porque juventud precaria es alquiler chungo y un sueldo que no te permite llegar a fin de mes. Que todo se me va en el alquiler. Que todo se me fue con la leche, el aceite y el jabón. Pero no será por que yo sea una Ni-Ni o una vaga, de hecho, ya lo dije, no creo en la generación Ni-Ni. ¿Son Ni-Ni esos 5000 estudiantes y jóvenes que salieron a manifestarse para denunciar las terribles condiciones en las que nos encontramos?

Dicen que madurar, crecer, hacerse una mujer o un hombre es notar el navajazo de una cuenta a cero, apretarse el cinturón y dejar de comprar libros, discos, o ir al cine o incluso las fotocopias para la Universidad (imprimiré por detrás y por delante a doble cara y con papel reciclado). Dicen que hacerse mayor es besar cada céntimo o billete antes de ser sacrificado. Rezar a los dioses del Olimpo por un trabajillo aquí y allá o por una casa sin moho en la bañera.

Este año se han dado menos becas MEC. No lo sé por ningún estudio, lo sé por mi caso propio o por el de algunos amigos, conocidos o compañeros de clase. Me gustaría haberme manifestado por ello. Me gustaría haber gritado muy fuerte por ello. Y por otras cosas. Y por muchas otras y otras más. Pero la precariedad es esa fiebre que te deja chafado en casa. Juventud triste. Qué mal.



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lunes, 18 de abril de 2011

La alternativa al optimismo es el realismo

Por todos lados nos exigen aceptar con "espíritu positivo" todo lo que nos hagan, ser individualistas y bobos, avergonzarnos de nuestra suerte más que indignarnos junt@s. Me encanta esto que dice la autora: "La alternativa, tanto al pensamiento positivo como el negativo, es el pensamiento crítico. El realismo. Intentar comprender lo que pasa en el mundo y qué podemos hacer al respecto". Este ensayo da algunas explicaciones interesantes sobre los orígenes de la crisis. Fuente: http://www.publico.es/371667/la-alternativa-al-optimismo-es-el-realismo

La ensayista Barbara Ehrenreich.
Barbara Ehrenreich (Montana, 1941) es una de las ensayistas más importantes de EEUU. Autora de clásicos del pensamiento crítico como Por tu propio bien. 150 años de consejos expertos a las mujeres (Capitán Swing) y Por cuatro duros (RBA), Ehrenreich se topó con el pensamiento positivo "en el peor momento de mi vida": cuando le diagnosticaran un cáncer de mama. El día que vio "el osito del cáncer de mamá con un lacito rosa prendido en el pecho", cabeza de puente de un gigantesco mercado de productos que señalaban que "la actitud positiva era fundamental para curarse", pese a los estudios que señalan que "estar de buen humor" no cura. "El cáncer me dio la oportunidad de toparme con una fuerza ideológica y cultural que nos anima a negar la realidad y a someternos con alegría a los infortunios".

¿Es malo ser optimista?
No tiene nada de malo, siempre que se base en hechos y expectativas razonables. Lo contrario es ser un iluso. La alternativa, tanto al pensamiento positivo como el negativo, es el pensamiento crítico. El realismo. Intentar comprender lo que pasa en el mundo y qué podemos hacer al respecto.

¿Qué le llevó a escribir Sonríe o muere'?
Fue en el año 2005. Cuando me di cuenta de que los parados estaban siendo alimentados con la misma ideología que había escuchado como enferma de cáncer: que todo iba a iba a ir bien sólo con pensar en ello positivamente.

¿Cómo se infiltró esta idea en las corporaciones?
Ha ido ganando terreno durante décadas. Primero como ideología de los vendedores de toda la vida. Luego, de los ochenta en adelante, como el corazón ideológico de la cultura corporativa, comienzo de la edad de oro de la reducción de personal, cuando los directivos necesitaban encontrar el modo de manejar la ansiedad y la desesperación de los trabajadores de cuello blanco. Los empresarios comenzaron a contratar a oradores motivacionales y a distribuir libros de pensamiento positivo como Who moved my cheese? (2000) [¿Quién se ha llevado mi queso?, superventas que aconsejaba enfrentarse al despido sin quejas]. Las corporaciones ya no podían garantizar la estabilidad laboral, pero sí ofrecer a sus empleados maneras de ser más "positivos" y estar más motivados, incluso aunque estuvieran cayendo en la espiral de la pobreza.

¿Qué relación tuvo este pensamiento con la crisis de las hipotecas basura?
Muchas personas que nunca habían podido acceder a un crédito antes empezaron a recibir ofertas de hipotecas de fácil acceso la pasada década. Concedidas sin fijarse en los ingresos fijos del solicitante y sin pedir entrada alguna. Los gurús del pensamiento positivo y los predicadores evangélicos alentaron a aceptar esas hipotecas, porque si eras "positivo", ¿qué podía ir mal? Al mismo tiempo, la industria financiera quedó atrapada en la obsesión maníaca del pensamiento positivo. La idea era que los precios de las casas sólo podían subir y subir. Y que la gente no dejaría de pagar sus hipotecas porque la economía sólo podía ir a mejor. Los ejecutivos que mostraron sus dudas fueron silenciados o despedidos.

¿Todo esto es causa o síntoma de la clásica resistencia de EEUU a las ayudas sociales?
Diría que causa, aunque no la única. Si, por ejemplo, piensas que el único motivo por el que alguien es pobre es porque carece de una "actitud positiva", ¿por qué ibas a querer que el Gobierno le ayude? Esta ideología es totalmente individualista: todo el mundo es responsable de su propio destino individual (llevándolo a un extremo, se podría decir que hasta las víctimas de tsunamis incitaron el desastre por albergar pensamientos negativos). Se trata de una ideología contraria a cualquier noción de solidaridad o responsabilidad mutua.

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El lado oscuro de 'Felicilandia'

Un libro analiza la corriente ultraliberal de autoayuda que triunfa en EEUU. El secreto', biblia del movimiento, lleva tres años en la lista de best sellers en España


Homilía en Los Ángeles para más de 45.

Homilía en Los Ángeles para más de 45.


¿Ha perdido el trabajo? ¿Tiene problemas para llegar a fin de mes? ¿Necesita dinero urgentemente? No se preocupe: todos sus problemas están a punto de solucionarse. Los monetarios, desde luego, pero también los físicos y los sentimentales. Y no sólo eso. ¿No se conforma usted con salir del agujero? ¿Quiere ganar diez millones de dólares sin pestañear? Eso está hecho. Lo único que necesita es practicar el pensamiento positivo, desear que llueva dinero con todas sus fuerzas, imaginarse que todo va a ir fenomenal.

Sonríe o muere, ensayo de Barbara Ehrenreich, que publica Turner, se sumerge en el mundo del pensamiento positivo, filosofía entre el marketing y la autoayuda que hace estragos en EEUU. Y en España: El Secreto (Urano, 2007), de Rhonda Byrne, biblia del movimiento, cumple ahora tres años entre los libros más vendidos. Actualmente ocupa el quinto puesto en la lista de best sellers de no ficción. Suma 165 semanas de permanencia. Un récord histórico.

El secreto al que alude el título es la denominada "ley de la atracción". La idea de que los pensamientos influyen en la vida... llevada al paroxismo. Byrne dice que los pensamientos pueden "materializarse en objetos", "todo lo que llega en esta vida es porque lo has atraído" y si las cosas te van mal es porque no has deseado que te vayan bien.

Las recetas de Byrne, que recopila decenas de citas de gurús del pensamiento positivo, parecen sacadas del manual del perfecto vendedor de crecepelo. "Cientos de personas han utilizado El Secreto para amasar grandes fortunas" y curar "dolores crónicos". Uno sólo necesita "manifestar sus deseos sobre hogares perfectos, parejas, coches, trabajos y ascensos" para que se conviertan en realidad. Y a poco que te esfuerces podrás "atraer hasta diez millones de dólares". ¡Albricias!

En efecto, sólo hay que concentrarse un poco para conseguir un bólido, un palacete en Miami o un avión privado. Porque tu "única diferencia con los ricos" es que ellos "utilizan el pensamiento correcto para atraer la riqueza". Los derrotistas, por tanto, no son bien recibidos en el millonario mundo de Felicistán, porque "todo pensamiento, sentimiento o emoción negativos bloquea que lo bueno llegue a ti; eso incluye el dinero".

Uno de los citados en El Secreto, el filósofo y coach personal Bob Proctor, fulmina en una sola frase XX siglos de estudios sobre las desigualdades sociales al asegurar lo siguiente: "Por qué crees que el 1% de la población gana aproximadamente el 96% del dinero del mundo? ¿Crees que es por casualidad? Es porque entienden algo. Entienden 'El Secreto'. Y tú estás siendo introducido al mismo". Las clases sociales no existen, por tanto, más que como estado mental.

Sonríe o muere bucea en los libros que afirman que el pensamiento positivo puede "atraer" el parné. Libros con títulos tan insensatos como Piense y hágase rico, Riqueza más allá de la razón o Los secretos de la mente millonaria, donde un enfervorecido Harv T. Eker instruye así a sus lectores: "Póngase una mano en el corazón y diga: ¡Bendigo a la gente rica!' ¡Amo a la gente rica!' Yo también voy a ser una de esas personas ricas!".

Ehrenreich dice que ser positivo no es tanto un "estado anímico como una fuerza ideológica y cultural" que nos anima a "negar la realidad" y a "culparnos a nosotros mismos por lo que nos trae el destino". La palabra clave es, por tanto, ideología. Porque el pensamiento positivo se ha convertido en la corriente espiritual favorita del capitalismo estadounidense. Una "simbiosis" que ha provocado una revolución cultural y religiosa en EEUU.

Predicadores S. A.

El calvinismo protestante, tradicional aliado del capitalismo, llamaba a trabajar hasta desplomarse y reprimir el placer. Su filosofía cuadraba con el capitalismo productivo, pero no tanto con su actual fase consumista. "La cultura consumista fomenta que los individuos quieran más y el pensamiento positivo está ahí al quite para decirle a cada uno que se merece más, y que puede conseguirlo si de verdad lo desea", razona Ehrenreich, que cree que esta filosofía "defiende los aspectos más crueles" del libre mercado. Por ejemplo, culpabilizarte de un despido. "Si tu negocio quiebra o te quedas sin trabajo, será porque no te esforzaste lo suficiente, porque no creías con la suficiente firmeza en que tu propio éxito era inevitable".

El pensamiento positivo le ha comido terreno al calvinismo tradicional en lo que la ensayista llama la "batalla silenciosa por el dominio del mercado: la audiencia de televisión, las ventas de libros y la asistencia a las iglesias". Los predicadores más populares de EEUU son ahora gurús del pensamiento positivo. En sus sermones ya no hablan del pecado, "ni se explayan sobre los dos caballos de batalla de la derecha cristiana: el aborto y la homosexualidad". Tampoco mencionan episodios tan poco ilusionantes como la crucifixión o las llamas del infierno. El catecismo del siglo XXI parece más bien una guía acelerada para forrarse a toda costa. "Lo que se ofrece es la promesa de dinero, salud y éxito en esta vida, ahora mismo o dentro de muy poco".

Sus templos, "en los que no se ven casi cruces", son las denominadas megaiglesias. 1.210 templos repartidos por todo el país con aforos gigantescos y 4,4 millones de parroquianos. Los números aquí son básicos porque, como cuenta Ehrenreich, algunos de los pastores de mayor éxito (R. Schuller, R. Warren o B. Hybels) encargaron estudios de mercado antes de edificar sus iglesias. "El mensaje positivo no sólo se vendía mejor cara al público que la religión de antes sino que cada vez tenía más relevancia personal para los predicadores, que ya no se consideraban críticos del mundo laico y materialista, sino hombres de negocios". Joel Osteen, pastor de la iglesia Lakewood (Houston), le llaman el "cristiano más influyente de EEUU". En 1999 compró el Compaq Center, antiguo estadio de Houston Rockets, para transformarlo en una iglesia de 16.000 localidades. Dice que consiguió comprarlo porque "logró visualizarlo". "Empecé a ver' a nuestra congregación alabando a Dios en el Compaq", asegura. "Libérate del pensamiento en pequeño, y empieza a pensar como Dios. Piensa en grande. Piensa en más. Piensa en abundancia", clama Osteen a sus parroquianos.

 

Hipotecas basura

El pensamiento positivo se hizo "ubicuo" la pasada década. "Ya no tenía rival en la cultura norteamericana", cuenta Ehren-reich. Larry King y Oprah Winfrey lo promocionaban en televisión. Y El Secreto se convirtió en un fenómeno con llamadas a tratar "las facturas como si fueran cheques". El grito de guerra cuando vieras "el coche de tus sueños" era: "¡Puedo permitírmelo! ¡Puedo comprarlo!", bramaba Byrne. La ideología de gastar a lo loco sin preocuparse por las consecuencias (pulirte todos tus ahorros ya no era la vía más segura hacia la pobreza, sino hacia la riqueza) se expandió como la pólvora.

El tradicional optimismo estadounidense ("nuestra disposición a endeudarnos hasta el cuello y seguir gastando está íntimamente relacionada con el optimismo", según el economista Robert Reich) alcanzó grados delirantes. El crédito barato empezó a fluir. Personas que nunca antes habían accedido a un préstamo lograron uno [las hipotecas basura sumaron el 40% del total en 2006], pero "la credulidad y el optimismo de los ciudadanos no explican del todo la crisis financiera", según Ehrenreich. La fiebre también afectó a los vendedores de hipotecas, que se enriquecieron vendiendo deuda de mala calidad a los inversores.

La "epidemia de autoengaño" típica de las burbujas se puso en marcha. "Las corporaciones cambiaron la racionalidad deprimente de la gestión profesional por los atractivos emocionales del misticismo, el carisma y las corazonadas", explica Ehrenreich. La ensayista entrevistó a Eric Dezenhall, un republicano que trabajó en la Administración Rea-gan y trabaja como "gestor de crisis". Dezenhall, al que las empresas recurren cuando las cosas se ponen feas, le dijo que creía que los directivos habían llegado a creerse la "ley de la atracción" del pensamiento positivo. "Se lo creen. Las multinacionales pueden ser despiadadas cuando se trata de hacer dinero, pero en cuanto a realismo".

 

Subidón neoliberal

Angelo Mozilo, presidente de la hipotecaria Countrywide Mortage, que "concedió préstamos tan a lo loco que se puede considerar que ella sola dio el pistoletazo de salida a la crisis de las hipotecas basura", recibió en 2004 el premio Horatio Alger por ser una "persona de orígenes humildes" que había alcanzado el sueño americano a base de "trabajo, fuerza de voluntad y pensamiento positivo".

Adam Michaelson, segundo de a bordo de Countrywide, contó en un libro reciente que la empresa tenía una "actitud como de secta", con choques de palmas entre los directivos y charlas de gurús del pensamiento positivo para motivar al personal. En 2004, Michaelson puso en duda que el precio de las casas fuera a subir para siempre. "¿Sabes qué. Te preocupas demasiado", le dijeron. "Uno corre muchos riesgos cuando no se acomoda en un entorno tan febrilmente entusiasta como aquel", confesó Michaelson.

Ehrenreich recoge los testimonios de ejecutivos que fueron acosados por insinuar que no había ninguna ley física que impidiese que los precios de las casas bajaran. Ivy Zelman, analista de Credit Suisse, le dijo que "perdía clientes por culpa de su pesimismo, pero no era capaz de fingir que todo iba bien". "A quien expresara ideas negativas en voz alta le despedían", contó el analista bancario Steve Eisman.

"Este es el estado mental que promueven los apóstoles del pensamiento positivo. Los altos ejecutivos, quizás un tanto cínicamente, lo promovían entre sus subordinados, regalándoles libros de motivación o invitándoles a conferencias en las que se hablaba de visualizar el éxito, de trabajar más y de quejarse menos. El problema está en que ellos mismos llegaron a creérselo; y así, en un plazo de tiempo muy corto, unos tres billones de dólares depositados en planes de pensiones y cuentas de ahorro se evaporaron en el mismo éter en el que flotan todos nuestros pensamientos positivos", zanja Ehrenreich.


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domingo, 17 de abril de 2011

Jóvenes atrapados en el paro y la precariedad

Artículo publicado en el ABC bajo el título "La generación perdida de Zapatero". Claro, para que venga Rajoy y nos salve, ¿verdad? Eso no se lo creen ni ellos. ¡Abajo las reformas antisociales! Ni PP ni PSOE, ¡No somos mercancía en manos de políticos y banqueros!

 

Atrapados en el paro y la precariedad, los jóvenes intentan espantar la frustración. Y comienzan a alzar la voz: ellos son la solución, no el problema

L M. ONTOSO / F. PÉREZ / madrid / 17/04/2011


La generación perdida de Zapatero

Convencidos de que era una de las llaves que podría entreabrir la puerta del poder, los estrategas de la campaña electoral del PSOE en 2004 fijaron entre sus grandes objetivos movilizar a los dos millones de nuevos votantes. La idea, repetida con indisimulada insistencia, era reeditar la «alianza generacional» que, según el entusiasta candidato, se produjo en 1982.

Zapatero condensaba así la doctrina en un mitin en Murcia el 4 de marzo: «Mirad a estos jóvenes. Han tenido la posibilidad de una educación gratuita y pública que les ha convertido en la generación mejor formada de nuestra historia gracias al cambio que hubo en el 82. Ahora tienen derecho a tener un empleo estable y una vivienda, a poder formar una familia y a tener una vida digna a una edad razonable».

Siete años después, ese futuro de luz y de color se traduce, blanco sobre negro, en un paro juvenil del 43% que bosqueja un horizonte nublado en el que se confunde toda una generación dispuesta a aprovechar cualquier rendija parecida a una oportunidad, pero a la que nadie ofrece una salida. Alguien traicionó los términos de la alianza...

 

«Nadie te ayuda a dar el primer paso»

Andrés Vicente Oñate, 24 años
La generación perdida de Zapatero
Andrés Vicente Oñate
Formación: Bachillerato y módulo de grado superior de gestión comercial y marketing. Último trabajo: Camarero. Ciudad de residencia: Madrid ¿Desde cuándo busca trabajo?: Desde 2010 ¿Qué trabajo busca? «Cualquier cosa que salga», admite.

Andrés Vicente Oñate llegó a España, procedente de Ecuador, hace diez años. Encontró fácilmente un trabajo como camarero; «se cobraba bien» —1.200 euros— y parecía garantizar un futuro... hasta que la crisis se llevó por delante toda promesa de continuidad. «En casa necesitan que encuentre mis propios medios para subsistir económicamente».

Como la alternativa en el mercado laboral era la nada, decidió apuntarse a un módulo de grado superior (antigua FP) de gestión comercial. Oñate desconfía de las movilizaciones y cree que su utilidad es «mínima». Habla poco y se queja menos. «Está bastante difícil. Exigen experiencia y, sin embargo, nadie te ayuda a dar el primer paso».

 

«Es imposible salir adelante así»

Alberto Canales, 24 años
La generación perdida de Zapatero
Alberto Canales
Formación: Educación Secundaria. Últimos trabajos: Aseguradoras y gestión y cobro de morosos. Ciudad de residencia: Fuenlabrada (Madrid) ¿Desde cuándo busca trabajo?: Julio de 2010 ¿Qué tipo de empleo busca?: Trabajo de comercial o en compañías aseguradoras

La trayectoria laboral de Alberto Canales reproduce, casi con disciplinada exactitud, los altibajos de la economía española de la última década. Como agente de seguros en pleno «boom» inmobiliario, trataba de vender pólizas de accidentes y enfermedad a pie de obra, donde el empleo sumergido era la antesala de bajas prestaciones sociales. Tenía 19 años y había abandonado sus estudios de Bachillerato, convencido de que la mejor formación no siempre desemboca en un puesto de trabajo estable. En 2008 estalló la burbuja y, «como todo se pagaba a comisión», Canales pasó a cobrar entre 200 y 300 euros mensuales. Desde entonces ha ido encadenando empleos precarios, entre ellos uno en una gestora de morosos financieros, la otra cara de la crisis del ladrillo. «Este no es un país de grandes oportunidades. O tienes apoyo, una familia que pueda proporcionarte un futuro o no hay alternativa. Realmente es imposible salir adelante así».

A Canales se le nota cansado, no de chocar siempre contra la pared de la temporalidad, sino de buscar referentes donde no impere la esterilidad de ideas. «Los partidos varían, pero sus políticas no. Ni ellos ni los sindicatos nos van a sacar de ésta. Nada se arreglará si no salimos a la calle».

 

«"Ni-Ni" me parece faltar al respeto»

Nerea Cuevas, 22 años
La generación perdida de Zapatero
Formación: Publicidad y Relaciones Públicas. Últimos trabajos: Camarera. Ciudad: Fuenlabrada (Madrid) ¿Desde cuándo busca trabajo?: Desde enero de 2011 ¿Qué tipo de empleo busca?: Un puesto de trabajo en una agencia de publicidad.

Nerea se encuentra en esa fase añorada por muchos jóvenes que han finalizado sus estudios: el último año de universidad. Pero lejos de ser un paraíso de despreocupación en el que cualquier excusa vale para apurar los últimos minutos de fiesta con los compañeros, la inquietud manda. Ya no salen prácticas y el futuro resulta cada vez más impreciso. «Estamos indignados, pero no nos quejamos. Deberíamos movernos más y mostrar a la opinión pública que es insostenible».

Cuevas, que ha trabajado de forma esporádica como camarera, teleoperadora, repartiendo publicidad y azafata, se irrita cuando le mencionan los tópicos asociados a esa generación, que —ya sea por ausencia de oportunidades o por su propia voluntad— ni estudia ni trabaja. «El apelativo «ni-ni» me parece una falta de respeto. Desde que terminé Bachillerato he trabajado en lo que he podido, porque lo necesitaba. Los perjudicados somos nosotros, siempre y directamente. Tienen un prejuicio que no merecemos».

 

«Hay gente que acepta lo que sea»

Pablo Gallego, 22 años
La generación perdida de Zapatero
Pablo Gallego
Formación: Diplomatura de Empresariales. Últimos trabajos: Trabaja de prácticas, cobra 400 euros al mes. Ciudad: Madrid. ¿Desde cuándo busca trabajo?: Desde julio de 2010. Actualmente trata de fundar una empresa como emprendedor ¿Qué tipo de empleo busca?: Gestión y dirección de empresas

El de Pablo Gallego no es un discurso al uso. Llama la atención la vehemencia con que este gaditano, que se trasladó a Madrid hace año y medio, da la espalda a la precariedad laboral, rehúye la pose de la que Dominique Strauss-Kahn bautizó como «generación perdida». Gallego trata de fundar su propia empresa. Y no lo considera descabellado. «Creo que va a llegar el “boom” de los jóvenes emprendedores». Ese optimismo, sin embargo, no le impide ver la situación desesperada en que se encuentran muchos de sus compañeros. «Todo el mundo, tanto en mi familia como en la universidad, está asqueado. Hay gente que acepta lo que sea, incluso trabajar sin remuneración».

También rechaza de plano el estribillo de «no hay futuro» que parece presidir el ánimo de algunos de los jóvenes de su edad. Pide acción. «Se podrá comprobar la implicación de los jóvenes en las manifestaciones que vienen, como la del 15 de mayo. Internet echa fuego».

 

«Yo quiero trabajar en España»

Josep Vicent Pavia, 27 años
La generación perdida de Zapatero
Josep Vicent Pavia
Formación: Licenciado en Economía Máster en Auditoría de Cuentas. Último trabajo: Camarero en un hotel en Inglaterra. Ciudad: Valencia ¿Desde cuándo busca trabajo? En su ámbito, desde julio de 2009 ¿Qué trabajo busca? Departamento administrativo y financiero en alguna empresa o banca.

La hoja de méritos avala a Josep Pavia. Durante la carrera realizó prácticas de verano en Ruralcaja. Comenzó en banca poco antes de licenciarse. Tras unas prácticas de ocho meses, su siguiente empleo fue como economista en la Consejería de Inmigración y Ciudadanía. Trabajó con la modalidad de «salario joven» durante seis meses no prorrogables. Acabado esto, pasó tres meses en paro y en julio de 2009 participó durante dos meses en las tareas administrativo-comerciales de la ampliación de capital del Valencia C.F, informa Raúl Cosín. A partir de ahí, se frenó en seco la vida laboral. Como otros muchos, a mediados de 2010 buscó trabajo a través de una agencia en Inglaterra. «Tenía la sensación de estar perdiendo el tiempo. Quería ampliar conocimientos y, sobre todo, trabajar. Salí de mi casa para evadirme de la situación en España y aprovechar para conocer otra lengua». En tierras británicas trabajó como camarero en un hotel de cuatro estrellas. En enero decidió volver, pese a poder continuar allí con un trabajo, porque «siempre he tenido la intención de encontrar trabajo en España».

 

«No quiero ser una carga para mis padres»

Blanca Guillén, 25 años
La generación perdida de Zapatero
Blanca Guillén
Formación: Magisterio y Psicopedagogía. Último trabajo: Sustitución en una guardería. Ciudad de Residencia: Granada. ¿Desde cuándo busca trabajo? Desde abril de 2010 ¿Qué tipo de empleo busca? Maestra

No ha llegado a tener un empleo estable después de terminar su formación hace un año. Ha hecho alguna sustitución en guarderías y se busca la vida como canguro para no suponer demasiada «carga a sus padres», una administrativa del Servicio Andaluz de Salud y un prejubilado del sector bancario. Dice que ha dejado currículum «por toda Granada»: en escuelas y en guarderías pero también en empresas socioeducativas. Ve muy complicado encontrar trabajo en el sector privado y, más aún, sacarse unas oposiciones, aunque lo intentará en la próxima convocatoria que haya para psicopedagogos. De momento solo busca en el ámbito profesional para el que se ha preparado. No está esperanzada en encontrar ese empleo. Así que «de aquí a poco» empezará a buscar también «en tiendas de ropa y cualquier cosa», informa Diego Márquez.

Tiene un hermano y, aunque no tiene quejas de sus padres, quienes no le ponen «pegas para nada», quiere independizarse. De momento no va a ser posible. Es realista, más realista, en su opinión, que las propuestas que plantean los políticos para mejorar una situación económica que mejorará porque «a peor no puede ir».

 

«Somos el futuro, pese a quien pese»

Rebeca López, 29 años
La generación perdida de Zapatero
Rebeca López
Formación: Arquitectura. Último trabajo: En un estudio de arquitectura. Ciudad de residencia: Madrid. ¿Desde cuándo busca trabajo? Desde hace dos meses ¿Qué trabajo busca? Alguna ocupación relacionada con el paisajismo o la arquitectura

El caso de Rebeca López demuestra que el historial de precariedad en España viene de largo. Desde que se licenció como arquitecta en 2002, nunca le han puesto un contrato laboral sobre la mesa. Siempre ha sido «lo que se denomina un falso autónomo, con todas las obligaciones de un trabajador, pero ninguno de sus derechos». Es decir, menos de 900 euros al mes, sin vacaciones ni pagas extraordinarias. Recuerda que el 32,4% de los arquitectos españoles, según el Sindicato de Arquitectos (SARQ), está en paro.

«Hay ofertas de algunas escuelas de arquitectura para trabajar gratis, incluso para que pague el trabajador. Me parece indignante que esto ocurra», denuncia Rebeca, quien no descarta irse al extranjero, donde su «profesión está más reconocida». Confía, sin embargo, en que la sociedad española despierte. «La gente cada vez se está moviendo un poco más, pero no hemos reaccionado hasta que no nos hemos visto en la boca del lobo», concluye. Sin embargo, no tiene mucha confianza en los políticos, sean de una u otra acera: «Ninguno de los dos partidos demuestra interés. Y nosotros somos el futuro del país, le pese a quien le pese».

 

«Apenas hay apoyos para la investigación»

Miguel Ángel Casero, 29 años
La generación perdida de Zapatero
Miguel Ángel Casero
Formación: Formación Profesional de Anatomía Patológica y Citología. Último trabajo: Celador y suplencias de administrativo. Ciudad de residencia: Madrid. ¿Desde cuándo busca trabajo?: Desde 2002. ¿Qué trabajo busca? Investigador en un laboratorio de anatomía patológica

Hace no mucho, España se vendía como uno de los países pioneros en la búsqueda de tratamientos contra el cáncer. Si lo es o alguna vez lo fue, la huella de ese prestigio resulta invisible en la carrera profesional de Miguel Ángel Casero, investigador especializado en el diagnóstico de esta enfermedad. «El apoyo a la investigación en España es bastante escaso».

Entre suplencias en hospitales, trabajos como celador y breves escapadas al extranjero —quedó fascinado del sistema sanitario inglés— el sueño de trabajar en un laboratorio, en el que no espera una retribución de más de 800 euros, se desvanece. «Lo que es triste es que, contando con una buena formación, le resulte a uno imposible desarrollar sus actividades».

 

«Nadie grita por nosotros»

Elena Blasco, 30 años
La generación perdida de Zapatero
Elena Blasco
Formación: Licenciada en Historia y técnico en prevención de riesgos laborales. Últimos trabajos: Desde 2003 estuvo empleada como arqueóloga, cobraba 800 euros al mes. Ciudad de residencia: Madrid. ¿Qué tipo de empleo busca?: Ha renunciado a sus sueño de ser arqueóloga

En 2005 se acuñó el término «mileurista» para dar nombre a esa generación de jóvenes licenciados condenada a vivir al día, sin posibilidad de ahorro ni grandes inversiones. Transcurridos seis años, lo que entonces se presentaba como problema, hoy es la aspiración de muchos. Tras probar suerte como arqueóloga, su vocación, recaló, con contrato, en una compañía de construcción como técnico de prevención de riesgos laborales. «Cobran más los peones de la construcción que los arqueólogos», asevera. Ahora llega «a final de mes con cincuenta euros en la cartilla. Me puede parecer mucho o poco, pero no creo que haya algo mejor que eso». El conformismo sirve a corto plazo, pero dibuja un futuro sin alicientes. «Si no gritamos, nadie lo hará por nosotros».



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jueves, 7 de abril de 2011

Vídeo de la iniciativa Juventud sin futuro



Y toda la información en la página web: http://www.juventudsinfuturo.blogspot.com/

¡Ven a manifestarte el 7 de abril a las 7 de la tarde! Desde la Plaza de Antón Martín hasta la Plaza del Reina Sofía.

Juventud SIN futuro: sin casa - sin curro - sin pensión - SIN MIEDO!!   ;-)