martes, 28 de mayo de 2013

¿Por qué esa obsesión con los emprendedores?

Este artículo es una interesante crítica a la alabanza del "espíritu emprendedor" que suelen hacer nuestros gobernantes. Es claro que el sistema cooperativo es una alternativa mucho menos alienante. No obstante, el autor no tiene en cuenta que en el capitalismo salvaje en el que vivimos, las cooperativas tienen que competir con empresas que utilizan economías de escala y que esplotan salvajemente a sus trabajadores -sobre todo en Asia, América Latina, Africa...-, lo que lo convierte en un medio hostil para la proliferación de las cooperativas. De hecho, a veces las grandes empresas subcontratan cooperativas, y explotan brutalmente a sus trabajadores obligando a que las cooperativas compitan entre sí para ver cuál le da el servicio o el producto más barato. Es lo que ocurre por ejemplo con muchas cooperativas de la confección en Galicia, en las que se han apoyado empresas como Zara. Hoy en día en todos los sectores económicos, e incluso en la Administración se despide trabajadores para contratar en su lugar a autónomos -que también pueden ser cooperativas- para que realicen el trabajo que hacían aquellos. Tratándonos como empresas se saltan las reglas del derecho laboral que tantas luchas costó establecer. ¿La solución es establecer una renta mínima universal? ¿O quizás también prohibir la subcontratación del trabajo que realizaba una misma empresa, o incrementar los salarios, o regular estrictamente la subcontratación?
Lo que está claro es que tendremos que cambiar las reglas del sistema para poder trabajar cooperativamente sin  ser explotados.

Fuente: http://larevueltadelasneuronas.com/2013/05/27/por-que-esa-obsesion-con-los-emprendedores/
Autor: Jorge Moruno
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“Hemos partido de la nada para alcanzar las más altas cimas de la miseria
Groucho Marx.

No se trata de negar que vivimos un cambio de época, se trata de poner en cuestión la naturaleza del propio cambio y la orientación que éste toma. Queda claro que el modelo de organización del trabajo y las relaciones laborales que veníamos conociendo, dejan de ser viables para cada vez más porciones de la población. Tampoco lo es el papel de la propia relación salarial, incapaz ya de asegurar un conjunto de certezas a lo largo del tiempo, bien porque escasea su oferta, bien porque cuando se tiene empleo no garantiza ninguna viabilidad de futuro. Pero las posibles soluciones a un problema objetivo no descansan sobre verdades objetivas, precisamente porque existen interpretaciones que responden a intereses enfrentados. Una de esas salidas es la que nos ofrece la figura del emprendedor, del empresario de sí mismo, que no es solo de carácter jurídico, va mucho más allá, representa toda una idea, una cosmovisión acerca de como debe construirse la percepción colectiva.
Toda esta avalancha mediática que nos habla de  “los emprendedores” a modo de mesías que llega a la tierra, afecta a todo el campo de la experiencia vital: el coaching, las terapias y libros de autoayuda, el pensamiento positivo etc…- suponen distintas facciones de un mismo ejército que batalla por ganar la hegemonía cultural apostando a un relato que reinterpreta el ser y sentir –ethos-, de la población. No se trata únicamente de fomentar la creación de empresas,  el paquete incluye transformar por completo nuestra interpretación de la realidad en torno a lo que es justo e injusto, aceptable o no aceptable, legítimo o no legítimo. Este discurso del cambio aparentemente transgresor en sus formas pero sumiso en sus contenidos, lo encontramos en el artículo del publicista Risto Mejide, “No busques trabajo”. Se nos presenta como un desafío, lo que en realidad no puede ser otra cosa, que la adaptación servil a un conjunto de reglas variables, indefinidas y cínicas que no son discutidas, sino acatadas. Para obtener el éxito tienes que seguir las pautas y si no lo consigues se debe a que no lo has hecho bien y por lo tanto, al igual que eres artífice de tu propio éxito, también lo eres del fracaso y de tu pobreza.
Precisamente, lo que se postula no es otra cosa que aceptar individualmente la realidad que se impone, negando siempre la dimensión social, es decir, la capacidad material de la sociedad para intervenir en el desarrollo de los acontecimientos. Todos somos productos, esto va de saber venderse y para venderse hay que competir sin descanso y ser capaz de gestionar las emociones y la comunicación. Como el empleo ya no es lo que era ni volverá a ser lo que en su día fue, puesto que el imperativo de la competitividad centrado en el consumo no lo permite, debemos “emanciparnos de las conquistas sociales”, que diría El Roto.
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No deja de ser curioso que mientras se alienta un discurso que promueve el desarrollo personal, la autonomía, la libertad, el “triunfo de la voluntad”, la solución de superación personal por medio de la empresa como proyecto común y demás retórica de la gestión de los recursos humanos-RRHH-, nos empujen al mismo tiempo, a sucumbir ante un desarrollo natural de la sociedad, a no criticar ni discutir la esencia del “espíritu absoluto” hegeliano, aceptando así la precariedad extensiva e intensiva que nos exige la competitividad del Dios omnímodo llamado mercado. Esta es la intemperie de la que nos habla e ilustra El Roto como alternativa al túnel en el que estamos.
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La otra bifurcación a un mismo problema objetivo – la decadencia del papel del empleo en la sociedad como redistribuidor de riqueza y garante de derechos – camina por el sendero opuesto, pero partiendo del mismo punto. Si el empleo escasea y los salarios son también escasos, pero no así la riqueza concentrada en pocas manos, la solución debería pasar por repensar criterios de ciudadanía para garantizar derechos independientemente del  hecho de tener o no tener empleo. El empleo es un medio, no un fin, si deja de servir como medio, lo lógico es buscar otros para evitar que quien pierda el empleo lo pierda todo. La primera alternativa a la sociedad del salario se basa en restringir derechos para someter el tiempo de la vida a las demandas de la empresa-mundo, sentando las bases para que nos pensemos como si fuéramos empresarios, lo que se traduce en precariedad, dependencia servil y competencia encarnizada. Pluriactividad, la flexibilidad hecha chantaje.
La segunda funciona al revés, orienta el tiempo de la vida de tal forma que consiga obtener autonomía con respecto al tiempo de la empresa, de la aceleración de la competencia y el principio de maximizar beneficios. Si para el primer modelo la punta de lanza es el emprendedor, para esta segunda debe deber la cooperativa. En una economía en red  que funciona mejor achatando jerarquías y donde el trabajo en equipo y la cooperación son fundamentales para promover la innovación y creatividad, ¿por qué promocionar la búsqueda individual en la creación de más empresas? Las cooperativas sostienen mejor las turbulencias y evitan la fractura social, destruyen menos empleo y generan un tejido productivo que mitiga el miedo, genera más bienestar y cumple con las características y el entorno de trabajo para ser más innovador. Multiactividad, la flexibilidad hecha fortaleza.
La economía es la gestión de los recursos escasos, pero algunos de los recursos más preciados para la economía del siglo XXI, tales como el conocimiento, el talento, la innovación, rompen con toda la lógica de la propiedad privada. El conocimiento, el talento, la innovación, aumentan cuanta más gente los comparte porque se pone en común la diferencia y el pensamiento divergente, cualidades necesarias para su desarrollo. Al igual que las moléculas encuentran nuevas configuraciones y exploran terrenos en redes líquidas, pero no sólidas ni gaseosas, las políticas públicas serían más eficaces y democráticas si las cooperativas fueran la avanzadilla de una cultura basada en lo común compartido, en cooperar y no en  privar unos a otros. Se trata de voluntad, pero política, se necesita ambición, pero grande y con finalidad colectiva, no pequeña y oportunista; hace falta un proyecto de país construido por y para todos y no uno en donde todos  competimos entre todos para que finalmente ganen unos pocos.


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lunes, 27 de mayo de 2013

internacionalismo

Para denunciar todas las mentiras que acompañaron al "rescate" a España, la asamblea popular de Tres Cantos tuvo la iniciativa de publicar un vídeo en youtube dirigido al pueblo alemán.

Éste es el mensaje que la asamblea popular de Tres Cantos dirigió al pueblo alemán:



Esa botella lanzada al mar acabó llegando a puerto. Y ésta es la respuesta desde Occupy Frankfurt: 
 
Como dijo el Che, la solidaridad es la ternura de los pueblos  :-)



     

domingo, 26 de mayo de 2013

No busques trabajo. Pero, sobre todo, no leas a Risto Mejide

Fuente: http://kaosenlared.net/secciones/s/analisisdelacomunicacion/item/57728-no-busques-trabajo-pero-sobre-todo-no-leas-a-risto-mejide.html

Autor: JoaquimJuky
Martes, 21 de Mayo de 2013

Réplica al artículo de Risto Mejide titulado “No busques trabajo”, que ha tenido una incidencia vírica en la red. 
No busques trabajo. Así te lo digo. No gastes ni tu tiempo ni tu dinero, de verdad que no vale la pena. Tal como está el patio, con uno de cada dos jóvenes y casi uno de cada tres adultos en edad de dejar de trabajar, lo de buscar curro ya es una patraña, un cachondeo, una mentira y una estúpida forma de justificar el carácter absolutamente antisocial del sistema socio-económico que nos exprime -el CAPITALISMO-, la bajada de pantalones de las políticas que lo amparan, expandiéndolo internacionalmente y desarrollando nuevos métodos de acumulación de riqueza, de desposesión y de mercantilización de las necesidades humanas. Dejemos de legitimar lo poco que les importamos a los que mandan que, por si no te habías dado cuenta, son los que acumulan el capital.
No busques trabajo. Te lo digo en serio. Si tienes más de 30 años has sido dado por perdido. Aunque seas una persona –hombre o mujer, migrante de aquí o de allá, con unas características u otras- y tengas aptitudes que concuerden o no con determinados parámetros elitistas de desarrollo intelectual o profesional; esté infectada o no tu formación por el virus de la “titulitis” que tiende a mediocrizar y adoctrinar el conocimiento. Aquí -innecesario ya el estado del bienestar para la contención social, saqueados los restos de la burbuja financiera y sin una estructura productiva que nos dote de soberanía económica alguna.  Dónde vas pidiendo nada. Si ahí afuera tengo a 20 mucho más jóvenes que no me pedirán más que una oportunidad, eufemismo de trabajar gratis. Anda, apártate que me tapas el sol.
Y si tienes menos de 30 años, tú sí puedes fardar de algo. Por fin la generación de tu país duplica al resto de la Unión Europea en algo, aunque ese algo sea en la tasa de desempleo –o en corrupción, o en represión, o en medidas antisociales, en aceptación de dictaduras fascistas latentes o consumo de telebasura en la que participan personajes como el autor del texto original y que mantiene atontado a tu pueblo-. Eh, pero no te preocupes, que como dijo el maestro los récords están ahí para ser batidos. Tu sigue esperando a que el capitalismo sonría con su rostro más amable, a que la clase política que les es propia y que vela por sus intereses desde el estado burgués –vaya, deja que me ría de su clamor liberal por la no intervención del estado cuando a sangre y fuego imponen reformas laborales y sociales, estructuras ideológicas y rescates a la banca, culpable de nuestra situación- deje de hacerlo y mire por las necesidades de las personas. Pon a prueba tu paciencia mariana y vas a ver qué bien te va.
Por eso me atrevo a darte un consejo que no me has pedido: tengas la edad que tengas, no busques trabajo. Buscar no es ni de lejos el verbo adecuado. Porque lo único a que te arriesgas es a no encontrar. Y a frustrarte. Y a desesperarte. Y a creerte que es por tu culpa. Y a volverte a hundir.
No utilices el verbo buscar.


Utiliza el verbo exigir. Utiliza el verbo cooperar. Utiliza el verbo expropiar. Utiliza el verbo luchar. Utiliza el verbo militar. Son más difíciles, sí, pero lo mismo ocurre con todo lo que se hace real. Que se complica.

Da igual que te vistas de militante juvenil, de cooperativista, de okupa, de activista de la PAH, de parada organizada en plataformas y asambleas, de marea, de huelguista represaliada, de medio de información crítico y autogestionado, de militante de un partido sólidamente orgánico, de participante de un movimiento heterogéneo y bienintencionado... La cuestión, si queremos evitar la barbarie, es encontrar alternativas plausibles al CAPITALISMO. Por si no lo has notado, ha llegado el momento de una economía participativa y centrada en solventar las necesidades colectivas. Se terminó el “tutururú”; de ahora en adelante la única opción de una vida que merezca la pena ser vivida es aquella donde la sociedad controle la economía y la ponga a su servicio. Empieza a conjugar en primera persona, pero en plural.  Nuestro departamento de I+D (eso que tenemos sobre los hombros) hace tiempo que tiene sobre la mesa el encargo más difícil de todos los tiempos desde que el hombre es hombre y las mujeres son mujeres: diseñar unas relaciones sociales que satisfagan las necesidades materiales de todas, los límites ecológicos del planeta, una democracia real y participativa y el fin del patriarcado o el racismo. Si se me permite, añadiría que se desarrolle desde un punto de vista desprovisto del narcisismo eurocéntrico.

Suena jodido. Porque lo es. Pero corrígeme si la alternativa nos está pagando las facturas.
Trabajo sí es un buen sustantivo tampoco. Porque es mentira que no exista. Trabajo hay. De hecho, sólo en CAPITALISMO es posible una crisis por sobre-acumulación. Lo que pasa es que ahora se reparte entre menos gente, que en muchos casos se ve obligada a hacer más de lo que humanamente puede. Lo que tenemos que hacer es reapropiarnos de nuestro trabajo y ponerlo a nuestro servicio y no a manos del capitalista que se lucra de una explotación velada.
Lo llaman productividad. Otra patraña, tan manipulable como todos los índices. En realidad es la extracción de plusvalor que mueve a la inhumana maquinaria capitalista y que se engrosa de forma proporcional a la que se adelgazan nuestros derechos. Pero en fin.


Mejor búscate entre las necesidades colectivas. Mejor busca qué necesidades hay por satisfacer. Resituemos las necesidades humanas como eje del sistema productivo. De cada cual según sus capacidades a cada cual según sus necesidades, que decía un gran community manager de la teoría y la acción de la clase obrera. Lo difícil es ser un Amancio Ortega y no 1127 obreras muertas en una fábrica, por ejemplo en Bangladesh. El CAPITALISMO buscará deshumanizar y saquear a las trabajadoras; si Taiwan le es más rentable, deslocalizará. Si el sector no es rentable, aunque sea necesario, lo destruirá. Si la migrante o la mujer tienen una mayor explotación legitimada, lo aprovechará. Por cierto ¿qué es la soberanía económica hoy en día?

No busques trabajo esclavo. Mejor coopera con otras trabajadoras. Mejor pide una renta básica de las iguales. Mejor exige que se termine con la externalización de los servicios municipales. Busca el modo de reinventar las relaciones con las otras personas, que yacen alienadas e infelices por un sistema socio-económico que las deshumaniza y las hace adoradoras de lo que ellas mismas producen; inventad el idioma de la felicidad, la lucha y la transformación. Idioma cuyo único sujeto puede ser antipatriarcal, por cierto.

No busques trabajo. Mejor busca a una compañera, a una camarada, a un proyecto colectivo.  Reduce sus miedos, ofreceros apoyo mutuo, con compromiso, y prométele que vuestro proyecto se irá dibujando a base de errores y sed de aprendizaje, con la dialéctica que nos impulsa a avanzar en rigor y determinación. Y por el camino, recobrad la confianza colectiva, que muchos años ha hecho daño ya el individualismo posmoderno. No pares hasta obtener un sí. Vendrá acompañado de algún pero, tú tranquilo que los peros siempre caducan y acaban cayéndose por el camino; por el camino caerán Felip Puig, Juan Rosell, la FAES, el grupo PRISA y sus editoriales de clase, la BRIMO, los ayuntamientos corruptos, la patronal, la España rancia y opresora de la Duquesa de Alba y de una transición-mentira, Wert y su adoctrinamiento franquista, los deshaucios y las contrareformas de Gallardón, la caverna y el sistema financiero privado.
Y a continuación, déjate la piel por el nuevo horizonte. Convertid la felicidad de todas en vuestra obsesión. Todas somos imprescindibles si queremos ganar el mundo de las personas sobre el de las cosas.
Por último, no busques trabajo. Busca una vida de la que no quieras retirarte jamás. Y un día a día en el que nunca dejes de aprender. Intenta no venderte y estarás mucho más cerca de que alguien no pueda volver a comprar la fuerza de trabajo de otra persona tan desposeída que no le queda nada más de lo que vivir. Ah, y olvídate de la estabilidad, pero también la mediocridad y del tedio. Ahora no es hora de permanecer ociosas; es hora de luchar. Las que no tenemos nada que perder, tenemos un mundo por ganar. Intenta que tu consumo sea crítico y que no te impongan necesidades superfluas que condicionan tu felicidad. Y sobre todo y ante todo, jamás te hipoteques, piensa que si okupas no sólo estarás ahorrando lo poco que te han dejado sino que estarás atacando a una de las cadenas más pesantes con las que el CAPITALISMO ata a la clase obrera; la vivienda como propiedad privada susceptible de especulación cuando debería ser un derecho fundamental garantizado.
Hasta aquí la mejor ayuda que se me ocurre, lo más útil que te puedo decir. Ya, ya sé que tampoco te he solucionado nada. Aunque si esperabas soluciones y que encima esas soluciones viniesen de mí, tu problema es aún mayor de lo que me pensaba.
No busques trabajo. Pero, sobre todo, no leas a Risto Mejide.



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Debate en la Tuerka: "¿Dónde están los sindicatos?"

El programa televisivo "La Tuerka" ha llevado a cabo un debate que nos hacía mucha falta sobre las formas de hacer sindicalismo y la crisis del modelo dominante impuesto desde la Transición.

El debate se inició presentando las visiones contrapuestas que existen sobre la función de los sindicatos: del sindicalismo de las cúpulas de CCOO y UGT que proponen un "pacto de estado", al sindicalismo de los mineros y los astilleros que no duda en luchar en la calle.

Y es que en este contexto de reformas brutales que vivimos cabe preguntarse ¿Es siempre deseable un pacto? ¿Incluso cuando nos están atracando a mano armada? ¿Qué tipo de pacto podríamos esperar de un gobierno como el actual?

Así Nines Maestro, ponente del sindicato asambleario de Sanidad, defendió que los sucesivos pactos de estado, desde los pactos de la Moncloa, han sido un retroceso detrás de otro, y que proponer ahora un pacto al gobierno "es una traición de clase". Según el ponente de CCOO, vivimos una situación de emergencia y hay que arriesgarse a una propuesta de estado. Para Jorge Moruno, sociólogo y trabajador precario, los sindicatos llevan desde el inicio de la crisis esperando "un consenso que nunca llega, porque ha sido roto por las élites. Y los que venimos mascando precariedad y cobrando 700 euros en trabajos que no duran más de tres meses, empezamos a romper ese consenso desde abajo".


Sindicalismo mayoritario o luchas "desde la base"

Según la ponente del sindicato asambleario de la Sanidad, en una movilización a veces puede ser bueno pactar; el problema del sindicalismo mayoritario es cómo ha llegado a ligarse con el poder: "El problema de CCOO y UGT es que lo que se ha instaurado es un sindicalismo en el cual las prebendas económicas y de poder por parte de los gobiernos de turno hacen ver a los trabajadores que se están logrando objetivos que nada tiene que ver con sus intereses de clase, sino con el mantenimiento de unas cúpulas sindicales cada vez más ajenas a las condiciones de trabajo de la inmensa mayoría de los trabajadores". Como ejemplo de esta corrupción explica que CCOO ha protestado contra el encarcelamiento de Blesa porque a propuesta de éste el consejo de administración de Bankia otorgó a CCOO un crédito de 11 millones de euros.

Para el ponente de CCOO el sindicato asambleario de la Sanidad es "corporativo" mientras que el suyo es un "sindicato de clase". Señala que hoy en día los derechos de los trabajadores en muchos casos se dirimen más fuera de las empresas que dentro de ellas, y por ello el sindicato debe participar también en la legislación, "porque al final es calidad de vida, bienestar, educación...".

En este sentido, el ponente de CCOO criticó la excesiva fragmentación del movimiento obrero y llamó a la "unidad de acción" de los trabajadores. El historiador anarquista respondió que "a mí que se me pida la unidad de acción cuando no se me pregunta a la hora de pactar, que se me pida unidad de acción cuando no tengo capacidad de participar en ninguna de las luchas -en teoría luchas- que se hacen desde las instituciones, y cuando no se me permite participar en ningún aspecto... O sea, cualquiera que haya intentado participar en una asamblea supuestamente abierta donde estéis vosotros encuentra muchísimos problemas... pues no lo puedo aceptar; la unidad de acción tiene que ser desde la base."

Precisamente para conocer mejor esta diversidad de puntos de vista en el sindicalismo, se echaba en falta en el debate a algún otro ponente del sindicalismo alternativo, como CGT, SAT, SO, etc. Mientras las posiciones "reformistas" estaban representadas por un ponente de CCOO y uno de UGT, entre los ponentes con posiciones combativas sólo había una sindicalista; el resto participaban en tanto que trabajadores intelectuales (un historiador y dos sociólogos). Un debate que reflejaba también las estructuras patriarcales de nuestra sociedad, con una sola ponente mujer.

Sindicalismo y crecimiento económico de las empresas

Se suele observar que la crisis que vivimos no es solamente una crisis financiera sino sobre todo una crisis de sobreproducción, de un modelo económico basado en el productivismo, en el crecimiento continuo y la destrucción del planeta. En este sentido, la ponente del sindicato asambleario de la Sanidad afirmó que el problema de fondo es que "cuando se acepta la competitividad de los empresarios como bien mayor a preservar, y se juega a la política del pacto por abajo -lo que nos puedan dar, lo que podamos conseguir...- sin construir la fuerza de clase de los trabajadores, es cuando se llega a una situación en la que el mal menor es que los sindicatos estén desprestigiados. El mal mayor es que los trabajadores y las trabajadoras estamos enfrentando a una situación dramática, a una ofensiva del gran capital sin precedentes, con una debilidad de capacidad organizativa y de lucha también sin precedentes".

Esta pérdida de la capacidad de lucha se debe según el historiador anarquista Francisco Salamanca a que los sindicatos reformistas se han centrado en obtener delegados sindicales en las empresas para poder luego negociar y tener una representación legal en el marco estatal: "ahí se empieza a perder totalmente la capacidad de lucha desde la base. Y ése es el problema, y eso lleva 25 años de evolución. La gente de mi generación no hemos tenido posibilidad de ser representados por un modelo de sindicalismo pensado únicamente para las grandes empresas y para los comités". Pero el problema no se limita a la burocratización de los sindicatos mayoritarios, que se han convertido en un apéndice del Estado. El problema abarca también la inadecuación del modelo sindical al trabajo precario que se ha ido extendiendo en nuestra sociedad: "Me temo que el problema está en que el modelo de sindicato actual está obsoleto; yo llevo trabajando desde los diecinueve años y nunca jamás en mi vida he podido participar en unas elecciones sindicales, porque casualmente se habían firmado unos pactos desde el año 89 por los cuales yo nunca he podido tener contratos que me den la capacidad de votar en unas elecciones sindicales".

No sólo el modelo sindical, sino todo el modelo económico y muchos derechos sociales están basados en el empleo, cuando el empleo precario y explotador que se crea también genera exclusión social. Por eso, según el sociólogo Jorge Moruno, no habría solamente que crear empleo sino también avanzar en derechos sociales desligados del empleo como la renta básica. Y es que si seguimos así, "nos vamos a convertir en una colonia con casinos, y todos peleándonos por ser empleables, para una panda de gurús que nos venden la moto". 

El programa terminó con la opinión de gente de diversas edades entrevistada por la calle. Parece que lo tienen muy claro: "se supone que los sindicatos están para representarnos a nosotros, no para representar al gobierno".

Os dejo ya el vídeo. ¡Que os guste!





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viernes, 24 de mayo de 2013

Los portugueses se organizan contra la precaridad y el austericidio

Más de la mitad de los trabajadores portugueses se han convertido en precarios, y eso afecta desde la educación hasta a la posibilidad de tener hijos.

Os dejo primero un reportaje sobre la precariedad y la organización de la resistencia al austericidio impuesto por la Troika. Y luego una noticia sobre cómo escrachearon a carcajadas al ministro de Finanzas, que estaba presentando un libro en el que habían utilizado las famosas estadísticas erróneas justificadoras de la política de austeridad. No tiene pérdida la cara de tonto que se le queda al ministro cuando le interrumpen a carcajadas jajajaja

Como dicen nuestros hermanos portugueses: que se lixe a Troika! ;-)


Los portugueses se organizan para luchar contra la precariedad

Fuente: http://www.youtube.com/watch?v=4_gjfRrgPc8&feature=share





El movimiento Que Se Lixe a Troika protesta con carcajadas ante el ministro de Finanzas de Portugal

Fuente: http://www.huffingtonpost.es/2013/05/18/el-movimiento-que-se-lixe_n_3298312.html



La carcajada, la risa, es la nueva forma de protesta en Portugal. Lo demostró hace unos días el movimiento Que Se Lixe a Troika, que en la presentación de un libro del ministro de Finanzas, Vítor Gaspar, organizaron una protesta que comenzó precisamente así, entre carcajadas.
Como explica el diario portugués Público, varias decenas de personas interrumpieron con risas el acto de presentación de Ocho siglos de locura financiera, prologado por él mismo y escrito por Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, envueltos en polémica porque las fórmulas que publicaron en sus estudios fueron utilizadas como justificación por muchos gobierno para aplicar políticas de austeridad y, finalmente, resultaron erróneas porque usaron mal la hoja de cálculo de Excel.
El ministro y los demás participantes en la presentación del libro no pudieron ocultar sus caras de asombro ante las primeras carcajadas, que finalmente se convirtieron en gritos de "¡Dimisión, dimisión!"

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Relacionado: Manifesto "Que se lixe a Troika, este presupuesto no pasará!"
Fuente de la imagen: Esquerda.net



Fuente de la imagen: Miguel Oliveira


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miércoles, 22 de mayo de 2013

Por qué no deberíamos trabajar más de seis horas

Reducir la jornada laboral sin reducir el salario ha sido una de las reivindicaciones del 15M desde sus inicios. Esta medida permitiría:
- Reducir el desempleo, porque se repartiría el trabajo.
- Compatibilizar mejor la vida familiar y laboral (y criar mejor a los niños). 
- Establecer relaciones más igualitarias entre hombres y mujeres (porque los hombres asumirían un poco más el peso de los cuidados). 
- Mejorar nuestras relaciones con nuestro entorno y nuestro bienestar.
-Aumentar nuestra productividad (porque la jornada laboral muy larga implica cansancio y una menor competitividad).

Aquí os dejo un estudio científico apoyando el establecimiento de una jornada de seis horas. Parece que están estudiando aplicarlo en algunos países latinoamericanos. En cambio, en España el gobierno de la patronal y la Troika nos diseña un modelo laboral tipo Bangladesh, y esto ni se les pasa por la cabeza. ¡¡O ellos o nosotr@s!!

Fuente: http://pijamasurf.com/2013/01/por-que-no-deberiamos-de-trabjar-mas-de-seis-horas/



Christian Bronstein y Eric Winer nos comparten una investigación sobre los efectos que tiene la jornada laboral tipificada de 8 horas y desarrollan una alternativa para llevar una vida más sana y más productiva con jornadas de 6 horas de trabajo.

“No aceptes lo habitual como cosa natural.  Porque en tiempos de desorden, de confusión organizada, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer natural. Nada debe parecer imposible de cambiar.”
Bertolt Brecht

“La resignación es un suicidio cotidiano.”
Pindaro.

Aquellos de nosotros que acaso podemos considerarnos afortunados de tener acceso a un empleo dentro del contexto salvajemente competitivo, opresivo y desigual que nos impone el mercado, inmersos como estamos en medio de la vorágine social, los medios de comunicación alienantes y las urgencias de cada día, podemos olvidarnos con facilidad de nuestro lugar en la sociedad, no sólo como empleados y consumidores, sino como actores sociales productores de cambio y de progreso individual y colectivo, como auténticos co-creadores de nuestra realidad actual.
Parece que vivimos en una sociedad en donde impera el individualismo, la mezquindad, e incluso más gravemente, la adherencia pasiva, ingenua o inconsciente de la mayoría de los sujetos a la reproducción de una estructura social que, suponen, los excede, y que rara vez es evaluada de manera crítica. Una de los factores que contribuyen a esto es sin duda la absorción que implican las jornadas laborales actuales. Si se trabaja la mayor parte del día existe poco tiempo para pensar, poco tiempo para forjar un pensamiento crítico y para participar de manera transformadora y creativa en la construcción de nuestra sociedad. No parece haber tiempo más que para seguir alimentando este modo de funcionamiento del sistema. Pero este sistema está en crisis. No sólo a nivel económico, sino más profundamente, a nivel cultural. Y toda crisis demanda una transformación. Es momento de que todas las personas puedan enriquecer sus vidas y espíritus en vez de ser devoradas por la cotidianeidad del trabajo en donde las auténticas subjetividades están tan desvalorizadas.
En la mayoría de los países de Occidente se permite al empleador imponer jornadas laborales alienantes de no menos de 8 horas diarias o 48 horas semanales. ¿Puede una sociedad que aspire a una calidad de vida realmente saludable y plena de sus ciudadanos ser compatible con este contexto legal que suprime el derecho de todo ser humano pleno a volcar su actividad no solo en su vida laboral, sino también en su participación democrática y en su ámbito personal? Si con algo es coherente este actual contexto legal es con un modelo económico que contempla al ser humano como un mero engranaje de un sistema productivo, cuyo tiempo debe estar subordinado casi exclusivamente al trabajo y el consumo, beneficiando a quienes se encuentran en la pirámide del mercado.
Como señala el filosofo contemporáneo Antonio Fornés “Actualmente trabajamos más horas que un esclavo romano, pero creemos que vivimos en una sociedad superlibre… No tenemos tiempo de ver a los amigos, de reflexionar en voz alta con ellos, ni de estar con nuestros hijos, estar de verdad. Hay que madrugar, no tenemos tiempo de hacer el amor con la persona que hemos elegido: la pasión se marchita. Lunes, martes, miércoles, jueves…. La rutina engulle nuestra vida a cambio de algún capricho, otro jersey negro que luciremos en la oficina, un mes de vacaciones, un coche nuevo para el atasco del domingo. Siento amargarte el desayuno, pero ¿eso es vivir?…  ¿Abdicar de la vida para que tus hijos abdiquen el día de mañana de la suya? Mi gato vive mejor.”  
Pero una cultura que ponga el valor de la vida por encima de los valores del mercado y la realización colectiva por encima de la competencia, debe contemplar al ser humano no sólo como trabajador y consumidor, sino también como individuo civil, como persona afectiva y como sujeto de realización personal e integración cultural, equilibrando su tiempo en tres instancias sociales imprescindibles: la personal, la civil y la productiva.
Como la historia ha demostrado, cada conquista de nuevos derechos laborales nos ha alejado poco a poco de los tiempos de la esclavitud declarada y ha dado lugar a sociedades relativamente menos injustas. Por ello, uno de los principales espacios sociales en donde pueden reflejarse y concretizarse los valores de una nueva cultura es el del derecho laboral. Debemos concientizarnos de la necesidad de reivindicar y defender nuestro derecho a la libertad humana frente a la jornada laboral, como una de las formas más claras de esclavización cotidiana. Reducir la jornada laboral de 8 a 6 horas diarias (o 30 horas semanales) sin aplicar reducción salarial, es una propuesta realista y concretable que significaría un progreso social y cultural de no menores proporciones, repercutiendo en la calidad de vida de todo el pueblo. Es claro que esta propuesta, en principio, no reduciría la injusta distribución del ingreso imperante en nuestra sociedad capitalista (que debería constituir una preocupación paralela), pero sí sería un modo concreto de apropiarse a gran escala de la riqueza productiva –hablamos de reducir la jornada sin aplicar reducciones salariales-, ya que se traduciría en un incremento del valor hora para todos los trabajadores. 
En algunos países de Latinoamérica como Venezuela, Uruguay y Argentina, afortunadamente, se han comenzado a debatir proyectos de ley que podría hacer realizable esta idea:
El senador argentino Osvaldo López, autor de un proyecto de ley que defiende la reducción de la jornada laboral a 6 horas como un derecho que debe ser garantizado independientemente de las condiciones salariales, plantea que: “Esto se puede lograr sin aplicar reducción salarial, manteniéndose los niveles vigentes a través del incremento proporcional del valor hora. El derecho a una retribución justa es una conquista social que debe ser garantizada por separado, no pudiéndose negociar por la jornada de modo que alguien deba trabajar demasiadas horas o tener más de un empleo para que el salario le alcance.”
En su misma línea, Mario Woronowski, psicólogo y sociólogo argentino, e integrante del Foro de Políticas Públicas de Salud del Espacio Carta Abierta, considera que la reducción de la jornada responde a una necesidad social dentro de un contexto mundial que cataloga como “una crisis civilizatoria, y no solo del sistema financiero.”. Woronowski señaló que “para muchos sectores y personas, ideas como estas son utópicas”, y a su vez abogó por “no asustarse de las utopías, sino  asustarse de la falta de ellas”.
Por nuestra parte, hemos elaborado 9 fundamentos principales que consideramos que justifican esta necesaria y urgente transformación social:
1. REDUCCIÓN DEL DESEMPLEO:
La posibilidad de estructurar dos turnos laborales, permitiría la incorporación de mayor personal con el beneficio de reducir del desempleo. Como señaló el senador Osvaldo López, las leyes de reducción de la jornada laboral pueden funcionar como “una herramienta para crear mayor cantidad de puestos de trabajo con la liberación de horas por parte de quienes pueden estar hoy sobre ocupados”.
 2. VIDA FAMILIAR Y AFECTIVA:
La reducción de la jornada laboral a 6 horas favorecería la cohesión familiar, respetando el derecho del niño a crecer en un ambiente familiar con una mayor presencia de los padres en el hogar, y permitiendo a los padres participar activamente del crecimiento de sus hijos.
Y en términos más generales, la reducción de la jornada laboral nos permitiría a todos equilibrar nuestra vida laboral con la afectiva, los vínculos que hacen a nuestra vida verdaderamente significativa: pareja, familia, amigos.
 3. AVANCES TECNOLÓGICOS:
Con la utilización de nuevas tecnologías (automatización industrial, telefonía celular, digitalización, fax, Internet, e-mail, etc.) las tareas en la mayoría de los ámbitos laborales se han simplificado enormemente, significando una considerable reducción de tiempo y esfuerzo para realizar tareas antes más largas y más costosas. La reducción de la jornada laboral debería ser, a todas luces, uno de los resultados lógicos y evidentes del avance en el desarrollo tecnológico del ser humano. Sin embargo, esto no ha sido así. Volviendo a citar al filósofo español Antonio Fornés: “La Revolución Industrial prometió que las máquinas irían reemplazando a los hombres y, por consiguiente, no tendríamos que trabajar para vivir. Tres siglos después, las máquinas han sustituido a los hombres en prácticamente todos los trabajos manuales, pero, sin embargo, no sólo los hombres siguen trabajando como entonces sino que: ¡Las mujeres también han tenido que ponerse a trabajar! ¿No te parece curioso que se mantenga el mismo número de horas que en 1926? ¿Puedes creer que las increíbles máquinas y la bendita Ciencia no hayan liberado -¡ni si quiera un poquito!- en 100 años de esa esclavitud, que es el trabajo, al hombre? ¿Cómo puede ser que los bosquimanos trabajen la mitad que nosotros si viven en la prehistoria?”
Está claro que los avances de la tecnología hicieron que suba la productividad de un trabajador, ¿pero quién se quedó con la diferencia de este progreso? El empleador, por supuesto. El resultado fue concentración de la riqueza y desocupación. ¿Por qué no se reparte el beneficio obtenido por los avances de la tecnología? ¿Por qué en lugar de echar trabajadores y mantener la misma cantidad de horas, no se mantuvo la cantidad de trabajadores y se redujo la cantidad de horas?
 4. ESTUDIOS Y CAPACITACIÓN:
Todo aquel que trabaje 8 o más horas diarias y asuma el desafío de estudiar alguna carrera o curso se dará cuenta rápidamente que el tiempo no-laboral del que dispone para eso y para el resto de sus actividades vitales suele ser realmente insuficiente o incluso ridículo en relación a las exigencias académicas, forzándolo a abandonar sus estudios o a hacer sacrificios que no todos pueden asumir para poder continuar. En muchos casos, los horarios de estudio simplemente son incompatibles con la disponibilidad horaria laboral.
Por otro lado, de forma creciente las tareas laborales son de índole intelectual en contacto con nuevas y sofisticadas tecnologías. Esto trae aparejado una necesidad de mayor capacitación (cursos, seminarios, etc.) que normalmente se suman al horario laboral. La lógica competitiva del mercado laboral actual no permite detenerse siquiera a aquellos que ya cuentan con un título, ya que los tiempos actuales exigen títulos y especializaciones más allá del nivel universitario o terciario.
En definitiva, la tensión entre la necesidad de capacitación constante con riesgos de quedar desactualizado o fuera del sistema laboral, y a su vez la necesidad de un sustento económico (horas de trabajo quitadas a la capacitación), traen aparejado un sujeto subyugado a serios riesgos biológicos (enfermedades nerviosas, stress, etc.) de la vida actual. La reducción del horario laboral facilitaría la realización de una integración coherente entre formación y empleo.
 5. SALUD:
La reducción de tiempo laboral favorece la intensidad de trabajo, reduciendo espacios de ocio laboral que pueden generar una carga negativa en el ambiente: necesidad de mostrarse constantemente ocupado, stress de no tener actividades para realizar, tiempos muertos, etc.
Sumado a esto, trabajar 8 horas o más restringe enormemente el tiempo que un ciudadano puede dedicar a actividades necesarias para la salud física y psicológica: deportivas, de esparcimiento, meditación, etc.
 6. INCREMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD:
En el año 2007, el Euroíndice IESE-ADECCO (EIL), al  analizar el mercado laboral de siete países europeos, arrojó un resultado extraordinario: los países europeos con jornadas medias más cortas (Holanda, Alemania y Bélgica) presentaron mayor productividad por hora trabajada que el resto. Este estudio refutó la tradicional asociación de una jornada laboral más extensa con una mayor productividad, demostrando que “existe una relación negativa entre ambos conceptos y, al trabajar más horas, se tiende a disminuir el aprovechamiento que se hace de cada una de ellas”. Así, se destacó que “una mejora en la eficiencia (productividad) puede llevar a reducir la jornada de trabajo sin que se produzca una caída en la producción.”
7. RECURSOS ENERGÉTICOS E IMPACTO AMBIENTAL:
En los numerosos entornos laborales en donde no sea necesario incorporar dos turnos, la reducción laboral no solo intensificaría los momentos de trabajo, sino que maximizaría los recursos energéticos, disminuyendo significativamente el impacto ambiental.
8. HACINAMIENTO:
La posibilidad de emplear dos turnos, podría resolver núcleos de hacinamiento laboral físico, además de abrir a nuevas posibilidades de capacitación. Significaría, por otro lado, la posibilidad de un uso más inteligente y eficiente del transporte público y privado en las zonas en donde se concentra la mayor actividad, favoreciendo enormemente la desconcentración poblacional, evitando la saturación del flujo de transporte en micros, trenes, avenidas y autopistas en las llamadas “horas pico”, acelerando y simplificando la movilidad de los ciudadanos, y disminuyendo a la vez el impacto ambiental del transporte privado.
 9. INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO CREATIVO:
La investigación científica y académica, que podría significar una mejoría sustancial no solo a nivel laboral sino también de país, excepto en los excepcionales casos en que esté financiada, queda normalmente relegada por la absorción laboral.  Las actividades culturales artísticas y creativas en general quedan, por su parte, también restringidas por las limitaciones que impone el tiempo laboral. Podríamos preguntarnos, junto con el reconocido lingüista y analista político internacional Noam Chomsky: “¿Queremos tener una sociedad de individuos libres y creativos e independientes, capaces de apreciar y aprender de los logros culturales del pasado y contribuir a ellos..? ¿Queremos eso o queremos gente que aumente el PBI? No es necesariamente lo mismo.”
Por estas razones, creemos, que es necesario convertir este tema en una preocupación social y en una bandera colectiva, en un reclamo que todos debemos exigir a nuestros representantes políticos. Quizás ha llegado el momento de comenzar a pensar en una nueva cultura y orientarnos social y políticamente hacia ella. Una cultura en donde se ponga el derecho de todos a una vida plena por encima del derecho de unos pocos a la sistemática explotación laboral. Una cultura en donde se trabaje para vivir, y no se viva para trabajar.
La reducción de la jornada laboral a 6 horas sería una excelente forma de empezar.
Sigue el grupo de Facebook: Por una jornada laboral de 6 horas




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lunes, 20 de mayo de 2013

“Queremos volver a Cuba”

Sin comentarios...

Fuente: http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/05/07/valencia/1367953205_577370.html

Gilberto Martínez, desahuciado de su vivienda, sujeta a su hija. / PEPE OLIVARES

Gilberto Martínez, de 50 años, jamás pensó que en la tierra prometida, que pensaba que era España, no encontraría trabajo y que la Policía Nacional le echaría de su casa. Y este martes vivió el peor día de su vida, al ser desahuciado del hogar en el que vivía con su esposa, Ismara Sánchez de 43 años, sus dos hijas, una de 15 y otra de 22, y el niño pequeño de 8 años.
“A nosotros nos trajo el gobierno de Zapatero por mediación de la Iglesia cubana, porque Fidel Castro nos ofreció venir a España”, aseguró Martínez. Según explicó, les prometieron “una casa, trabajo y ayudas económicas durante cinco años, y ahora estoy sin nada”. El exiliado cubano concretó que recibía una ayuda de 400 euros mensuales de Cruz Roja para pagar el alquiler, y otros 595 euros del Gobierno para comprar comida y pagar gastos.
“Ahora no tenemos ayudas de ningún tipo, si me dicen en Cuba lo que pasaba en España me hubiera quedado allí”, dijo el padre desahuciado, que lleva dos años y dos meses en España, sin encontrar trabajo. “Yo solo pido ahora que me manden para Cuba”, demandaba entre sollozos. El padre de familia concluyó: “Nos trajeron engañados, estamos en la calle, hemos ido de un sitio a otro y lo único claro es que los políticos se tapan con la misma colcha, y no arreglan nada”.
La familia de Martínez ha estado recibiendo ayudas por parte del Gobierno, de Cruz Roja e incluso de Cáritas. Fuentes del obispado en Alicante explicaron que esta familia recibió comida, productos de limpieza y algo de dinero para gastos, “pero casas para ellos no tenemos”, admitieron. La madre, Ismara Sánchez, se lamentó de que no tiene ningún familiar ni allegado que pueda darles alojamiento a partir de ahora, y recordó que el pasado viernes los responsables del Patronato Municipal de la Vivienda les dijeron que “alguien de Cáritas” les llamaría, y “aún no han tenido ninguna noticia”.
Junto a ellos estaba otro amigo cubano, Juan Francisco Marimón que llegó a España también gracias a ese acuerdo de colaboración entre la Iglesia de Cuba y el Gobierno de José Rodríguez Zapatero que permitió acoger a 115 presos políticos y 650 familiares. En Alicante recalaron cinco familias, entre ellas la de Marimón, que recuerda que estaba condenado a siete años y medio de cárcel por el régimen cubano. “Nos acogimos a un fondo europeo para refugiados políticos, autorizado por Ginebra, entre nosotros también había algunos protegidos internacionales, pero cuando llegó el PP al poder nos quitaron todas las ayudas”, denunció este cubano que se siente “desatendido”.
Desde que está el PP, aseguró que solo le han concedido 1.000 euros para seis meses. “Nos han ido desahuciando porque acabaron con las ayudas y con eso nadie vive”, relató este refugiado. Según estas familias algunos se han ido a los Estado Unidos. “Nosotros no queremos irnos, tenemos abuelos aquí, conocemos la lengua, estamos a gusto, no hay violencia en la calle, pero el problema es que el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, atizó la candela y nos dejó sin ayudas”, concluyó Marimón.


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El país al que nos conducen

Resulta gracioso -por no decir trágico- cómo contrasta el discurso "liberal" con la práctica "liberal" de nuestras élites políticas, que colocan a sus familiares y amiguetes en puestos de poder mientras nos saquean y nos echan del país. 




Fuente: http://larevueltadelasneuronas.com/2013/05/17/el-pais-al-que-nos-conducen/


“Las cosas cuestan”

Beatriz Jurado, presidenta de las NNGG del Partido Popular.
Hace unos días salía la noticia de un físico español al que le habían dado el premio al mejor físico joven de Europa, pero por lo visto en España, le cerraban las puertas porque su currículum no daba la talla. Esta es una situación bastante normalizada y de práctica cotidiana a la hora de valorar a las personas. Precisamente aquellos que dicen defender a capa y espada modelos de meritocracia, son los que más enquistados están en el imaginario y el hacer feudal. La meritocracia es un sistema bastante discutible incluso cuando se presenta en estado “puro”, pero aquí ni siquiera podemos hablar de ese supuesto; ¿cuántos profesores asociados en la Universidad, ahogados en la precariedad, observan año tras año como una casta de catedráticos anticuados taponan el saber y el conocimiento en defensa de su cómoda poltrona a la par que defienden el Plan Bolonia?
Por el contrario, lo que mejor saben hacer nuestras élites y cuanto más dicen ser liberales peor, es colocar a los más ineptos en los puestos mejor pagados. Para la lumpen-oligarquía que nos gobierna pensar es algo secundario, para ellos el valor añadido lo aportan los Carromero o el último cargo anunciado a dedo y pagado con el dinero público en la diputación de la mafia-Fabra de Castellón, al líder valenciano de NNGG, Juan Carlos Caballero, cobrando 45.000 euros al año. Apuntaba el politólogo Iñigo Errejón al comparar la noticia del físico español con la del
carromero
cargo del miembro de NNGG del PP en Castellón, que  era una clara muestra de que vamos camino al subdesarrollo y que urge echar a toda esta gente. No le falta razón. Aquellos que más se llenan la boca con la palabra  eficacia y sobre la necesidad de destruir lo público y promocionar lo privado, son los mismos que llevan décadas viviendo de lo público, usándolo como trampolín y utilizándolo como medio para redistribuir la riqueza de abajo hacia arriba a modo de contratas y favores con grandes empresarios. Es mentira que “desregulen” el Estado, lo que hacen es regularlo de otra forma, utilizando el dinero de todos para trasladarlo al bolsillo de una casta patronal y por supuesto financiera.

Mientras todo esto sucede, la delegada del gobierno en Madrid, Cristi naci fuentes mandaba a los antidisturbios a emplearse con dureza contra las mujeres y hombres que se manifestaban por el derecho a decidir de las mujeres sobre su propio cuerpo. ¿Cómo un liberal que tanto sacraliza la libertad individual puede atentar tanto contra la autonomía de las personas con tal de defender a grupos de fanáticos que buscan devolvernos al medioevo? Debe ser porque son una panda de nazis como el miembro de la División Azul recientemente galardonado por combatir codo a codo con los nazis y que tanto aplaude el Partido Popular. Cuesta pensar con la cabeza fría cuando en las calles no paran de abrírsela a la gente, casualmente siempre las de los mismos, las del pueblo que la policía ha jurado defender, pero nunca la de los culpables, las de los que mandan. Se ve que esa es gente de orden, el orden del caos neoliberal que defienden los patriotas de hojalata que nos conducen, con Carromero al volante, directos contra el muro de la neoservidumbre.




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domingo, 19 de mayo de 2013

El 80% de empresas que aplican la reforma laboral reducen salarios

Lo que ya todas sabíamos: la reforma laboral no se hizo para generar empleo sino para facilitar a las empresas bajar sueldos y explotarnos más (por ejemplo mediante la retribución por objetivos). Explotarnos más significa también contratar menos gente. Y por tanto destruir empleo.

Para empezar a crear empleo, necesitamos una huelga general indefinida que tumbe a este gobierno...



Fuente: http://www.lavanguardia.com/economia/20130510/54373365591/empresas-que-aplican-reforma-laboral-reducen-sueldos.html


Fuente de la imagen: http://cntab.blogspot.com.es/2012/02/reforma-laboral-febrero-2012.html

MADRID (EUROPA PRESS) Un 80% de las empresas que han aplicado la reforma laboral durante sus primeros 15 meses de vigencia han reducido salarios e introducido cambios funcionales, según un informe de BCN Consultors.

La firma especializada en asesoramiento laboral, legal y económico-fiscal, concreta que la rebaja salarial media entre sus clientes ha sido del 15% y se ha realizado sin apenas conflicto con los trabajadores, que lo han aceptado como "un mal menor".

Por otro lado, las empresas también han modificado la estructura retributiva, de forma que un gran porcentaje ha condicionado los salarios a la consecución de objetivos.

Así, actualmente la retribución fija supone el 60% del total y la variable el 40% restante.


Fuente de la imagen: http://www.risasinmas.com/la-reforma-laboral-del-pp/


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