sábado, 21 de mayo de 2011

En defensa de Democracia Real Ya



La gente no se entera de nada. Todavía menos aquellos que beben directamente de los medios de comunicación convencionales. Y es que parece como si el personal fuera completamente incapaz de articular pensamientos e ideas sin circunscribirlos constantemente al espacio que creen conocer y a la pueril interpretación que sacan del mismo. Su universo mental no solo es estrecho y limitado, si no que también está cerrado, vilmente clausurado a cualquier idea o hecho que se salga de los parámetros habituales que normalmente manejan. Y ahora lo vemos de nuevo con el tema de Democracia Real Ya, aunque el asunto, claro está, en realidad importe bien poco. Nuestro sujeto se lanzará alegremente a escupir toda una serie de diatribas que inevitablemente pasarán por una deformación de la información que se esté aireando en el medio de desinformación que haya elegido, información que por supuesto ya había sido a su vez convenientemente manipulada y deformada. Magnífico potaje el que nos queda.

El tratamiento que los medios de comunicación han hecho de las concentraciones, manifestaciones y acampadas protagonizadas por la ciudadanía ha sido del todo lamentable. Con la habitual mezcolanza de interés, torpeza y mediocridad, la visión que televisiones, radios y periódicos han ofrecido de las movilizaciones se ha caracterizado por el ridículo más espantoso. Se nos tachó a todos de desarrapados y perroflautas en busca de gresca y botellón; los tertulianos matinales y no tan matinales, nuevos payasos de la televisión, dijeron que éramos "antidemócratas" y "apolíticos", y Tele 5 nos señaló como un puñado de desocupados que nada mejor tenía que hacer un domingo por la tarde. En fin, en general, lo mínimo imprescindible para cubrir el expediente, poder decir que aquí no se censura a nadie y continuar con sus estupendos intereses empresariales y políticos malamente camuflados en toda editorial, noticia u opinión publicada.

Y es que claro, la verdadera democracia está en el oligopolístico Mass Media, los periodista-mercenarios de 14 pagas, los tertulianos sebosos y tristemente satisfechos de si mismos. En los oxidados partidos con representación parlamentaria y sus más fieles aliados, los sindicatos mayoritarios; los viejos burgueses de eso que todavía se autodenominan de "izquierdas" y van detrás de las limpiadoras en los grandes hoteles de lujo, pero también sus vecinos de habitación, los casposos liberales que han secuestrado el término Libertad y lo han emponzoñado con su sucia retórica, con una ideología que aboca al sufrimiento. Y para qué hablar a estas alturas de esos conservadores que abogan por la familia tradicional y luego se dedican a minarla a partir de la aplicación de sus manuales de libremercado.

¡Ja! No se lleve a engaño: la única revolución con futuro es aquella que se realiza para que nada cambie. Vea mucho la tele, consuma, confíe en los grandes medios, asista a foros de debate social para adultos…Y por supuesto, solo salga a la calle para votar. Así nos gusta, que sea usted bien dócil.
Si es que esos de las plazas, seguramente porque la sangre aún hierve en sus venas, no saben lo que hacen: su desbocada lozanía degenera en inconscientes utopías. ¡Olvide a estos idealistas sin futuro! Son unos pardillos. Los únicos cambios razonables son aquellos sugeridos por los partidos políticos de siempre y con la inestimable colaboración de don Emilio Botín. “¿La movilización de los jóvenes? Es intervencionismo utópico. La única democracia real es la formal. Y tiene que ser regenerada por los grandes partidos”, asegura un Pedro J. Ramírez que cada día es más una caricatura que un ser humano de carne y hueso.

¡Y es que los muy amargados quieren un mundo mejor y más justo! Necedadades, ¡faltaría más! “Este tipo de jóvenes no va a ir a votar, que es lo que deberían hacer”, sentenció ufano un tertuliano de Radio Nacional. “Y eso que hoy viven mucho mejor que hace 30 años”, completa estupidamente uno de sus colegas.

No nos engañemos, los dictadorzuelos no se encuentran en desiertos lejanos ni en montañas remotas...y ellos también están movilizados, ya lo creo que lo están. Ahí tenemos por ejemplo a la Junta Electoral de Madrid prohibiendo la concentración en la Puerta del Sol de Madrid. ¡Sangrante hipocresía la de sus miembros! Los argumentos fueron del todo peregrinos: “la manifestación puede afectar a la campaña electoral”. Es difícil ser más cínico. ¡Claro que la manifestación podía afectar a la campaña electoral! ¡¡Es más, debería afectar a la campaña electoral!! Y debería afectar a la conciencia de la ciudadanía al completo, ahora, tras las elecciones, y en el futuro.

Y es que la decisión de la Junta Electoral de Madrid sugiere que la población debe limitase a ir a los mítines, ondear las banderitas del PSOE y el PP, votar el próximo domingo y, nada más introducir la papeleta en la urna, agachar la cabeza y recogerse en sus casas, a embrutecerse con su televisión, a esperar las siguientes rebajas. No quieren ciudadanos, quieren corderitos.

Pues me limito a dar un aviso a navegantes: el pueblo ha declarado ilegal a la Junta Electoral. Se siente hamijos, la soberanía popular tiene estas cosas...

Mirage




¿Qué te ha parecido este artículo? ¡Deja tus comentarios!


  

1 comentario:

  1. Echaré un buen vistazo a vuestra revista. Y muchas gracias por tu apoyo!

    ResponderEliminar