domingo, 23 de enero de 2011

Otras formas de gestionar una empresa: Semco


El brasilero Ricardo Semler es una estrella en el firmamento empresario global, y brilla con luz propia.

Tan particular es su aura que, desde hace años, ejecutivos de las mayores empresas del mundo –IBM, General Motors, Ford, Kodak, Bayer, Nestlé, Goodyear, Firestone, Pirelli, Alcoa, Basf, Siemens, Dow Chemical, Mercedes Benz, entre otras, peregrinan hasta Semco, la empresa que heredó de su padre cuando aún no había cumplido 30 años. Tamaña multitud empresaria en plan de investigación no llega para ver los productos que fabrica sino su revolucionario sistema de gestión que posicionó a la empresa como líder en la materia.
Hasta 1980, año en que Ricardo ingresó en la compañía, Semco era una empresa tradicional en todos los aspectos, con una estructura piramidal y una norma para cualquier contingencia.
A partir de su llegada todo cambió radicalmente; “democratizó” Semco, y otorgó a sus empleados un trato tan igualitario, que algunos agoreros catalogaron de ”socialista”.
Los trabajadores eligen su horario de trabajo, contribuyen a diseñar los productos y sus planes de comercialización, se fijan sus propios sueldos, deciden cuál será su participación en los beneficios de la empresa, conocen el estado económico-financiero, votan las decisiones importantes, eligen la ropa (formal o informal) que llevan para trabajar y evalúan periódicamente a sus jefes.
Además, el personal no tiene recepcionistas, secretarias ni auxiliares y los despachos no están separados por tabiques sino por plantas.
Cuando se le mencionó que se comparaba su filosofía con el socialismo de Europa oriental, Semler respondió que era creencia errónea y afirmó que la intervención obrera no suponía una pérdida de poder del jefe. “Lo que hace Semco, afirmó, es prescindir del autoritarismo ciego e irracional que mengua la productividad” y aseguró que se sentía encantado de que sus empleados fueran capaces de gobernarse y de valerse por sí mismos. “Significa que se preocupan por sus puestos de trabajo y por su empresa, y eso es bueno para todos”.
Semler reconoció que cuando reestructuró la empresa eligió lo mejor de muchos sistemas. Del capitalismo tomó los ideales de libertad personal, el individualismo y la competitividad. De la teoría del socialismo, aprendió a dominar la codicia y a compartir información y poder. La cultura nipona le inspiró el valor de la flexibilidad. En Semco rechazan las relaciones “cuasi familiares” con la empresa y su ciega veneración por los mayores; quieren que la gente ascienda por su competencia y no en razón de su longevidad o de su conformismo.
Tiempo atrás se hizo una encuesta en Brasil sobre empleabilidad. Más de dos mil personas afirmaron que aceptarían cualquier puesto con tal de trabajar en Semco. Otra encuesta entre nuevos licenciados universitarios arrojó como resultado que el 25% de los hombres y el 13% de las mujeres querían trabajar allí.
Ricardo Semler es un empresario convencido de que dentro de una empresa existen emprendedores dinámicos. Esto queda más claro cuando uno lee algunos de los principios de la compañía:

- Estimular la creatividad y valorar a las personas que se atreven.
- Incentivar la participación de todos y el cuestionamiento de las decisiones impuestas de arriba hacia abajo.
- Preservar un ambiente informal con profesionalismo y sin preconceptos.
- Tener humildad para reconocer los errores, sabiendo que siempre habrá algo para mejorar.

Un ejemplo para tener muy en cuenta al iniciar un negocio.

2 comentarios:

  1. Claro, todo eso está muy bien, pero faltaría por ver cuántas horas trabajan, con qué salarios, qué seguridad tienen en su empleo, qué participación tienen en los beneficios de la empresa... POrque si estas cosas no están bien, todo se queda en otro tipo de márketing, no?

    Oye, se te ha olvidado poner la fuente de donde has sacado el artículo.
    Un beso

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  2. Desde luego Violeta, completamente de acuerdo, pero lo que quería poner de manifiesto al publicar este artículo es que, incluso en el seno de este mercado depredador, resulta factible construir una empresa de éxito fundada en relaciones laborales más o menos horizontales y opuesta a las más que ineficaces y hasta perjudiciales relaciones tradicionales de índole vertical.
    En cuanto a temas como la participación en los beneficios y eso...pues...me temo lo peor, como siempre, vaya.

    La fuente, por desgracia, la he perdido, tenía este artículo en mi archivo desde hace un año y no la tenía registrada.

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