Además de publicarlo aquí, recomiendo enviar esta clase de testimonios a la página web Denunciemos los abusos patronales, o buscar apoyo legal en la Oficina Precaria, porque es posible que exista derecho a alguna indemnización.
¡Mucho ánimo compañero! ;-)
Violeta
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MI EXPERIENCIA EN EL RESTAURANTE RIBS
Tras mi
experiencia laboral de mes y medio en el restaurante Ribs de San Sebastián de
los Reyes, situado en la zona comercial Plaza Norte 2, puedo afirmar que la
empresa Foodstation S.L. explota a sus trabajadorxs y no paga las horas complementarias.
El salario que
me comunicaron en la entrevista de selección era de 275 euros brutos por un
contrato indefinido (con dos meses de periodo de prueba) de 12 horas semanales
como ayudante de camarero, aunque me advirtió el gerente que todxs lxs
trabajadorxs hacíamos todas las semanas algunas horas complementarias. Estas
horas complementarias deben ser avisadas al trabajadorx con al menos siete
días de antelación. Muchas veces, del horario de la semana siguiente me
enteraba un día antes, si no en la misma semana y porque tenía que acudir al
local a preocuparme de saber mi horario, cuando lo coherente es que sea
comunicado por la propia empresa.
En la nómina de
septiembre del 2013, correspondiente al primer medio mes que trabajé, advertí
un salario que se correspondía con la mitad del salario base, pero nada acerca
de las horas complementarias que trabajé. Se lo comuniqué al gerente del local,
y tras hacerme cuentas con la calculadora aceleradamente para que no me
enterara de nada, concluyó que habría sido una equivocación y que me las
ingresarían en la nómina del próximo mes. Durante el mes de octubre, fui
escuchando directamente a mis compañerxs, que es muy habitual que la empresa
deba el salario de las horas complementarias, y que las paguen con mucho
retraso tras reclamarlas insistentemente, o te convenzan para pagarte en horas
libres. Entonces, es cuando me cuestioné si realmente esas horas
complementarias se me pagarían en la siguiente nómina, por lo que, de no ser
así, tendría que tomar alguna decisión al respecto. Fui sufriendo una carga de
trabajo progresivamente superior y abusiva, debido a la marcha de un compañero
y a las bajas de otrxs compañerxs. La empresa no contrató a nadie más, y al
final de ese mes realizaba yo solo la labor de llevar a las mesas del
restaurante (sesenta y cuatro concretamente) todos los platos que salían de
cocina, trabajo que para ser saldado satisfactoriamente, se necesitarían como
mínimo tres personas. La única “ayuda” que recibía era la del gerente del local,
que gradualmente, y bajo la excusa de que le “estresamos” demasiado, a lo largo
de dos fines de semana seguidos me fue hablando personalmente de manera muy
maleducada. Me faltaba en numerosas ocasiones el respeto, y queriéndome tratar
como si fuera un esclavo que debe hacer su trabajo a golpe de gritos y palabras
coercitivas. Y de veras, aunque parezca increíble, recibí puntualmente ese
trato sin ninguna clase de exageración, hechos que hasta mis compañerxs me
comentaron, a pesar de que inmediatamente me dí cuenta del abuso de ese comportamiento.
En varias ocasiones tras recordarle que merecía un trato digno y no gritos ni
faltas de educación, me entraron ganas de dejar el trabajo en ese mismo instante.
Se acercaba la nómina del primer mes completo, y la presión psicológica era cada vez mayor. Sospechando que no iban a pagarme las horas extras, y cansado de que me explotaran cada vez más, acudí a asesorarme a mi sindicato de la Federación Local de C.N.T. de Madrid. Tomé la decisión
inmediata de abandonar este trabajo, debido a lo precario y abusivo de sus
condiciones. Me presenté ante el gerente el mismo día que recibí el pago de la
nómina, ya que como esperaba solo me habían pagado el salario base y no las
horas complementarias, por lo que presenté mi baja laboral en ese mismo momento.
Rechacé seguir trabajando en esas condiciones laborales porque
no me pagaban las horas complementarias que realizaba. Mi decisión no le sentó nada bien al gerente, aunque en esta ocasión mantuvo las formas de educación, no sin soltar excusas absurdas para justificar los impagos de esas horas. Me
advirtió que perdería dinero (cosa totalmente falsa), me enseñó el cuadrante de
horarios de las semanas anteriores, y estuvimos corrigiéndolo y cotejándolo con
mi recuento de horas trabajadas, que llevaba convenientemente anotado.
Finalmente exigí
que en mi finiquito apareciera el pago de las 19 horas complementarias que la
empresa me debía, cuatro días de vacaciones correspondientes, y uno más por un
día festivo que trabajé. De esta manera puse fin a mi contrato con la empresa del
Foodstation S.L., pero ahora me gustaría advertir públicamente que esta
empresa vende trabajo precario, explota, manipula y no paga debidamente a sus
trabajadorxs. No apoyes de ninguna manera, ni vayas a consumir a los
Restaurantes Ribs, y si eres trabajadorx en este local, por favor, conciénciate
y rebélate contra las injusticias empresariales.
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Son unos cara duras, trabajé en ribs.
ResponderEliminarNo trabajéis ahí
Todo es por el gerente que a su vez lo contrato el supervisor Javier, al final todos los ascensos de este señor que ascendió a gerentes que no valen nada en Ribs ahora son malas todas si señores porque solo mujeres ha ascendido por qué será.
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