miércoles, 7 de marzo de 2012

Feliz 8 de marzo

Os dejo aquí un artículo sumamente interesante que muestra que las medidas antisociales justificadas con el famoso argumento de "hay que recortar, estamos en crisis" están aumentando la desigualdad entre hombres y mujeres. La dejación de funciones del Estado obliga a las mujeres a ocuparse de tareas que perjudican su incorporación al mercado laboral, y nos hace así retroceder en el tiempo, a un pasado oscuro...

Como sabe cualquiera que esté buscando trabajo, el gobierno y la patronal también están usando la excusa de la crisis para precarizar los trabajos y obligarnos a trabajar las horas y en las condiciones que les venga en gana. Para esto sí se contratan mujeres, y por eso ha aumentado más el número de hombres desempleados...

O sea que sí que nos quieren: nos quieren sometidas, humilladas, doblegadas, esclavizadas... Tenemos taaanto que agradecer al gobierno y la patronal...  Feliz 8 de marzo.
Violeta


La crisis tiene rostro de mujer
Fuente: http://www.juventudsinfuturo.net/2012/02/la-crisis-tiene-nombre-de-mujer.html

La crisis tiene rostro de mujer. Los recortes sociales que se aplican en los ámbitos asistenciales, médicos, culturales y de asesoría jurídica agudizan aún más la desigualdad entre hombres y mujeres e inciden en acentuar un peligrosísimo retroceso en los derechos conseguidos por las mujeres durante las últimas décadas de lucha feminista. Prueba de ello es la retirada de subvenciones a Organizaciones de Mujeres que provocan además el cierre de Centros de Acogida para las Mujeres Víctimas de Violencia, Centros Municipales de Atención a las Mujeres, Bibliotecas de Mujeres, Institutos de la Mujer, Asesorías Jurídicas, Centros de Orientación, etc.

Que ámbitos como el asistencial y el de cuidados sean privatizados y no sean considerados un derecho social que el Estado debe garantizar, redunda en la merma de autonomía y libertad de las mujeres. Y ello provoca un efecto de “vuelta al hogar”, en el que se observa cómo aún no existe una auténtica corresponsabilidad entre hombres y mujeres, considerándose socialmente a las mujeres como los sujetos elegidos para desempeñar estas tareas.

Si el Estado se desentiende y el sector privado aprovecha para lucrarse en un nuevo nicho de mercado con facturas que sólo podrán permitirse pagar unos pocos, la lucha de las mujeres debe ponerse de nuevo en pie de guerra para defender nuestra autonomía y exigir una socialización de los cuidados y de las tareas asistenciales. 



Es cierto que algunos nos hacen cree que la desigualdad de géneros es cada vez menor. Es cierto que las familias se ven obligadas, cada vez más, a buscar nuevas fuentes de ingresos, por lo que se da la entrada al mercado laboral de mujeres mayores de 55 años; pero al mismo tiempo, las responsabilidades se trasladan hacia trabajos de cuidados invisibles que llevan a cabo las mujeres sin remuneración. Por otra parte, desde el comienzo de la crisis se ha insistido en mostrar cómo el aumento de personas paradas se daba sobre todo en el género masculino y que, en el caso de que se diese un incremento del desempleo en mujeres, esto se debe a la disminución de las mujeres inactivas.


Tener que elegir entre no poder trabajar o trabajar en condiciones de precariedad absoluta es un chantaje que no aceptamos: la entrada masiva de las mujeres en el mercado laboral de la que se enorgullecen los partidos del régimen y las voces del feminismo institucional tiene que ver con que somos las mujeres las que tenemos que aceptar los trabajos temporales y precarios. Ya en 2008, el 80% de los contratos temporales eran ocupados por mujeres, y durante los últimos años, la brecha no ha hecho más que aumentar. A esto se suma el hecho de que el salario de las mujereses casi un 40% inferior al de los hombres por el mismo trabajo, una diferencia que se acentúa en el sector privado, donde incluso se reduce a la mitad.

Como vemos, la feminización del mercado laboral es un descenso en derechos laborales y sociales. Una precariedad feminizada que, durante los últimos años, se ha trasladado, en parte, al conjunto del mercado laboral. Pero aun así, seguimos siendo nosotras las que componemos ese gran porcentaje del trabajo temporal y sueldos insultantes. Por todo ello, es momento de gritar: “Estamos hasta los ovarios de los contratos precarios”.

La más que posible contrarreforma de la ley del aborto por parte del Gobierno del PP  pretende infantilizar nuevamente a las mujeres, negándoles su derecho a decidir libremente y otorgando éste en cambio, a los médicos y jueces, a quienes se les devuelve el poder para controlar el cuerpo de las mujeres y tomar decisiones que les son completamente ajenas . Nosotras reivindicamos un aborto libre y gratuito. Las mujeres tenemos derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo. Además, el retroceso en este derecho (si ya la ley anterior no era suficiente) agranda las desigualdades sociales, perpetuándolas entre aquellas personas que se puedan costear la interrupción del embarazo y las que no.

Para evitar un gran paso atrás en los derechos de las mujeres, en pro de una sociedad verdaderamente igualitaria, hay que construir día a día desde abajo, una alternativa al modelo machista y patriarcal de pensamiento. Porque el R€gimen nos demuestra una vez más que siempre hay dinero para inyectar a los bancos a costa de recortar nuestros derechos. Por todo ello desde Juventud Sin Futuro apoyamos las convocatorias de la#mareavioleta y acudiremos a las concentraciones en varios puntos del Estado el próximo viernes 10.

¡Abajo el R€gimen patriarcal!



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